Misión Evangélica: Tan cerca y tan lejos

Muchas veces, del plato a la boca, se cae la sopa. Eso no parece tener importancia, solo molesta cuando se riega en la camisa, sin embargo, cuando se trata de algo importante como las exhortaciones de la Palabra de Dios, sí hay que considerarlo y en serio. Dijo Jesucristo:

 

Recuerden lo que le pasó a la esposa de Lot. Lucas 17:32 

1. Se distinguió por:

▪ Tener un marido justo. 2 Pedro 2:7.

▪ Tener parientes creyentes, Abraham y Sara.

▪ Lo más importante, fue avisada por los ángeles para huir de la destrucción de Sodoma y Gomorra.

▪ Fue alumbrada espiritualmente, y en su salida tuvo un nuevo comienzo.

▪ Ya había salido para escapar, pero en el camino pasó lo más triste y terrible.

 

2. Su error o falta que cometió:

▪ Dejó de creer, dudó. Ya no se apresuró, fue quedándose atrás hasta voltear. 

▪ Así, despreció la bondad de Dios.

▪ Su amor “por todo lo que dejaba atrás en su Sodoma y Gomorra” ganó su corazón hasta detenerse, voltear y querer regresar.

 

3. Las consecuencias fueron muy trágicas:

▪ Perdió su vida en un instante. Se volvió «una estatua de sal», perdiendo su vida.

▪ El día de gracia se transformó en «su día de desgracia»

 

4. Para nosotros, eso es un aviso.

▪ Para poner la mano en el arado, pero no mirar hacia atrás. 

“Pero Jesús le dijo: —Aquel que empieza a arar un campo y mira hacia atrás, no sirve para el reino de Dios. Luc. 9:62.

▪ Comenzar, pero no completar la decisión, provoca la ira de Dios, pues con eso se desprecia la gracia y el amor de Dios. 

Pues ¿no creen ustedes que mucho mayor castigo merecenlos que pisotean al Hijo de Dios y desprecian su sangre, los que insultan al Espíritu del Dios que los ama? Esa sangre es la que confirma la alianza, y con ella han sido ellos consagrados. Heb. 10:29.

 

¿Qué puede tener más valor en este mundo que el amor de Dios y su GRACIA? 

Analiza cuáles son esas cosas que te han detenido y no te dejan avanzar, esas cosas por las que estás apunto mirar atrás y volver.

 

Que no haya ninguna persona inmoral ni profana como Esaú, que vendió su primogenitura por una comida. Después, como ya saben, cuando quiso heredar esa bendición, fue rechazado: No se le dio lugar para el arrepentimiento, aunque con lágrimas buscó la bendición. Heb. 9:16-17.

 

¡Bendiciones amigos del buen camino de Dios! SJ. Carlos César González Cruz

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