Muere Manuel Felguérez, un grande del arte abstracto mexicano

Agencia

El pintor, escultor, muralista y grabador Manuel Felguérez (Hacienda de San Agustín del Vergel, municipio de Valparaiso, Zacatecas) falleció la madrugada de hoy, en su casa de la Ciudad de México, a los 91 años de edad, víctima de Covid-19.

El deceso fue confirmado en las redes sociales del gobernador de Zacatecas, Alejandro Tello. 

Felguérez era uno de los últimos integrantes de la Generación de La Ruptura, movimiento artístico surgido en la segunda mitad del siglo XX, que se desligó de los postulados del muralismo. Referencia obligada de la cultura nacional, ocupa el punto más alto del arte abstracto mexicano y es uno de los principales creadores de los siglos XX y XXI.

Don Manuel deja una vasta obra pública y privada, un museo de arte abstracto que lleva su nombre en la ciudad de Zacatecas y una última exposición, Trayectorias, organizada al año de los festejos por sus nueve décadas de vida -celebradas el 12 de diciembre de 2018– , en el Museo Universitario Arte Contemporáneo, (Muac) perteneciente a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que todavía estaba colgada al comenzar la epidemia del Covid-19 en México. 

Ya no alcanzó a festejar sus 100 años con una exhibición en el Museo de Arte Moderno en Nueva York, deseo que manifestó en diciembre pasado con motivo de la apertura de Trayectorias: “Celebro mi aniversario de nacimiento en grande cada 10 años con una muestra”. La tradición empezó con una en el Museo de Arte Moderno, en dos ocasiones, luego el Museo del Palacio de Bellas Artes, el Museo Tamayo, de nuevo el de Bellas Artes, y ahora el MUAC. 

Con Trayectorias, que reunió 101 obras y abarcó siete décadas de quehacer del artista, se cerró con broche de oro las festividades por el cumpleaños 90 de don Manuel. En el anuncio de la exposición se dio a conocer que el artista estaba en vías de donar a la UNAM 38 esculturas, así como su archivo. El Muac ya tenía 44 obras de Felguérez.

En esa ocasión el artista señaló que “producir arte es relativamente fácil, lo que es casi imposible es venderlo, y vivir de ello, peor. Al final de la vida, sabe uno que le queda poco tiempo, piensa ¿qué va a pasar con las chácharas que ha producido durante tantos años? Hace 20 años tenía la mismo preocupación, de la que nació el Museo de Arte Abstracto en Zacatecas (en 1998)”. 

Consideró que “ahorita el Muac es el museo más importante de México y es un honor tener algo de mi obra en la colección permanente”. Además, “a la UNAM le debo la mitad de mi vida”, pues impartió clases en la Escuela Nacional de Artes Plásticas y laboró en el Instituto de Investigaciones Estéticas, de 1973 a 1992. 

Al acabar la preparatoria Felguérez viajó a Europa en 1947. “Si hablo de mi vocación artística –indicó– Notre Dame fue mi nacimiento en el mundo del arte, la Capilla Sixtina mi bautizo y una exposición de Turner, en Londres, mi confirmación. 

“Vivía en un barco histórico, al regresarme a dibujar el Támesis con la Torre de Londres y un lanchón que en ese momento atravesaba. Le dije a Jorge Ibargüengotia –se conocieron en los Scouts de México– , que iba en el grupo de amigos: ‘mira, ya soy artista’. El lo narró posteriormente en un libro, en el sentido de haber tenido la oportunidad de asistir al nacimiento de una verdadera vocación. Esto fue el 12 de octubre de 1947”. 

En un nuevo viaje a París Felguérez estudió escultura, de 1949 a 1950, y de 1954 a 1955, con Ossip Zadkine, escultor francés de origen ruso formado en el cubismo. Esto fue en la Academia de la Grande Chaumier, gracias a una beca del gobierno francés. 

Su primera exposición individual fue en 1954 en el Instituto Francés de la América Latina, en México. En 1960, expuso en forma individual en la Pan American Union, en Washington, D.C., y recibió el premio al trabajo de integración plástica en la Primera Bienal Nacional de Escultura del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura. 

Participó en 1965 en el polémico Salón ESSO, en el Museo de Arte Moderno. Al año siguiente dio clases como crítico de arte visitante en la Universidad de Cornell, en Nueva York, también formó parte del jurado de selección de Confrontación ’66, exposición montada en el Museo del Palacio de Bellas Artes. Fue miembro fundador, y uno de los principales animadores del Salón Independiente, en 1968. 

Para sus primeros murales empleó chatarra, como se observa en Mural de hierro, creado en 1961, de hierro soldado y fondo de cemento coloreado, para el Cine Diana. Éste fue recuperado y restaurado por el Muac, al igual que Canto al océano, hecho con conchas de diversos mariscos, cemento y hierro para el muro exterior del Deportivo Bahía, en 1963. 

Era un momento en que don Manuel veía hacia la vanguardia, por ejemplo, los ensamblajes de la estadunidense Louise Nevelson. Es decir, “esa idea de usar el azar, que tenía que ver con el rompimiento de las disciplinas, lo que pasaba en el arte. Me parece que fue un cambio y Manuel fue parte de ese cambio de paradigma, de lenguajes en el arte contemporáneo”, ha dicho la curadora Pilar García. 

Felguérez fue uno de los artistas pioneros en trabajar con la computadora como una herramienta artística y adelantarse a lo que hoy parece algo muy común: la inteligencia artificial. En el tiempo que fue docente en la Universidad Iberoamericana (1956-1961) incursionó en el arte digital al lograr trabajar una vez por semana durante una hora en la UNAM que, en ese momento, tenía una de las tres computadora existentes en el país. Allí empezó a experimentar con la geometría. 

Impartió clases en la Universidad de Cornell, en Estados Unidos, en 1967, y fue investigador huésped de la Universidad de Harvard en 1975, año que obtuvo una beca Guggenheim. Los resultados de su experimentación fueron publicados en el libro El espacio múltiple. 

Entre los múltiples premios que recibió en vida sobresalen: el Segundo Premio de Pintura de la Primera Trienal de Nueva Delhi, India (1968); el Gran Premio de Honor de la XIII Bienal de Sao Paulo, Brasil (1975), el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Bellas Artes.(1988) y el Premio de Artes del Estado de Zacatecas (1998). Desde 1993 era miembro de número de la Academia de Arte. 

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