La ‘Revolución’ de Lenin en el Rockefeller Center

El pintor mexicano Diego Rivera pintó al líder bolchevique de 1917 en el mural “ManontheCrossroad” (El Hombre en la Encrucijada). La obra, finalmente destruida, presidía la entrada de una de las ‘catedrales’ del capitalismo, cerca de Trump Tower, en la Quinta Avenida de Nueva York…

SANTIAGO J. SANTAMARÍA GURTUBAY

Por televisión y redes sociales sigo en directo las oscuras advertencias y una relectura de la crisis del coronavirus marcan la primera noche de la Convención Nacional del partido en Nueva York. Donald Trump es “lo único que está entre la libertad y el socialismo”  y quien está frenando la invasión inmigrante y recuperando la “grandeza” de este país, son los mensajes centrales de la Convención Nacional Republicana que arrancó en la última semana de agosto. El espectáculo político podría haberse llamado mejor la Convención Nacional Trump. El  multimillonario de Manhattan sorprendió al ofrecer un primer discurso en la convención poco después de ser ratificado como candidato republicano y no ofreció un proyecto de gobierno, sino cuestionó la legitimidad del proceso electoral, acusando que “los demócratas están usando el Covid para robarse la elección”. También advirtió que si gana la agenda de la “izquierda radical” de los demócratas, “tu sueño americano estará muerto”. El tema oficial de la convención es “Honrar la gran historia estadunidense” y a lo largo de la semana se enfatizará lo tan “grandioso” que se ha vuelto el país después de cuatro años de su gobierno, afirman. El programa se ha cumplido a rajatabla. El guión oficial de la convención presenta a Trump como “lo único” que puede defender “la libertad contra el socialismo” en este país. Se calificará a JoeBiden “como un recipiente vacío relleno por la izquierda radical” promovida por figuras como el senador Bernie Sanders, la diputada Alexandria Ocasio-Cortez y la candidata demócrata a la vicepresidencia Kamala Harris, según oficiales de la campaña.La verdad es que estos pasados días oyendo a los republicanos, algunos de ellos me parecían salidos de los años 50 y del mundo estético, cultural, social y  político, cuando el mundo vivía los años más duros dela ‘Guerra Fría’, tras la Segunda Guerra Mundial, derrotado el nazismo y el fascismo en Europa de los dictadores Adolf Hitler y Benito Mussolini y la ideología nacionalista japonesa del emperador Hirohito. Las relaciones internacionales encontraron en la ex Unión Soviética de José Stalin y su sistema comunista el nuevo enemigo a derrotar por parte de Estados Unidos y la Unión Europea, salvo el régimen falangista de Francisco Franco, aliado de las Potencias del Eje, en la Contienda Mundial: Alemania, Italia y Japón.

El lenguaje del peligro socialista ha sido una constante entre los oradores de peinados tupé, corbatas estrechas, chaquetas americanas de twiggy, pantalones de bajos estrechos, zapatos negros de chúpame la punta, y perfumes pasados de pachuli… Los biotipos cercanos a la anorexia mormónica. En algunos casos me hacían  recordar a la serie estadounidense ‘Los Invasores’, donde los marcianos eran reconocidos por tener un dedo meñique quebrado. No llegaban en un Ford sino que lo hacían en un platillo volante. En España, fuera de las discotecas donde te daban alcoholes no lejanos al mortal metílico, ya en la madrugada, uno salía de la sala de fiestas y la verdad que veía Ovnis, objetos voladores no identificados.  Eran terrícolas pues olían al perfume Varón Dandy. Tenía una línea de productos perturbadoramente masculina creada por la marca Parera, con sede en Badalona, Cataluña, España. “La fragancia contenía notas orientales, notas amaderadas, notas especiadas, bergamotas y musgo de roble…”, recalcaban en sus sueltos publicitarios. La verdad es que ese “bergamotas” no dejaba de llamar la atención en la histriónica y sospechosa masculinidad catalana.

Donald Trump y sus seguidores se han hecho dueños del Partido Republicano y sin rubor alguno comparan a JoeBiden con Lenin, Stalin, Mao o el propio Fidel Castro. Lo peor de todo es que el ‘cónclave’ demócrata de los Biden, Obamas, Clinton…, nos presentaban al actual presidente Donald Trump, como si estuviera en el Despacho Oval los mismísimos Hitler, Mussolini, Hiroito, Franco… A los que dirigieron los destinos del mundo y sus relaciones internacionales y guerras en el siglo XX es mejor que los dejemos en paz. Debemos aprender de aquellos sucesos el no repetirlos e intentar que el mundo del siglo XXI no cometa errores que costaron a la humanidad incontables millones de muertos. Ni Estados Unidos, ni México, ni España… van a desaparecer si es reelegido Donald Trum, ni todos los problemas del mundo se van a resolver se gana Jose Biden. El mundo seguirá y dependerá del esfuerzo de los propios ciudadanos el que logremos normalizar las relaciones internacionales, muy deterioradas, ante el enfrentamiento de Estados Unidos y China, en un principio comercial y ahora ni se sabe. Está claro que China es la nueva Unión Soviética del siglo XXI, el enemigo a batir…

La paranoia electoral anticomunista de Donald Trump le hace creerse el Gary Cooper de ‘Sólo ante el peligro’. Del género western de 1952, dirigida por Fred Zinnemann y protagonizada por Gary Cooper la acción se centra en un sheriff que se debate entre su sentido del deber y el amor por su nueva novia, y que debe enfrentarse solo a una banda de asesinos. Hoy no hay chica -interpretada por Grace Kelly- sino asesinos. Es muy conocida en Nueva York, la ciudad donde nació Donald, la participación que tuvo el muralista mexicano Diego Rivera en la historia del Rockefeller Center. El presidente que quiere seguir justifica su ‘contrarrevolución’ la anécdota del mural ‘leninista’ del peligroso pintor esposo de FrikaKhalo. En 1931 el recién creado Museum of Modern Art, MoMA, organizó una exposición sobre el trabajo de Diego Rivera. En esa época la cabeza del movimiento muralista mexicano -en el momento en que el país comenzaba su reconstrucción política, económica y cultural tras los embates de la Revolución-, era uno de los artistas internacionales preferidos por el joven Nelson Rockefeller y su madre Abby. 

Rockefeller, declarado admirador del trabajo de Rivera, lo contactó en mayo de 1932 y le propuso realizar un mural. Rockefeller había invitado también a Pablo Picasso y Henri Matisse para plasmar sus lienzos en los muros del vestíbulo del nuevo rascacielos, pero ambos rechazaron la oferta. Después de meses de insistencia y negociaciones con Nelson Rockefeller, finalmente, Rivera aceptó el la comisión y firmó el contrato de trabajo. A finales de ese mismo año Rivera viajó a Nueva York acompañado por su esposa, Frida Kahlo, e inmediatamente comenzó a dibujar los primeros bocetos. Después de estudiar las dimensiones del vestíbulo principal del Rockefeller Center, Diego Rivera diseño el mural “ManontheCrossroad” (El Hombre en la Encrucijada), en donde el hombre del siglo XX, representado por un corpulento obrero, se encontraba en medio de la encrucijada entre los vicios del mundo capitalista y el incipiente avance del fascismo, así como la esperanza de la emancipación del proletariado.

En el extremo izquierdo del mural se muestra el mundo capitalista, con sus contrastes y vicios. Así tenemos los excesos de los poderosos que buscan placeres mundanos a costa del hambre de los obreros desempleados, los cuales son reprimidos por la policía, así como el incipiente fortalecimiento del fascismo, pero también sus elementos positivos: los progresos científicos, culturales y tecnológicos, la lucha por la integración racial y el mosaico interracial y multicultural de la cultura estadounidense, que recibe a lo mejor del pensamiento occidental, y en donde destaca la figura de Albert Einstein, así como Charles Darwin explicando la teoría de la evolución a través de un aparato de rayos X. Además, destaca una enorme figura de piedra simbolizando la religión.

El extremo derecho del mural nos muestra el mundo socialista, también con sus progresos y sus excesos, los progresos en el campo de los deportes, la ciencia, la agricultura y el proceso de la emancipación proletaria, pero también nos muestra tanto la presencia del Ejército Rojo como de figuras políticas de la que una de ellas hará estallar el escándalo… El mural causó polémica desde el principio por las convicciones políticas de Rivera, pero el escándalo estalló debido a un simple detalle: la figura de Lenin en uno de los extremos del mural.La actitud de Rivera al plasmar la figura de Vladimir Illich Lenin, líder del sector bolchevique del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia, y principal dirigente de la Revolución de Octubre de 1917,fue principalmente provocadora. Su objetivo era en esencia que los Rockefeller, especialmente, el joven Nelson viera el rostro de Lenin en el muro principal, camino a su oficina.

Inmediatamente, en abril de 1933, Nelson Rockefeller envió una carta a Rivera invitándolo cordialmente a modificar algunos puntos del mural, especialmente eliminar la figura de Lenin. La respuesta de Rivera fue tajante: no quitaría a Lenin de su mural, pero propuso a su patrón incluir la figura de Abraham Lincoln en el mural, pero su propuesta fue rechazada por Rockefeller. El 12 de mayo de 1933, convocó a una conferencia de prensa donde informó que momentáneamente la obra no sería destruida, pero sería cubierta por un velo por tiempo indefinido, hasta que se decidiera cuál sería su destino final. Finalmente, el 12 de febrero de 1934, a pesar de las protestas de la comunidad artística y ante una opinión pública muy divida, los ejecutivos del Rockefeller Center, Inc., decidieron remover el mural, significando su inminente destrucción. Finalmente, en 1937, Rockefeller encomendó al pintor español José María Sert (ideológicamente opuesto a Rivera: conservador, clasista, simpatizante de Francisco Franco y conocido por estar constantemente codeándose con la realeza), llenar la pared central con la figura de Abraham Lincoln.

Diego Rivera regresó a la Ciudad de México, siendo contratado por el Gobierno mexicano para realizar un mural en uno de las galerías principales del Palacio de Bellas Artes. Rivera vio la oportunidad de volver a realizar el mural destruido en la ‘Gran Manzana’. Basándose en los bocetos y fotografías rescatados del proyecto del Rockefeller Center, pintó ‘Man at theCrossroads’, rebautizado como ‘El hombre controlador del Universo’. Conservó casi todos los elementos alegóricos de la obra original, y no sólo plasmó la figura de Lenin en el panel derecho dedicado al comunismo, respetando la obra original; también plasmó, en el panel izquierdo dedicado al capitalismo, la figura de John D. Rockefeller, Jr., padre de Nelson, sosteniendo una copa de champaña y rodeado de prostitutas y jugadores de casino, en una clara representación de los vicios del sistema capitalista americano. Era una clara venganza en contra quien fueron sus mecenas.

Donald Trump no olvida lo que hizo Diego Rivera y no se fía de ningún mexicano, incluido su ‘carnal’ Andrés Manuel López Obrador, de label ‘AMLO’. Sus muchos ex asesores -algunos en la cárcel o camino de ella como Steve Bannon, por mangarse la lana del Muro fronterizo- le tachan de paranoico. El máximo mandatario que no quiere dejar la Casa Blanca les responde, muy lúcidamente, que a los paranoicos también les persiguen. Y más si los perseguidores son los ‘guerrilleros’ del peligroso socialistaJoeBiden. Diego Rivera y Frida Kahlo carcajean desde su eternidad. No es para menos.

Peter Baker es el corresponsal principal de la Casa Blanca y ha cubierto a los últimos cuatro presidentes para el Times y The Washington Post. También es autor de cinco libros, el más reciente de ellos se titula ‘Impeachment: An American History’… “En vez de evolucionar como presidente, Donald Trump ha torcido el cargo a voluntad”, es el título de su interesante entrevista que le hizo al presidente que no quiere irse de la Casa Blanca. La ha publicado en Te New York Times. El mandatario tuvo dificultad para describir de qué modo ha cambiado en la presidencia. “Creo que solo me he vuelto más cauteloso”, dijo. Para un hombre a punto de vivir un momento histórico, el presidente Donald Trump sonaba calmado y relajado. Si cree que corre peligro de perder, no dio ni la menor señal de que sea así. Por el contrario, sacó a relucir una de sus encuestas favoritas, se jactó de la popularidad que goza entre los electores republicanos y habló acerca del porcentaje de audiencia de su convención. Su presidencia, según declaró la semana pasada, ha producido “un resultado increíble”. Los mercados bursátiles “son muy impresionantes”, la Convención Nacional Republicana ha sido “muy exitosa” y en lo personal, ha “hecho un muy buen trabajo” en el manejo de la pandemia del coronavirus, con todo y que más de 180.000 estadounidenses han muerto y superarán ampliamente la cifra 200.000, el próximo 3 de noviembre… También enfatizó que, encima de todo, ha soportado “acciones terribles” de sus opositores “maniáticos”.

“Después de casi cuatro años en el cargo, Trump entra de lleno a la campaña de otoño con una alucinante combinación de mensajes jactanciosos y reclamo ante las injurias sufridas; es todo un hombre de extremos que en un instante pasa de afirmar que ha logrado más que casi cualquier otro presidente a quejarse de que ha padecido más que cualquiera de sus predecesores. Vive en un mundo creado por él mismo que en general está desconectado de la realidad reconocida por otros. Ha impuesto su voluntad en Washington y en el mundo como nadie más…”, lo presenta así Peter Baker. A diferencia de presidentes previos que evolucionaron en el cargo conforme fueron descubriendo los mecanismos del poder y ajustaron sus metas para el momento en que aceptaron la nominación por segunda ocasión, Trump sigue siendo la misma fuerza de la naturaleza polarizante y dominante que se alzó hace cuatro años y declaró: “Solo yo puedo arreglarlo”. No ha ganado templanza con la edad, no ha cedido ante las convenciones ni escarmentó con el juicio político. Dice que todavía se considera un “forastero” aunque ocupa el cargo más importante del país. En el curso de una llamada telefónica de 40 minutos el 26 de agosto, Trump tuvo dificultades para describir en qué ha cambiado. “Creo que solo me he vuelto más cauteloso que hace cuatro años”, señaló, una afirmación extraña para el hombre menos cauteloso que ha ocupado el Despacho Oval. “Creo que en realidad soy un poco más circunspecto”. Al parecer, lo que quiso decir es que se insensibilizó después de tantas investigaciones y ataques políticos que han caracterizado su presidencia. Sin embargo, no es alguien a quien se le dé la introspección. ¿Cómo podría ser diferente en un segundo mandato? En realidad no podría ser muy diferente. “Creo que sería similar”, comentó. Eso es exactamente lo que quieren sus simpatizantes y lo que temen sus opositores. Además de más de lo mismo, en fechas recientes ha intentado definir qué metas se plantearía en un segundo periodo. Ha divagado en sus respuestas cuando le han hecho esta pregunta en distintos momentos, incluso cuando se lo han preguntado los entrevistadores de Fox News, que simpatizan con él. Ninguno de los republicanos parece tener más certeza. Así que lo más sencillo fue prescindir de una plataforma de partido y, en su lugar, adoptar una sencilla resolución de lealtad al presidente.

En la entrevista que concedió a Peter Baker, Trump recitó una lista de lo que ha hecho y seguirá haciendo, como aumentar el gasto del Ejército, recortar impuestos, eliminar normas, reforzar la frontera y designar jueces conservadores. “Pero entonces creo, creo que sería… creo que sería muy muy… creo que tendríamos un muy muy sólido… continuaríamos con lo que estamos haciendo, le daríamos más solidez a lo que hemos hecho y hay otras cosas que queremos hacer”, dijo. Si gana, hasta cierto punto sus objetivos estarán dictados por fuerzas externas. Enfrenta tres crisis simultáneas que afectan a Estados Unidos: la pandemia que todavía mata aproximadamente a mil personas por día, la desaceleración económica resultante que dejó a otro millón de personas desempleadas la semana pasada y la agitación desatada por una serie de tiroteos de la policía contra estadounidenses negros, el ejemplo más reciente en Kenosha, Wisconsin. Trump prácticamente ya le dio carpetazo a la pandemia y afirma que lo mejor es que se dedique a reconstruir la economía. En respuesta al debate sobre la justicia racial, por lo regular ha preferido la confrontación a la calma y ha denigrado el movimiento Black LivesMatter. Culpa de la violencia en las calles a un grupo de supuestos demócratas radicales y se presenta como defensor leal de la policía. Ahora, cuatro años después de ganar contra todos los pronósticos, ha aceptado la nominación como el líder indiscutible de un partido cuya élite no lo apoyaba. Desde entonces, ha purgado del partido a quienes se oponían a él, o bien estos se han ido o han desertado para apoyar al exvicepresidente JoeBiden, el nominado del Partido Demócrata a la presidencia. Esto le ha dado a Trump una convención unificada y un partido transformado a su imagen para el deleite de los partidarios que lo consideran su defensor en contra de una élite políticamente correcta y convencida de que se merece todo. “Aceptará la nominación como alguien que antes era un forastero y ahora controla el partido a pesar de la resistencia”, aseveró Jared Kushner, su yerno y asesor principal la semana pasada en una entrevista. “Todavía es forastero, pero ha formado un grupo de forasteros a su alrededor. El proceso de toma hostil del poder que arrancó hace cuatro años ya concluyó”. Quizá la toma hostil del poder ya haya concluido, pero la hostilidad no ha desaparecido. Es raro el día que Trump no empieza un pleito en Twitter o frente a las cámaras con alguien que percibe como su enemigo. Aunque muchos lo consideran el instigador, él se pone en el lugar de víctima.

El congresista JimJordan, republicano por Ohio, dice que una vez le preguntó a Trump cómo soporta los ataques y acusaciones. “‘Los recibe cada segundo de cada día’”, recuerda que le dijo al presidente. “Y él dijo, ‘Bueno, Jim ¿qué vas a hacer? ¿Vas a renunciar? Solo tienes que seguir luchando’”. Quien haya observado el arco de la carrera de Trump en los negocios, el entretenimiento y la política no debería estar demasiado sorprendido. No había nada que le gustara más al vástago de una familia de bienes raíces que tiene tres matrimonios en su haber que un llamativo corte de listón y algún artículo candente en los tabloides. Como estrella de telerrealidad, dejó atrás sus bancarrotas para redefinirse como símbolo del éxito. En cada paso coqueteó con la controversia, sacó partido de las divisiones raciales y desestimó varias acusaciones de mal comportamiento sexual, entre ellas las descripciones soeces sobre las mujeres que quedaron registradas en video.Llegó a la Casa Blanca en enero de 2017 como el primer presidente sin experiencia previa en un cargo político ni en el Ejército y tenía poco tiempo para las operaciones ordinarias e incluso para las tradiciones y leyes que debe cumplir un comandante en jefe. Después de vivir toda su vida como una celebridad burda, se convirtió en un presidente burdo. A sus 74 años, repite la misma letanía de tácticas políticas que siempre ha usado y ocupa el mismo vocabulario una y otra vez (“tremendo”, “increíble”, “despreciable”, “es cierto”, “ganador”, “perdedor”, “repugnante”, “desgracia”). En su primera Convención Nacional Republicana, Trump se describió como el “candidato de la ley y el orden”, algo que básicamente planeó hacer de nuevo. Cuando parecía que iba a perder en 2016, afirmó que las elecciones estaban “amañadas”, una palabra que ha reciclado este año que va rezagado en las encuestas con respecto a Biden. Apenas esta semana, retó a Biden a hacerse una prueba de narcóticos, lo mismo que le exigió a su opositora demócrata, Hillary Clinton, la última vez.

Los asesores de Trump dijeron que su negativa a someterse al establishment de Washington lo distingue del resto de la clase política.“Si lo piensas, Washington suele absorber a las personas”, dijo Kushner. “Llegan a la ciudad y van a cócteles y a los círculos de donantes. Trump es uno de los pocos que no ha cambiado”. “En lugar de tratar de llevarse bien con la gente”, agregó Kushner, “ha reforzado las promesas que ha hecho y creo que ahora tiene más convicción. No hay una sola política en la que quede duda de su posición”. Trump no solo se ha negado a adaptarse a la presidencia, sino que más bien ha forzado al cargo a adaptarse a él. Al principio de su mandato, empezaba el día de trabajo en el Despacho Oval alrededor de las nueve de la mañana, pero más adelante se quejó con sus asesores de que estaba trabajando doce horas al día y era “demasiado”. Quienes se encargan de sus horarios cambiaron la rutina, de tal forma que su primera reunión en el Despacho Oval rara vez es antes de las 11:00 a.m., lo que le permite ver la televisión y hacer llamadas desde la residencia en la mañana.Su personal siente cierta frustración cuando algunas veces no aparece sino hasta las 11:30 a. m. o incluso más tarde. Además, casi no respeta los horarios, así que una reunión programada para 15 minutos en realidad puede ser una sesión de 45 minutos. Cuando se harta, golpea dos veces el escritorio con las manos extendidas para indicar que la reunión se terminó.El estilo improvisado del presidente presenta dificultades para los colaboradores. Mientras que las llamadas telefónicas con los presidentes anteriores solían ser eventos con mucha planeación, no hay nada que le guste más a Trump que llamar espontáneamente a amigos, congresistas o personas a quienes simplemente vio en Fox News. Ciertos aliados disponen de acceso instantáneo. Una vez, cuando el magnate de Fox Rupert Murdoch lo llamó mientras el presidente estaba al teléfono con su hija IvankaTrump, su asistente ejecutiva Madeleine Westerhout, le preguntó si debía decirle a Murdoch que el presidente le devolvería la llamada, Trump “estalló como el Monte Santa Elena”, recordó Westrhout en una memoria reciente. “¡Jamás pongas a Rupert Murdoch en espera!”, gritó. “¡Jamás!”.

Despotrica contra quien se encuentre a la mano, incluso si no tienen nada que ver con el motivo de su enojo. Westerhout escribió en un libro que, por lo demás expresa admiración por el presidente, a quien considera un jefe generoso. Sus colaboradores se estremecen cuando tienen que darle malas noticias. “Realmente no quiero ir ahí”, recordó Westerhout que Sarah Hucakbee Sanders, entonces secretaria de prensa, le dijo. “Por favor no me obligues”. Cuando el presidente necesitaba que lo alegraran, Westerhout organizaba una llamada con su amigo Robert K. Kraft, el dueño de los Patriotas de Nueva Inglaterra que ha sido acusado de requerir servicios de prostitución. Trump se deshace de sus empleados más rápido que cualquier presidente de la era moderna. Ha tenido cuatro jefes de Gabinete, cuatro asesores de seguridad nacional y cuatro secretarios de prensa en menos de cuatro años. Algunos de sus críticos más agudos son antiguos empleados que relatan historias sobre un presidente errático e imprudente que miente en abundancia, tiene dificultades para procesar información y somete el interés nacional a sus propios intereses, como escribió en su libro John Bolton, exasesor de seguridad nacional. Trump explica esas situaciones como defectos de sus antiguos colaboradores, no suyos. Cuando se le pidió mencionar algunas cosas que habría hecho de manera diferente, señaló a su personal. “Creo que la mayor parte son las personas. No habría usado a ciertas personas”, dijo. “Tienes personas que algunas veces piensas que van a ser excelentes, pero en realidad son terribles, y algunas veces crees que van a ser terribles, pero resultan muy buenas”.

Últimamente, algunas de las críticas más duras han venido de parientes. Su sobrina Mary Trump escribió un libro cáustico sobre él y dio a conocer grabaciones que realizó en secreto de la hermana del presidente, MaryanneTrump Barry, en las que dice que es un hombre “sin principios” y denuncia sus “mentiras”. En la entrevista, Donald Trump se quejó a Peter Baker de que las grabaciones se dieron a conocer justo cuando presidía el funeral de su hermano, Robert Trump, pero no hizo ningún otro comentario acerca de las críticas de su hermana. “Fue muy triste… es un momento triste”, dijo. “Pero así son las cosas”. No obstante, Trump desmintió que fuera un presidente perezoso y obsesionado con la televisión, como se le retrata. “Justo lo contrario”, dijo. “No veo mucha televisión. Nadie sabe lo que hago”. Explicó: “Trabajo muchas horas, en realidad, muchas horas, probablemente más que cualquiera. Sobre todo, creo que lo más importante es que trabajo de manera eficiente”. Su propio intrincado tren de pensamiento, no obstante, a veces termina por conducir a quienes lo escuchan hacia destinos impredecibles. Cuando se le preguntó primero sobre las crítica de sus colaboradores, se lanzó a discutir la audiencia que consiguió en la convención (“Vi los ratings de Fox”) y viró al resentimiento por los ataques por su respuesta al virus (“no hemos sido tratados adecuadamente en este tema”).

No tiene dudas sobre las decisiones más cruciales de su presidencia. La pandemia es culpa de China. Si tuviera que hacerlo otra vez, dijo, se aseguraría de que el país tuviera más equipamiento médico almacenado, aseguró, pero no mostró arrepentimiento por minimizar el virus e insistió que su impulso para reabrir el país en primavera fue correcto, a pesar de la avalancha de muertes que sucedieron después. “Creo que fue una buena decisión porque mira cómo está creciendo la economía”, dijo Trump. Rara vez se ha acercado a quienes han perdido seres queridos en la pandemia. La mañana después de que su esposa, Melania Trump, ofreció un mensaje de empatía en la convención, reconoció que muchos le han preguntado por qué no lo hace. “Lo sé, lo entiendo”, dijo. “Sí leo eso mucho y veo eso mucho. Pero siento una tremenda pena y aflicción por…esto nunca debió haber pasado”. Incluso al decir que sentía empatía, fue incapaz de sostenerlo durante una frase completa antes de pasar a de quien era la culpa…

Sus peores momentos desde que se convirtió en presidente, afirmó, fueron el día que arrancó el juicio político, que según él fue una injusticia, y la noche en que el senador John McCain, republicano de Arizona, emitió el voto clave que hizo fracasar el intento de los republicanos de revocar el programa de servicios de salud del presidente Barack Obama. Reconoció en ese momento que el trabajo era más difícil de lo que esperaba. Ahora afirma que es más difícil debido a los ataques que sufre. “Es más difícil porque he tenido dos trabajos”, dijo, ser presidente y “también tengo que defenderme constantemente de un grupo de maniáticos que están totalmente, que han, ya ves, que se han salido totalmente del carril”. En vista de esta situación, ¿en alguna ocasión consideró la posibilidad de no postularse para un segundo periodo? “Nunca lo consideré siquiera”, dijo. Aseguró estar listo para otros cuatro años. “Me siento bien. Creo que me siento mejor que hace cuatro años”.

Juana Bacallao, la Mata Hari de Cuba, “ama” a JoeBiden. Donald Trump ha pedido a su abogado y ex alcalde de Nueva York, Rudy Giuliani, que investigue a la vedette del cabaret ‘Gato Tuerto’ de La Habana, vitoreada en Miami por los ‘anticastristas republicanos’, “una operación secreta del G2”… Pareciera la reseña de la Editorial Alfaguara de España de una nueva obra como ‘Nuestro hombre en La Habana, una novela policial escrita por el novelista británico Graham Greene en 1958. La obra está ambientada en Cuba de fines de la década de los años 50, en plena ‘Guerra Fría’ y poco antes de la revolución castrista, que ya se adivina…”. Esta es una crónica de ‘Radio Bemba’, la red social más popular de la capital cubana, una mezcla de realidad y ficción… El último romance secreto, clandestino y habanero del industrial pavonero de Eibar, la ciudad armera del País Vasco, en España, y amante de ‘artistas’ que protagonizaban el ‘Teatro Argentino’ en plena dictadura de Francisco Franco, Alejandro Carral, tuvo como principal protagonista a la cantante y bailarina Juan Bacallao, nacida en La Habana un 26 de mayo de 192. Tiene 95 años. Este ‘Teatro Argentino’ exhibía por los pueblos ibéricos revistas musicales de chicas ligeras de ropa y de bailarines afeminados. Era el no va más en las noches de desmadre. Eran tiempos difíciles en las relaciones con la ‘Madre Patria’, al igual que los que siguieron a la desaparición de la Unión Soviética, cuando España estaba dirigida por el presidente conservador del Partido Popular (PP), José María Aznar. Este ‘Gato Tuerto’, cercano al Hotel Nacional, en pleno Vedado, fue en su día cuartel general del ambiente de La Habana, no lejano a reales y virtuales servicios de inteligencia internacionales e intelectuales cubanos. Juana Bacallao tiene ya  ‘fichado’ al actual presidente estadounidense… “Quieren hacer daño a mi nación caribeña verde olivo. Lo van a tener difícil Donald Trump y su Rudy Giuliani, conmigo. Soy, ante todo, Juana La Cubana…”

La saga sobre el pago que hizo el abogado de Donald Trump a la actriz porno StormyDaniels por su silencio se vuelve aún más confusa. El presidente de Estados Unidos cuestiona la afirmación que hizo el exalcalde neoyorquino Rudy Giuliani, quien aseguró que el empresario había reembolsado los 130.000 dólares a su abogado personal, Michael Cohen, con los que compraron el silencio de Daniels sobre una supuesta aventura sexual con Trump. “Tiene que enterarse aún los detalles”, afirmó el presidente en un par de ocasiones a la prensa antes de volar a Dallas (Texas) para intervenir ante la Asociación Nacional del Rifle. El propio Giuliani emitió enseguida una nota aclarativa tratando de limitar daños. Trump dijo que Giuliani es “un gran tipo”, pero precisó que “lleva solo un día” ejerciendo como su nuevo abogado. La versión oficial de Cohen, reiterada ante un juez, es que él “facilitó” el pago y que el entonces candidato a presidente no conocía la operación y no le reembolsó el dinero. De esta forma desvincula por completo a Trump de un asunto que no solo le puede dejar de mentiroso, sino que puede haber incurrido en delito contra las normas de financiación de campañas. El presidente aprovechó poco después para cargar contra los medios, al decir que “no ha cambiado la historia” y que lo único que buscan es “sacar porquería”.

Rudy Giuliani, por su parte, emitió poco después una declaración resumida en tres puntos tratando de aclarar lo que dijo durante los últimos días, dando así un evidente paso atrás. “Mis referencias no describían lo que entendí que sabía el presidente”, dice, “si no lo que conocía yo del asunto”. Volvió a insistir en que no se violaron las reglas de financiación electoral y que el pago de Cohen se hizo para proteger la familia del presidente. Mantiene así que el dinero no estaba conectado con fondos de la campaña de Donald. El desembolso se realizó en octubre de 2016, a días del paso por las urnas. “Rudy sabe que esto es una caza de brujas”, insistió el presidente, “ha visto bastantes de estas. Es terrible”. También dijo que Giuliani está “poniendo su corazón” al manejar todos los entresijos legales del presidente.Rudy Giuliani hizo la revelación del reembolso, durante una entrevista con la cadena Fox News. Explicó incluso que se hizo en 12 pagos de 35.000 dólares. La afirmación entraba en plena contradicción con todo lo que había dicho hasta ahora Michael Cohen y el propio Donald Trump así como la Casa Blanca. En una serie de tuits, Trump confirmó la versión de Giuliani. Este, por su parte, dijo a los medios tras la entrevista que Trump estaba en sintonía con su versión y que ambos la habían pactado días antes. El presidente dijo a los periodistas que revisaran sus declaraciones para comprobar que no había modificado su argumento. Giuliani volvió a ser entrevistado por la cadena NBC y se limitó a decir que estaba trabajando duro con Trump para establecer una “estrategia consistente”. Dijo que el presidente se había enterado del reembolso a Cohen hacía solo una semana y que eso explicaba por qué no lo había reconocido antes públicamente. “Creo que no se dio cuenta hasta que nosotros -por su equipo de asesores legales- le puso al corriente del papeleo”, afirmó, “por eso es”.

Trump insistía en que todo este revuelo mediático “es muy malo para el país” y acusó a los medios de “estar contándolo todo mal”. El presidente recordó que ganó las elecciones por méritos propios y con comodidad frente a Hillary Clinton. Concluyó diciendo también que quiere hablar con el fiscal especial de la trama rusa, Robert Mueller, porque no hizo nada ni hubo obstrucción, “nadie quiere hacerlo más que yo pero tengo que saber que vamos a ser tratados justamente”. Estas informaciones nos las hizo llegar a EL BESTIARIO nuestra colaboradora Juan Bacallao. “Son ‘fakenews’, pero no importa. Es mi regalo al inquilino de la Casa Blanca que no fue capaz de realizar una llamada de cortesía a nuestro nuevo líder Miguel Díaz-Canel. El actual presidente cubano me tiene a su disposición para lo que sea, con el mayor de los respetos hacia su actual compañera Lis Cuesta…”. La conocida también como la ‘Venus negra del Gato Tuerto’ fue el último “romance” secreto, clandestino y habanero del ‘Padre de las vedettes españolas’. El vasco, originario de Eibar, Guipúzcoa, en el Norte de España, dejó de forjar una leyenda de arlote, hombre de poco fuste, burlonesco y entrañable, que ahogaba su dolor en lo más escondido de su alma… “Empecé a perseguir a las artistas por culpa de la mujer que no me quiso. Las cornadas de los toros, las heridas de la guerra, las crudas de las ‘farras’ se curan. Pero las de los ojos de una mujer, no…”. La culpa la tuvo, Juana ‘La Cubana’, la primera estrella de Cuba, con permiso de Rosita Fornés, fallecida recientemente en Miami y enterrada en su Cuba natal. Tal vez estamos ante la más bella historia de amor imposible jamás contada en un medio impreso del Caribe. La culpa la tuvo, Juana Bacallao, la primera estrella del ‘Caimán Verde’. Fascinante, único, irrepetible Carral. Tal vez la tuya sea la más bella historia de amor imposible jamás contada. Fuiste capaz de perderte en el espacio como un átomo, recorriendo casi diez mil kilómetros tras el duende de Juan Bacallao. Ella, desde entonces, lleva algo de ti. Una de esas setecientas ‘txapelas’ (boinas vascas) que compraste a lo largo de tu larga vida. Te quiere… ¿sabes? Te quiere. Y también Lina Morgan, y Norma Duval, y Tania Doris, y Sara, la Saritíssima Montiel, y Carmen Sevilla, y la Bibí Anderssen, la ‘chica’ del director de cine manchego, Pedro Almodóvar, quien sigue dando que hablar con su película ‘Dolor y Gloria’…

Te preparaban un gran homenaje como el ‘Rey vasco de las vedettes españolas’. Desapareciste. Regresaste a tu Eibar. Estuvimos juntos comiendo unos ‘bocatas’ de anchoas con guindillas en el Bodegón Rusky. Más tarde, junto con el pintor Paulino Larrañaga, mis amigas Isabel y Cristina Aldalur, el fundador de KeinGroup, Roberto Ruiz Sarasqueta, y mis sobrinos Leyre y Andoni, terminamos cenando una merluza con kokotxas en el restaurante Iñaxio, junto con el ‘chef’ José Navas y su inseparable y minimalista esposa Belén. Días después te dimos un ‘hasta luego’ en la Parroquia de San Andrés, con los sacerdotes Pedro Celaya y Jesús Sanmiguel. Tus vedettes se enteraron de tu muerte y nos hicieron llegar su pesar. Eras para ellas como un verdadero padre. Supiste darles lo que otros hombres nunca lo lograron: generosas dosis de cariño. Todo ha sido posible gracias a aquella novia estúpida -me dijiste su nombre, la conozco, pero seguiré respetando en columna EL BESTIARIO nuestro acuerdo de secreto-, que te dejó para casarse con otro que es más estúpido que ella. Te lo puedo asegurar. Te obligó a lanzarte como un ‘kamikaze’ suicida tras las coristas. ¿Qué hubiera sido de ti sin aquella herida humillante y cruel en un pueblo guipuzcoano cubierto de nieblas y lloviznas interminables y bendecido por aquel cura Pedro Zingotita que se ponía en las afueras de la parroquia y obligaba a las jovencitas, a regresar a sus casas para cambiar sus ‘demoníacos’ pantalones que marcaban demasiado las ‘curvas’ delanteras y traseras, por unas faldas decentes que taparan holgadamente sus rodillas -más bien parecían unas ‘burkas’ vascas-?

Créeme te hubieras convertido en un marido anodino, aburrido, parapateado tras un periódico o ahora en unas redes sociales, para evitar la cara desnuda de lo cotidiano. Es más, nunca hubieras degustado el excitante y amargo sabor de la noche, el sueño bajo una farola, el olor de las rosas de los camerinos, el bouquet del champán o cava en madrugada, el beso tierno y sincero de una muchacha de revista. Por todo ello muchos te envidiaban, aunque te hayan dedicado ahora años después un pasodoble. Hasta el periodista más tonto sabe que “escribir es llorar”, como decía Mariano José Larra. Contigo esto no es posible, y con su última ‘novia’, Juana ‘La Cubana’, menos. Cualquier día de estos reiremos como payasos tristes y locos, sin ‘platanitos’ mexicanos que causan ira y dolor, bajo la sombra de tus genialidades. Si es preciso, incluso, con humor negro. El negro es inevitable en esta historia Alejandro. Tú, pavonero, fumador obsesivo compulsivo de los ‘incancerígenos’ Farias, y con tu libre y salvaje boina.

Edgard Allan Poe escribió sus ‘Historias de Terror e Imaginación’, sin saber de tu existencia. No sabe lo que se perdió. Si está ahora al lado tuyo cuéntale Alejandro lo de aquel domingo de diciembre en Cestona. ¿Recuerdas? Gipuzkoa y todo el País Vasco estaban asolados por los sádicos asesinatos cometidos en el bar ‘Carabanchel’ de Vitoria. La de periódicos que se vendieron entonces, sobre todo ‘El Caso’, matutino romántico de la ‘crónica roja’. Me consta que tú estabas bastante harto de todo aquello. El mundo vasco se había vuelto monotemático. Fuiste a una carnicería. Compraste un kilo de hígado. Te embadurnaste hasta la calva y la ‘txapela’ con el material. Pediste prestada el hacha al carnicero -“es sólo un momento”, dijiste- y con la ropa machada entraste en el bar más cercano gritando “¡He matado a diez y puedo matar a media Euskadi. Hay mucho cabrón suelto!” Dios mío, ¡Qué fue aquello! El personal salía por las ventanas, mientras tú, tranquilamente encendías tu tercer ‘Farias’ del día. Eran otros tiempos. “Locuras de juventud”, según tú. Años después, ya tenías bastante con emborrachar de champán a un burro en los ‘Sanfermines’, las fiestas de Pamplona, Navarra. “Estaba con un americano de barbas, me dijo que era Ernest Hemingway y compartimos unos ‘Moet’ con Platero”. En su Eibar natal nadie ignora tu ilustre condición de hijo de la muy ejemplar ciudad. Durante muchos años le restaste protagonismo al mismísimo pintor Ignacio Zuloaga, icono del lugar.Incluso te atreviste a dormir alguna siesta veraniega bajo la efigie de la estatua frente a la Parroquia de San Andrés. Hace unos años te dedicaron un rancio pasodoble titulado ‘Alejandro Carral’. Conociéndote sé que te hace más ilusión la canción de Lady Gaga, ‘Alejandro’…

Alejandro Carral era conocido en Eibar por sus amores imposibles en una sociedad de amores eternos, por sus gamberradas de juventud y sus visitas de fin de semana a las ‘Cortes’ de Bilbao, el barrio autorizado de putas de Bilbao, por parte de la Sección Femenina de la Falange Española de Pilar Primo de Rivera y sus ‘mojigatas’. Había allí unos bares donde no faltaban actuaciones de vodevil. No de ellos tenía nombre de felino, no era tuerto como otro que conocerías años más tarde en la capital cubana, sino negro como la ‘Juana’ que conociste en un gato tuerto: ‘El Gato Negro’ (KatuBeltz). Allí se encontraba con vecinos eibarreses, todos ellos ejemplares maridos y padres de familia, como lo exigía Pedro Zingotita. Estas ‘escapadas” nocturnas a la capital vizcaína venían precedidas de largas jornadas de trabajo de hasta veinte horas diarias en su empresa familiar, muy cerca de Errebal y su Plaza del Mercado y el bar ‘Trinquete’. En un viejo y oscuro local -un tanto gótico a lo Tim Burton, nos hacía recordar la peluquería de JhonnyDepp en ‘SweeneyTodd: El barbero diabólico de Fleet Street’’ y la fábrica de hamburguesa ‘humana’ situada en su sótano- había una decena de bañeras llenas de líquidos negros, escopetas y armas. Esos líquidos negros eran el producto final de una complicada mezcla de elementos químicos. La ‘receta’ era secreto de familia. Alejandro era a la vez el bardo Asurancetúrix y el jefe de la aldea Abracúrcix del mundo de Astérix y Obélix de los Uderzo y Goscinny. Hasta su muerte mantuvo el secreto del ajiaco cubano, o pozole mexicano o porrusalda vasco.

El pavonado consiste en la aplicación de una capa superficial de óxido abrillantado, compuesto principalmente por óxido férrico de color azulado, negro o café, con el que se cubren las piezas de acero para mejorar su aspecto y evitar su corrosión. Los orígenes del pavonado son un tanto inciertos, remontándose a cerca de tres siglos. Lo que sí se conocía es que calentando el acero hasta alcanzar un tono azulado y sumergiéndolo en aceite, aumentaba considerablemente su resistencia a la herrumbre. Existen dos métodos de pavonado: el ácido y el alcalino. El ácido es sin duda el método que proporciona mejor calidad, durabilidad y aspecto. Pero requiere mucho tiempo para lograr el resultado deseado. Se obtiene mediante la aplicación de ácidos que proporcionan una oxidación superficial de gran adherencia y durabilidad. En cambio el alcalino es mucho más fácil de lograr y en muy poco tiempo, por lo que es el método utilizado habitualmente. Alejandro Carral utilizó siempre el ácido. Su ‘buenhacer’ traspasó las fronteras de España. Eibar era conocida mundialmente como la ciudad armera. En sus buenos tiempos hubo más de trescientas fábricas de escopetas funcionando junto a una firma de pistolas, “Star”. Una de estas armas se hizo famosa un 22 de noviembre de 1963, cuando Lee Harvey Oswald asesinó en Dallas al presidente de los Estados Unidos, John Fitzgerald Kennedy, y después fue abatido a su vez por Jack Ruby. Todos los fabricantes vascos de armas, cuando recibían un encargo especial sabían que tenían que pasar por las ‘bañaderas’ de Carral.

“En una ocasión vino un escopetero con unos clientes de Alemania -nos contaba en una deliciosa tertulia ‘ruskyana’- y me pidieron que les dijera cómo lograba aquella perfección en el trabajo, con una mezcla que lograba un pavonado único. Los dos eran químicos, recién graduados. No llegaban a los 30 años. Yo saqué la mano de mi bolsillo e introduje el dedo índice en la mezcla. Después me lo llevé a la boca y lo chupé. Los invitados no quisieron seguir allí. Parece que se asustaron ante un trabajo tan artesanal. Antes de irse me preguntaron si ni tenía el estómago con úlceras o perforaciones. Les dije que no. Cuando se fueron fui al lavabo a limpiarme el dedo índice. Ellos no saben que en la bañera metí el dedo índice, pero en la boca, el medio. Uno puede ser en la vida un poco loco Santiago, pero nunca un imbécil. Ellos pretendían con sus cinco años de carrera saber más de química que uno que lleva toda una vida en ésto, desde que tenía diez años… El óxico férrico era para mí más familiar que una gaseosa Pitusa o una Coca Cola…”.

Alejandro Carral, hombre religioso, perteneciente a la familia tradicionalista carlista católica española, nunca siguió a rajatabla las consignas marcadas por la Iglesia de Franco. “He intentado cumplir con el sexto mandamiento. Nunca lo logré. Lo que sí te puedo decir es que nunca a ninguna mujer le he pedido ir al cuarto a hacer el amor. Siempre me lo han pedido ellas. Incluso cuando iba a ‘Las Cortes’ de Bilbao, se me acercaba una chica y me pedía un trago y otro y otro, yo seguía esperando a que ella me dijera para subir a la habitación. Ya era hora, le decía, estaba ya mojado…”. Este hombre irrepetible no gustaba jamás de hacer ostentación de sus ligues. Este principio lo mantuvo a rajatabla son sus vedettes, acostumbradas a los chismes de la prensa del corazón…, y como no con la que se encontró un fin de año de 1985, en las ‘Cañitas’ del Hotel Habana Libre, en la capital cubana. Allí estaba Juana Bacallao, quien ‘aceleró’ si cabe aún más la irresistible atracción del eibarrés por las coristas. En este caso había un elemento que aceleró, con total seguridad, el encuentro: la negritud. El negro era una constante en la vida de Alejandro. Una boina voló hasta la entrada del cabaret ‘Caribe’, donde los clientes dejaron de dirigir sus miradas al escenario donde actuaban ‘Los Van Van’. El ambiente, el ‘feeling’ lo protagonizaron aquella noche Juana y Alejandro. El ‘gaito’ Carral quedó ‘enganchado’ de la ‘niche’ Bacallao.

“Esa negra ha logrado que cicatrizara la herida de un cruel abandono de mi primera y única novia vasca. En una semana Juana La Cubana ha hecho que deje a un lado todas esas ideas ridículas que nos metían desde niños los frailes y curas y monjas de nuestro País Vasco…”, me confesaba Alejandro. “Me voy a España y regreso para quedarme con mi negrita…”. No pudo cumplir sus deseos. Sus restos mortales quedaron en su Euskadi, pero sus espíritus hacen cola todas las noches para ver en ‘El Gato Tuerto’ a su Juana ‘La Cubana’. Ella lo sabe. Una noche de estas volverá a volar una boina vasca sobre el escenario. Será la tuya, Alejandro. Nunca te conté que conocía personalmente a Juana Bacallao y que ella fue la artista invitada en una fiesta que hicimos en el municipio habanero de Santa Fe, al lado de la Marina Hemingway, en la inauguración de un proyecto empresarial editorial que cumple ahora 25 años en el Caribe, y que tiene su reflejo en el GRUPO EL BESTARIO, Periodismo, sin más, con sede en Cancún. Alain Bravo Rodríguez, empresario fundador de ‘Alumaxi’ y ‘Maxividrio’, colaboraba por entonces con nosotros en la gestión de las revistas ‘Mar Caribe’, ‘Récord’ y ‘Habanera’. Era la persona que se encargó de traerle hasta el improvisado escenario. Con ella compartimos varias veces en otras ‘actividades’ como dicen los cubanos, en el Hotel Capri, al lado del Salón Rojo; en casa de nuestro amigo Gustavo Mesa, en Centro Habana; con Néstor Milí, director de la revista musical ‘Tropicana Internacional’, donde escribía también Leonardo Padura, autor de ‘El hombre que amaba a los perros’… No me extraña que acabara con tus penas Alejandro. Juana ‘La Cubana’ es sinónimo de ‘sabrosura’.

Antes de declararse la pandemia del Covid-19 subieron a las redes sociales unas imágenes de una supuesta boda de Juana Bacallao. Todo ha sido un montaje para un ‘reality show’ para un programa de Alexis Valdés en La Habana. “Mi próxima boda de verdad será con Alejandro en la eternidad, donde no hay amores imposibles…”, dicen que comentaba Juana Bacallao, al ser interrogada por su romance con el ‘Rey Vasco’. Donald y Rudy no son conscientes de esta agente arma secreta ‘pavoneada’ en el taller de Alejandro, en la muy ejemplar ciudad de Eibar, en Euskadi, en plena Unión Europea. La conocen internacionalmente -también en Cancún y en la Riviera Maya, y en el resto del Caribe Mexicano, como la ‘Mata Hari del Gato Tuerto’, la de las guarachas y son cubano… Mata Hari fue también una famosa bailarina, cortesana y espía holandesa. Con las danzas brahmánicas y orientales triunfó en Europa. Durante la Primera Guerra Mundial realizó labores de espionaje a favor de Alemania, por lo que fue detenida por las fuerzas francesas, declarada culpable de espionaje y traición, condenada a muerte y ejecutada por fusilamiento el 15 de octubre de 1917 en la Fortaleza de Vincennes. La palabra matahari proviene del idioma malayo y significa “Sol”, y literalmente “Ojo del día”. En 1914 estalló la contienda militar, y la conmoción envolvió a Europa. En ese año se encontraba actuando en Berlín, donde tenía como amante al jefe de la policía local, quien la contactó con un hombre clave: EugenKraemer, cónsul alemán en Ámsterdam y jefe de la inteligencia alemana.

Al año siguiente volvió a Holanda, pero el tren de vida al cual se había acostumbrado la fue hundiendo. En medio de la crisis, y viéndose mayor para continuar con su trabajo de bailarina, aceptó que Kraemer pagara sus deudas a cambio de información. Así adquirió su tercera identidad: la del agente H-21, aliada de las fuerzas prusianas. De vuelta a París conoció al capitán Georges Ladoux, oficial del contraespionaje francés. Si bien el militar no le tenía mucha confianza, la utilizó para conseguir datos sobre las fuerzas prusianas. Seguro de su actividad de espía a favor del enemigo, Ladoux posteriormente decidió mantenerla secretamente vigilada. En 1916, se enamoró de VadimMaslov, un joven oficial ruso de 23 años que estaba al servicio de Francia, y que fue gravemente herido en el frente francés perdiendo un ojo. Ella acudió al buró de las autoridades francesas dirigido por el capitán Ladoux para conseguir un visado especial para el tránsito por el territorio en guerra, que era necesario para visitar a su amante en el hospital de campaña donde se encontraba. Es sabido que ella aceptó el encargo hecho por Ladoux de espiar para la república francesa al embajador alemán en Madrid como su joven amante se lo había propuesto, pero no resultó demasiado útil. De hecho, se cree que esta fue una trampa que Ladoux le tendió para para poder probar que era una espía y entregarla a las autoridades francesas. Durante su estancia en el frente, fue abordada por los alemanes que le ofrecieron dinero a cambio de que revelase los secretos que conocía de los franceses, ella aceptó pero solo dio información trivial. El 13 de febrero de 1917, fue detenida por las autoridades francesas en su habitación del hotel Elysèe Palace de París; ella pidió que se le diera tiempo para ducharse y cambiarse, pero al cabo de unos minutos, regresó completamente desnuda y repartiendo bombones a sus captores en un casco prusiano que uno de sus amantes le había regalado hacía años, en una acción fallida por disuadirlos. Fue acusada de espionaje, de ser una agente doble para Alemania y de haber sido la causa de la muerte de miles de soldados. Su amante VadimMaslov habló de ella en términos de “mujer aventurera”, una vez que supo de su encarcelamiento. Fue sometida a juicio en Francia el 24 de julio de 1917, durante el cual afloraron muchas de las mentiras y engaños que había contado sobre su vida, lo cual fue empleado para desacreditarla. “¿Una ramera?, ¡sí!, pero una traidora, ¡jamás!”. Frase atribuida a Mata Hari durante el juicio. Fue declarada culpable de espionaje y alta traición sin pruebas concluyentes y basadas en hipótesis no probadas que hoy en día (principios del siglo XXI) serían insostenibles en un juicio moderno. De hecho, una asociación de su ciudad natal solicitó al Ministerio de Justicia francés una revisión póstuma del caso, pero esta petición no fue atendida. La tesis más extendida sobre Mata Hari es que, aunque reveló algunos datos sobre algunos movimientos militares alemanes, como el desembarco nocturno de algunos oficiales del káiser en Marruecos, y que comunicó al enemigo movimientos de tropas francesas que conocía por la prensa de Madrid y París, no parece que Mata Hari fuera una espía importante, pese a que llegó a ser acusada por Francia de haber sido entrenada en una escuela en los Países Bajos para tal fin. En aquellos momentos, Mata Hari era más bien una cortesana que aceptó encargos de este tipo para mantener su nivel de vida y después para poder visitar, en territorio de guerra, a su joven amado herido en combate. Quienes han estudiado este personaje dicen que, en realidad, se tomó esta labor como un juego, no siendo plenamente consciente del riesgo. Conociéndole a Juana Bacallao creo que los inconscientes y los que están en riesgo, en este electoral 2020 y a apenas dos meses de las nuevas presidenciables, son el actual presidente norteamericano Donald Trump y Rudy Giuliani.

Juana Bacallao “ama” a JoeBiden, el candidato demócrata, y así lo recalcó en los programas de las televisoras anticastristas y pro ‘trumpistas’ de Miami, en La Florida. “Juana La Cubana es una agente secreta del G-2…”, acusaba un exiliado cubano a la Bacallao en el Nuevo Herald. Exmilitante comunista, camaleónicamente reconvertido al republicanismo de extrema derecha, trumpista…, no sabe con quién se está metiendo, con Neris Amelia Martínez Salazar, la agente Juana Bacallao. En su carrera artística realizó presentaciones en importantes plazas de la vida nocturna cubana, como el Salón Rojo del Hotel Capri, el Parisien del Hotel Nacional, el Cabaret Tropicana… Compartió escenarios con artistas como Nat King Cole, Bola de Nieve, Chano Pozo y Beny Moré, y se presentó en países como México, España, Estados Unidos, Francia, República Dominicana, Venezuela y en la Opéra-Comique de París… Hasta el año 1959 su presencia estuvo proscrita en la televisión de su país y su carrera se limitó a presentaciones en centros nocturnos. Esto determinaría en ella el desarrollo de una teatralidad escénica un poco extravagante. Durante una época, el alcoholismo hizo estragos en su vida, aunque más tarde abandonaría el alcohol para continuar con su carrera. Posteriormente, Bacallao llegó a recibir reconocimientos tales como la Distinción por la Cultura Nacional, la Medalla Alejo Carpentier y el Disco de Oro en Canadá. Con su vestuario peculiar e intervenciones humorísticas fue que llegó a convertirse en un personaje popular y respetado en La Habana y Miami. También en Cancún y en Eibar sabemos que Juana es mucha Juana, la negra que enamoró a nuestro ‘negro’ eibarrés Alejandro Carral, el industrial del pavón que hizo ‘morenas’ o ‘prietas’ a millones de pistolas Star y escopetas Ignacio Ugartechea, Félix Sarasqueta, Aguirre y Aranzábal…, que se fabricaban en esta ciudad de tradiciones centenarias armeras. En tertulias nocturnas con familiares y amigos deliramos con la ‘Boda Real’ de los histriónicos personajes. Juana sigue mirando al cielo esperando una boina de su Alejandro vasco. Bacallao, en un lustro, centenaria, sigue luchando por otro ‘Alejandro’, el cubano, Fidel Alejandro Castro Ruz. La tarea, que gane el demócrata JoeBiden, el próximo 3 de noviembre, en las 59 Elecciones Presidenciales de los Estados Unidos.En Cuba la charada es una tabla de 100 números, los 36 primeros provienen de la Charada China, y los restantes proceden del imaginario popular cubano. En la tradición del cubano, los sueños se relacionan con los números de la charada y sus correspondientes representaciones. La interpretación de estos sueños se suelen describir como ‘cábala’ en los barrios del país, y sirven para apostar en el popular juego ilícito conocido como ‘La Bolita’. El 59 es Loco, y además Fonógrafo, Langosta, Anillo y Araña Grande…

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