
Antropología dental da pistas para desvelar misterio sobre los niños sacrificados de Chichén Itzá
Ciudad de México, 9 de junio.– Un enigma de más de un milenio en Chichén Itzá comienza a desvelarse gracias a la antropología dental. Un innovador estudio sobre los restos infantiles encontrados en un antiguo depósito de agua, conocido como chultún, ha revelado que estos niños no eran de la región maya como se pensaba, sugiriendo una sorprendente diversidad poblacional en la icónica ciudad entre los años 700 y 1100 d.C.

Los hallazgos, publicados en la prestigiosa revista Ancient Mesoamerica de la Universidad de Cambridge, desafían las concepciones previas sobre los sacrificios en el periodo Clásico Tardío-Terminal. La investigación, liderada por los antropólogos físicos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Alfonso Gallardo Velázquez, Martha Pimienta Merlín y Oana del Castillo Chávez, complementa un estudio genómico previo que ya había indicado las estrechas relaciones de parentesco entre los niños, incluyendo dos pares de gemelos idénticos.
Dientes: Las Claves de un Pasado Desconocido
Dada la dificultad de recuperar esqueletos completos en el área maya, los dientes se han convertido en piezas fundamentales. Su resistencia a la degradación permite a los expertos obtener una vasta cantidad de información sobre la morfología (formas) y morfometría (tamaños), crucial para establecer relaciones biológicas y posibles ascendencias entre poblaciones humanas.

El equipo del INAH Yucatán analizó 1,759 piezas dentales aisladas procedentes de un osario descubierto en 1967. De estas, 693 eran dientes de leche y 1,066 permanentes, pertenecientes a individuos con edades comprendidas entre los 3 y los 14 años. Tras una meticulosa organización, se determinó un mínimo de 75 individuos en el depósito.
Las comparaciones de estas denticiones con datos de más de 40 sitios prehispánicos mayas, incluyendo Tikal, Calakmul y Copán, arrojaron una conclusión fascinante: «Los niños del chultún de Chichén Itzá probablemente no pertenecen a las poblaciones de las Tierras Bajas del norte o del sur, como tampoco a las de las Tierras Altas del sur». Esto significa que su morfología dental difiere significativamente de la encontrada en regiones como el Petén guatemalteco, Tabasco, Chiapas, Belice, el occidente de Honduras o la propia península de Yucatán.
Tres Hipótesis para un Enigma: ¿Inmigrantes, Capturados o de un Grupo Residente?
Ante esta revelación, los investigadores plantean tres posibles escenarios:
Sacrificios de Inmigrantes: Un grupo local en el poder de Chichén Itzá pudo haber sacrificado a inmigrantes que se habían asentado en la ciudad. Esto implicaría que los niños nacieron en otro lugar y vivieron sus últimos meses en Chichén Itzá.
Jóvenes Traídos de Otras Etnias: Otra posibilidad es que un grupo local haya adquirido (por compra o captura) a jóvenes de una etnia distinta para una ofrenda específica. En este caso, los niños habrían crecido en otra localidad y sido trasladados a la ciudad poco antes de su muerte.
Sacrificio por un Grupo Inmigrante: Un grupo inmigrante ya establecido en Chichén Itzá habría realizado el sacrificio y la ofrenda siguiendo sus propias costumbres, buscando legitimación o en relación con su identidad. Esto sugeriría que los niños nacieron y crecieron en la metrópoli maya, pero dentro de una comunidad migrante.

Los autores sugieren que estos niños pudieron haber formado parte de grupos de comerciantes de larga distancia que, a partir del año 800 d.C., se asentaron en Chichén Itzá para controlar las rutas comerciales marítimas y terrestres de la península de Yucatán.
La segunda fase de este fascinante proyecto contempla estudios comparativos más amplios con poblaciones de diferentes núcleos culturales, tanto mayas como del centro de México y el Golfo de México. La combinación de estos análisis genéticos y dentales promete arrojar aún más luz sobre las interrogantes y la importancia simbólica de este misterioso depósito ritual en Chichén Itzá.