‘Una farsa las disculpas’
Por Mario Morales > Quequi
La familia de Héctor Casique incluso se vio moderada al externar su molestia durante la disculpa pública que le ofreció la Fiscalía General del Estado, pues la ausencia del titular de este organismo fue inexcusable, ya que le resta relevancia a los tres años de infierno que vivieron, aseveró Haydé Saldaña, vicepresidenta estatal del PRD.
“Yo soy madre y no me gustaría que le dieran ese trato a mi hijo. Casique sufrió seis de los nueve tipos de tortura y tiene secuelas permanentes, muchas de las cuales no quiso mencionar por ser muy doloroso. El que los titulares de las dependencias no fueran fue una falta de ética y de tacto. Lo mínimamente que se merece la familia es que los titulares de las dependencias lo hagan de forma personal”, declaró.
El mandar a sus segundos a dar la cara fue una grosería más que tuvo que soportar la familia, en un caso de suma relevancia para Quintana Roo, por ser la primera tortura cometida por las autoridades acreditada mediante el Protocolo de Estambul.
“Perdió la vida dos veces y se llamó a emergencias para que recuperara sus signos vitales. Eso una madre no lo supera”, añadió.
Lo más grave del caso es que las autoridades que deben procurar la justicia torturaron a un ciudadano y lo mantuvieron encerrado tres años y sin embargo todavía portan placa y arma, con la libertad de aterrorizar a los quintanarroenses.
“Esperamos que el director de averiguaciones previas y el fiscal ejecuten el ejercicio de la acción penal contra cada uno de los 43 mencionados”, explicó. “Este caso es una herencia del periodo de ilegalidades que fue el gobierno de Roberto Borge, pero es una prioridad para las autoridades actuales sanear por dentro a las instituciones de estos funcionarios que tanto daño le hicieron al estado”.
Como Casique, deben haber muchos otros quienes fueron incriminados y torturados por conveniencia de aquellos en poder. La capacitación de estos elementos y la implementación de protocolos para detener esta práctica es una urgencia categórica, lo que no se refleja, visto la poca importancia que se le dio a la disculpa pública.