Mujeres mayas impulsan producción de huevo agroecológico en Kancabchén
Desde la comunidad de Kancabchén, un grupo de 11 mujeres ha convertido el trabajo con gallinas ponedoras en un proyecto productivo que no solo busca ofrecer alimentos más sanos, sino también generar ingresos para sus familias. El colectivo produce huevo agroecológico de aves libres de jaula, alimentadas de manera natural con maíz quebrado y verduras de sus propios patios.
Lilia Maribel Moo Poot, integrante del colectivo, explicó que la iniciativa comenzó hace cinco años con unas cuantas aves para el autoconsumo, pero que pronto se transformó en una actividad con mercado.
“Actualmente producimos alrededor de 110 rejas de huevo a la semana y ya hemos logrado vender en restaurantes y cafeterías de Bacalar, además de algunos clientes en José María Morelos”, destacó.
La diferencia, asegura, está en el manejo agroecológico. Sus aves no reciben hormonas ni inyecciones, y se alimentan con productos naturales, lo que garantiza un huevo más nutritivo y de mejor sabor. “Al romperlo en la sartén se nota la yema más concentrada y no sale aguado como el huevo convencional”, afirmó Moo Poot. Además, explicó que el producto tiene una durabilidad de 21 días a temperatura ambiente, lo que facilita su comercialización.
El grupo inició con 50 aves por granja, pero hoy cada integrante cuenta con entre 150 y 200, sumando cerca de 800 en total. Con ello, La Pollita Feliz se ha consolidado como una alternativa local frente al huevo industrializado, ofreciendo un precio competitivo: entre 3.50 y 4 pesos por pieza, o 110 pesos la reja en el municipio.
Más allá de lo económico, el proyecto también representa una oportunidad para que las mujeres rurales se sientan útiles y activas desde sus hogares. “Este trabajo nos permite aportar a la economía familiar sin descuidar nuestras responsabilidades en casa”, señaló la productora.
Sin embargo, no todo ha sido sencillo. Aunque gran parte de su producción se coloca en el mercado, en ocasiones enfrentan dificultades para vender todo el volumen generado, especialmente en temporadas de menor demanda. Por ello, el grupo busca abrir nuevos espacios de comercialización y consolidar su presencia en José María Morelos.
La experiencia del colectivo es un ejemplo de cómo la organización comunitaria y el aprovechamiento de prácticas agroecológicas permiten a las mujeres mayas no solo producir alimentos saludables, sino también avanzar hacia la autonomía económica y la preservación de métodos sustentables en el campo.







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