Autentica verdad

Si no apartas tiempo para planear la vida que quieres tener, tarde o temprano te verás obligado a usar tu tiempo batallando con una vida que no quieres. Quién no sabe administrar su valioso tiempo, pronto será víctima de la tiranía de lo urgente.

Sabemos que en esta vida son dos cosas que no nos alcanzan, el dinero y el tiempo. Con el tiempo podemos organizarnos y trabajar para ganar dinero, sin embargo, con el dinero ganado no podemos comprar el tiempo perdido. Lo que se fue, se fue.

«Hijo, nadie se baña dos veces en el mismo río» Solía decirme mi abuelo; es una auténtica verdad, pareciera ser que el río está ahí, ayer, hoy y siempre; no se mueve, y podemos bañarnos las veces que sea, y sigue estando ahí. Pero, lo cierto es que sus aguas corren y las que usamos para bañarnos se van.

Los padres que vieron partir a sus hijos con el sueño americano, años más tarde, al regresar éstos, ven en lo que se han convertido, ya no son lo que fueron, traen la viva vivida, gastada y aprendida en lo que la gastaron; ¿Que diran ellos, al volver? ¿Cómo encuentran ellos a sus padres? ¿Son los mismos que dejaron al partir? Claro que no, los seres humanos vamos cambiando, dejamos de ser lo que fuimos, para ser lo que la vida misma y las situaciones nos han convertido.

_ Ya no eres como antes . Reclamó la joven esposa al marido; y este contestó: Es que hoy, ya no es antes _.

¿Has tenido miedo de ti mismo? ¿De tus pensamientos? ¿De lo que te dan ganas de hacer muchas veces? ¿Te has espantado de ver hasta dónde has llegado en esos sueños locos? Dentro de nosotros están agasapados todos esos sentimientos, deseos o anhelos, reprimidos por la ética, los valores y la moral; los sueños muestran una auténtica verdad de nosotros, ya que al caer en el sueño profundo, el inconsciente es liberado para ser lo que nos gustaría ser y hacer. Ese otro yo, es también nuestro yo. Auténtico, liberado y aveces agazapado.

¿Conoces tus límites? ¿Conoces realmente quien eres? La auténtica verdad es que ahora ya no somos lo que fuimos, y no sabemos en qué nos convertiremos. En nuestros afanes, cansancio y anhelos, vayamos a Dios como nuestro puerto de paz y a Jesucristo como nuestro maravilloso Salvador.

Mateo 11:28-30.
«Vengan a mí todos ustedes que están cansados de sus trabajos y cargas, y yo los haré descansar. Acepten el yugo que les pongo, y aprendan de mí, que soy paciente y de corazón humilde; así encontrarán descanso. Porque el yugo que les pongo y la carga que les doy a llevar son ligeros.»

¡Bendiciones amigos y hermanos caminantes del camino llamado vida. Pbro. Carlos César González Cruz.

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