Round 12: Diciembre, último round de 2023
Por Mauricio Sulaimán
(Presidente del WBC – Hijo de José Sulaimán)
Entramos a la recta final de este maravilloso 2023, un año lleno de grandes cosas para el boxeo a nivel mundial. Se han dado algunas de las más importantes peleas alrededor del mundo, llenos en las arenas y estadios, altos ratings en múltiples televisoras y plataformas; el boxeo femenil ya se estableció como una gran fuerza en el deporte, Arabia Saudita ya se posicionó como una realidad para promover mega carteleras, y el CMB reafirmó su poder de convocatoria y liderazgo en el deporte, con su reciente convención anual en Uzbekistán, de la cual salió un extenso plan de trabajo para el 2024.
Uno de los grandes propósitos será continuar con el proceso de unidad en todos los ámbitos del boxeo: Unidad, respeto y colaboración entre promotores, plataformas, organismos y todos los miembros de esta industria que se encuentra totalmente fragmentada.
El boxeo es un deporte diferente a todos los demás en cuanto a la estructura del negocio, ya que todo recae en los promotores, quienes, a su vez, se “apalancan” con lo más importante que hay: La televisión, y de ahí se suman los patrocinadores, y obviamente, la taquilla. Hay muchos intereses creados, pues en ocasiones se trata de contratos o eventos multimillonarios, y por lo mismo, se da una competencia que no siempre es limpia y honorable.
Hay otro componente en el negocio que son los medios de comunicación, los cuales, al cubrir el deporte, pueden llegar a tener ingresos importantes.
Finalmente estamos los organismos regidores del deporte, ya sean federaciones continentales, y nacionales, además de comisiones de boxeo locales, y los que reconocemos los campeonatos mundiales.
El CMB es un organismo, sin fines de lucro, que cuenta con la afiliación de 170 países del mundo, y nuestro propósito de existir es el boxeador, antes, durante y después de sus años de vida en el ring, y cada centavo generado, regresa de una u otra manera al boxeo. Todo lo que el WBC (CMB) ha hecho, hace y hará es a nombre de todos los deportistas y promotores que han participado en peleas titulares de nuestro organismo; juntos hemos cambiado este deporte haciéndolo más humano, seguro y grandioso.
Nosotros no somos de pelea, somos mediadores, proponemos siempre ir hacia adelante, y sumar; tratamos de no entrar en confrontamientos, pero hay ocasiones en las que no podemos aceptar acciones irresponsables que pretenden dañar al boxeo o nuestro organismo.
Existe una publicación estadounidense llamada “The Ring”, la cual nació en 1922, y lamentablemente, dejó de imprimir ejemplares el año pasado, y ahora es digital.
La popularidad que tuvo en el siglo pasado, los llevó a tomar atribuciones equivocadas, ya que la labor de un medio debería ser limitada a comunicar. Crearon clasificaciones de boxeadores por división, lo cual está perfecto, pues eso es del gusto de los aficionados, pero después empezaron a otorgar cinturones de campeón, a quienes consideraban el mejor de la división; aun así, quizá pudiera ser aceptable como un tema de popularidad, pero eso creció, les llenó la cabeza de humo, y los llevó a buscar ser competencia directa de organismos como el nuestro.
La historia de “The Ring” ha sufrido algunos escándalos mayores durante su existencia, uno en la década de los 70, cuando modificaron e inventaron resultados de récords de peleadores involucrados en un torneo de pesos Completos, la televisora ABC canceló dicho torneo al descubrir dicho fraude. Sus libros de récords, que también dejaron de publicar hace algunas décadas, están llenos de errores.
El WBC siempre ha mantenido relaciones amistosas; inclusive, por muchos años, hasta que dejó de imprimir, adquirimos 500 revistas mensualmente, que enviamos a la membresía de nuestro organismo.
Antes de iniciar nuestra convención anual, “The Ring” publicó que sus clasificaciones eran las únicas que importan, que las de los organismos como el WBC son corruptas, manipulables, y hasta una grosería, se utilizó como adjetivo.
Esa fue una de las muchas ofensas e intentos de intimidar a terceros por el poder que da el tener una publicación, y fue entonces que respondí públicamente. Los hechos son muy claros, “The Ring” es una publicación que pertenece a un promotor de boxeo, ya con eso pierde absolutamente toda credibilidad y autoridad como medio.
“The Ring” es una revista que es un negocio, es una empresa, y que equivocadamente cree que otorgar cinturones a campeones, les da autoridad y pertenencia en la administración del deporte. Es muy fácil otorgar cinturones a los campeones, que, por muchos años, hicieron su carrera y llegaron a la cima por medio del WBC, y de los otros tres organismos regidores del boxeo.
“The Ring” no hace absolutamente nada en el boxeo, que no sea publicar notas, hacer sus clasificaciones y escoger a quien darle cinturones.
El WBC tiene 170 países afiliados, operaciones en muchos países, comités de investigación, inversiones millonarias en programas para hacer el boxeo más seguro, programas de responsabilidad social, y una infinidad de actividades que no se pueden exponer en una columna.
Por otro lado, David Benavidez se consagró con un espectacular nocaut sobre el invicto doble campeón Demetrius Andrade, y quedó confirmado como retador oficial.
Jermall Charlo regresó tras 29 meses de inactividad, y lució en grande en un nuevo inicio de su vida, tras vencer problemas de salud mental.
Anécdota de hoy
Oscar de la Hoya fue uno de los más queridos campeones de mi papá. “Mijito, ¡Qué bueno es Oscar! Es un peleadorazo, valiente, fuerte y pega; tiene gran carisma, y ¡qué contento estoy de que ahora como promotor está teniendo éxito!”.
Oscar visitó México en una ocasión, y fue invitado, con su equipo, a comer a casa de mi hermano Héctor, y tras la muy sensible conversación, donde las lágrimas salieron por los temas de mi papá, Héctor subió a su cuarto para regalarle su más preciada posesión, un guante firmado por el Santo Padre Francisco para ser puesto en el hospital que Oscar tiene para atención de pacientes con cáncer. Oscar siempre tendrá un lugar especial en el corazón de la familia Sulaimán y su WBC.