Entran como ‘Juan por su casa’ a fiscalía

CANCÚN

Por Ramón Uresti Hernández > Quequi

 

Ejemplo elocuente del grado de inseguridad que se vive y de la ineficacia del actuar de las autoridades es el robo cometido ayer en las oficinas de la propia Fiscalía General del Estado, mismo que no fue detectado a tiempo y que por ello quedó impune.

Pese a que hace poco más de tres semanas la Fiscalía General del Estado fue atacada por un comando armado, enfrentamiento que se saldó con tres muertos, pareciera que la lección no ha calado a la autoridad, que nuevamente se ve burlada y vulnerada por delincuentes, que en este caso pudieron ingresar y salir sin problemas de sus instalaciones, llevándose información sensible que podría echar por tierra uno o más casos investigados o defendidos ante un juez.

Eran las 8 de la mañana cuando se reportó al número de emergencias 991, un robo de expedientes del departamento de consignación y trámites del edificio Plaza Amandala, ubicado en la Supermanzana 523, donde funciona la subsede de la Fiscalía, encargada de atender los casos del sistema tradicional, previos al nuevo sistema de justicia acusatorio.

Por el momento se desconoce cuántos fueron los expedientes sustraídos de estas oficinas, aunque se sabe que allí se archivan los casos de alto impacto.

De acuerdo a las partes policiacos, el personal de la dependencia informó que el pasado jueves se retiraron de dichas instalaciones dejando las puertas de acceso cerradas. Solo dos empleadas manejan estas llaves y cada una cierra un candado de cada puerta.

Ayer, al llegar al lugar, se percataron que las dos puertas del edificio estaban abiertas, sin que hubiese nada forzado. De acuerdo a los policías municipales, los candados, que tampoco estaban forzados, aparecieron tirados en las escaleras del edificio Amandala.

 

¿AUTORROBO?

La facilidad con la que los ladrones ingresaron al lugar, al parecer con copia de ambas llaves, hace pensar en un posible trabajo interno.

No se descarta que se hayan sustraído documentos de casos que litigan despachos de abogados «amigos» de funcionarios, para conocer los asuntos y que los abogados defensores de los involucrados arman una estrategia legal que permita una reducción en la condena, ganar amparos y hasta la liberación de los acusados.

El fiscal, Miguel Ángel Pech Cen, confirmó en entrevista posterior que nada había sido forzado, e incluso no descartó que al personal simplemente se les haya olvidado cerrar el recinto, pese a que se trata de dos puertas separadas.

Cabe mencionar que en otras ocasiones ya se han robado expedientes como sucedió en el caso del presunto pederasta Jean Succar Kuri, cuando su expediente 121/2004 basado en varios tomos fue robado de la oficina del entonces director de averiguaciones previas de la entonces Subprocuraduría General de Justicia y que luego aparecieron tirados en la avenida Bonampak, dentro de una maleta negra.

 

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