
Viven en la incertidumbre
Por Francisco Canul > Quequi
Tulum
Por la incertidumbre y problemas con la tenencia de la tierra en predios costeros de alta plusvalía, hoy día, cientos de posesionarios están las 24 horas de forma discreta atrincherados desde los terrenos ubicados junto al mar para evitar sorpresas, y toda esta tensa situación que saben las mismas autoridades de los tres niveles de gobierno, es parte de vida cotidiana en Punta Piedra y Sian Ka’an.
Propios y extraños cuando llegan a Tulum y deciden recorrer la costa llamada “Punta Piedra”, pueden sentir la brisa del mar, levantar la vista y poder admirar el vuelo de las gaviotas en un ambiente de contacto directo con la naturaleza, quizás creando un ambiente único que les deja una experiencia inolvidable.
Pero más allá de todo esto también son testigos de la infinidad de letreros que dicen “Propiedad Privada”, “Prohibido el Paso”, “Propiedad Ejidal”, “Propiedad del Ejido Pino Suárez”, sin imaginarse que detrás de esos rótulos hay vigilantes armados con machetes, palos, piedras, hasta quizá arma de fuego y hasta encapuchados.
Los poseedores de los predios costeros y moradores de Punta Piedra trabajan de día, y en la noche “montan guardia” para evitar que los capturen o los asesinen; al esconderse el sol, la zona se vuelve tensa, en el día aparentemente se trabaja normal, pero en realidad están a la expectativa de cualquier intento de despojo.
El testimonio de los residentes de Punta Piedra, una franja costera conocida también como “tierra sin ley”, revelan la angustiosa realidad en la que tienen que estar a la expectativa de cualquier intento de despojo.
Punta Piedra, es franja costera muy muy codiciada por su alta plusvalía, lugar donde turistas nacionales y extranjeros están en contacto directo con la naturaleza; sin embargo, es acechada por poderosos grupos, económica y políticamente hablando.
El miedo a ser despojado violentamente de sus predios ya no es la única preocupación de los posesionarios de Punta Piedra, el temor a ser víctimas de asesinatos los inquieta aún más, por eso muchos de ellos han tomado como medida preventiva contratar gente para vigilar día y noche los inmuebles, atrincherados del lado de las playas, así como del camino, además de no ausentarse al caer la noche, y unos hasta se atreven a decir que de ahí solo los sacarán muertos.
Una señora de origen española asegura que decidió venir a Quintana Roo y llegó a Tulum, hace más de 12 años, por considerar este extremo de México, “un buen lugar para vivir”; sin embargo, en los últimos años ha notado como el índice de violencia y despojos se ha incrementado, y ella teme, pues compró un predio costero al Ejido, mismo que ahora es reclamado por una personas de Monterrey, los Garza Ponce para ser precisos.
Juana López Ramírez, Cristina Nava González, Rolando Hernández y Antonia Romero Rosales, viven en la franja costera y además de ser vecinos, comparten algo en común, pues durante años, con gran esfuerzo económico, pagaron unos terrenos en abonos mensuales en donde construyeron sus pequeños hoteles.
Sin embargo, hoy no pueden abandonar sus predios costeros por el temor a ser invadidos o despojados, ante la magnitud del problema, por otro lado, no pueden vender sus predios costeros y tampoco heredarlas porque no tienen las escrituras, más que órdenes de ocupación otorgados por el ejido José María Pino Suárez.
Encarcelamientos, despojos violentos, invasiones y el crimen de Álvaro López Joers, entonces abogado de más de 40 posesionarios es lo que a lo largo de más de 20 años ha dejado el problema de irregularidad jurídica en el que está inmersa la llamada franja costera Punta Piedra, ubicada al sur de la zona arqueológica de Tulum.
Y es que a largo de más de dos décadas las autoridades correspondientes no han podido “destrabar” los conflictos por la tenencia de la tierra, violentando la zona hotelera donde los posesionarios de predios que han construido pequeños y grandes hoteles viven atrincherados ante el temor de ser víctima de los promotores de violentos despojos e invasiones como siempre aquí ha ocurrido.
A decir de los propios posesionarios de predios costeros ubicados a lo largo de siete kilómetros desde el hotel Maya Tulum hasta el Arco de Sian Ka’an, esto ha marcado a Punta Piedra con muerte, y para ser más precisos la ejecución el 17 de mayo de 2012 del abogado, Álvaro López Joers, quien estaba a cargo de numerosos litigios por la posesión de tierras de alta plusvalía en la costa tulumense.
Violentos despojos tras juicios laborales y mercantiles todos preparados desde las más altas esferas políticas del estado durante el mandado del entonces gobernador hoy preso en Panamá, Roberto Borge Angulo, entre otros delitos, sumergiendo a los posesionarios en un mar de zozobra y desesperación, ante la ineficacia de las autoridades de los tres niveles de gobierno para poner fin al añejo litio.
En los distintos predios siempre inmersos en litigios, también se puede observar a guardias de seguridad privada vigilando a todas las personas que pasan, cuidan los vehículos de lujo ahí estacionados de los patrones, y cualquier movimiento o persona sospechosa por el lugar se comunican vía radios, y en seguida ya están 20 o 30 sujetos parados en la puerta listos para defender cualquier intento de despojo o contraatacar.
En Punta Piedra prevalecen dos conflictos: uno, hasta dónde llegan los terrenos del Ejido Pino Suárez y, dos, quiénes son los propietarios; todos se han tenido que dirimir uno a uno en los tribunales.
“El Nuevo Centro de Población Ejidal (NCPE), José María Pino Suárez, termina antes de la franja costera; sin embargo, son casi todos los comuneros los que tienen su predio costero con pequeñas palapas donde pernoctan o pasan el día, por eso de que los vayan a invadir o que sean sorprendidos con algún violento despojo, como aquí en esta zona se ha hecho muy común”, dice uno de los lugareños.
En resumen, mientras las autoridades de los tres niveles de gobierno no definan a quien realmente pertenece la franja costera, los posesionarios al igual que los comuneros tendrán inseguridad en su predio, y el principal problema está allí en Punta Piedra.
Foto: Francisco Canul > Quequi
Mientras las autoridades no definan a quien realmente pertenece la franja costera, los posesionarios al igual que los comuneros tendrán inseguridad en su predio.
Los poseedores de los predios costeros y moradores de Punta Piedra trabajan de día, y en la noche “montan guardia”.
Álvaro López Joers, entonces abogado de más de 40 posesionarios fue asesinado por el pleito de tierras.
Ante la magnitud del problema, por otro lado, no pueden vender sus predios costeros y tampoco heredarlas porque no tienen las escrituras.