Lanza una amenaza a Irán

Trump dice saber dónde se esconde Ali Jamenei.

Estados Unidos
Por Agencias

En una nueva escalada verbal que eleva la tensión en Medio Oriente, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró que conoce el paradero del líder supremo de Irán, Ali Jamenei, pero que ha decidido no asesinarlo “por ahora”. A través de su red social Truth Social, el exmandatario escribió: “Sabemos exactamente dónde se esconde el llamado ‘Líder Supremo’. Es un blanco fácil, pero allí está a salvo. No vamos a eliminarlo (¡matarlo!), al menos no por ahora”.

La amenaza velada se produce justo después de que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmara que su Gobierno hará “lo que sea necesario” cuando se le preguntó sobre la posibilidad de atacar directamente a la cúpula iraní. En ese contexto, las palabras de Trump parecen alinearse con una narrativa de presión máxima hacia Teherán, aunque aún sin implicar directamente a las fuerzas estadounidenses en una operación letal.

Trump también lanzó una advertencia a Irán sobre las consecuencias de una eventual provocación: “No quiero que se disparen misiles contra civiles ni soldados estadounidenses”, dijo, añadiendo que su “paciencia se está agotando”. En un mensaje más críptico pero no menos amenazante, cerró: “¡RENDIMIENTO INCONDICIONAL!”, una frase que recuerda los ultimátums de guerra más duros en la historia contemporánea.

Además, Trump presumió del dominio aéreo estadounidense sobre territorio iraní, afirmando que “Estados Unidos tiene el control total de los cielos de Irán”, gracias a sus sistemas de rastreo de última generación. “Irán contaba con buenos rastreadores aéreos y otros equipos defensivos, y en abundancia, pero no se comparan con los fabricados en Estados Unidos”, subrayó.

Pese a que el actual gobierno estadounidense ha negado cualquier participación en los recientes ataques israelíes a la República Islámica, las declaraciones de Trump alimentan la especulación de que esos bombardeos coincidieron con el vencimiento de un plazo que él mismo habría impuesto a Teherán para cerrar un nuevo acuerdo nuclear. La sospecha crece ante el silencio oficial de Washington y las señales de una colaboración tácita con Tel Aviv.

Estas declaraciones se dan en medio de un escenario geopolítico frágil, donde cualquier palabra puede detonar una guerra regional de gran escala. Aunque Trump ya no ocupa la Casa Blanca, su influencia política y retórica sigue moldeando la narrativa republicana y las expectativas sobre la política exterior de Estados Unidos.

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