«Una cruz para recordar»

MISIÓN EVANGÉLICA

Por Pbro. Carlos César González Cruz

Ellos eran amigos inseparables. Siempre habían estado juntos, siempre en las malas, pues ellos eran realmente malos, muy malos. Desde chicos, muy jóvenes el destino los unió, hijos de padre malos y pues, de tal palo tal astilla.

Ellos se amaban, eran amigos unidos por la maldad e inseparables, inseparables hasta en su aprensión. El día que en su plan malvado, cometieron crímenes condenado por el gobierno Romano, cayeron bajo la maldición de ese gobierno que se especializaba en torturar y matar a los malhechores.

Recibieron los tres la penosa sentencia de morir bajo la pena capital máxima la cual era una lección de advertencia para todos, MORIR COLGADOS EN UNA CRUZ.

Ellos entendían bien lo que significaba esto, estaban tristes pero resignados, pues eran amigos de maldad, juntos aún en su muerte.

Dios tenía otros planes, Barrabás recibe la noticia que alguien Morirá en su Lugar; un tal Jesús de Nazaret. No lo puede creer, pero es la verdad, tiene suerte que alguien muera por él.

Los otros dos son crucificados junto al hombre famoso por los milagros, al cual llaman Salvador. Uno de ellos en su dolor, molesto le dice: «Si es verdad que eres lo que dicen que eres, desciende, Sálvate y salvamos. Su amigo, le dice, «SEÑOR, ACUÉRDATE DE MI CUANDO VENGAS EN TU REINO».

Los tres amigos son separados al final de su vida.

Uno es librado de morir; los otros dos mueren, pero sólo uno tiene la promesa: «HOY ESTARÁS CONMIGO EN EL PARAÍSO.

¡Vaya cosas que pasan en la vida! Esa cruz aún sigue haciendo diferencias. Es y será UNA CRUZ PARA RECORDAR.

Bendiciones amigos y hermanos del Camino, de ese camino de la Cruz.

Pbro. Carlos César González Cruz.

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