Un muerto, en segundo motín en la cárcel
Playa del Carmen.
Ayer cerca de las 10 de la noche se registró un fuerte movimiento en el Centro de Retención Municipal, donde se registró una segunda riña al interior recinto en menos de 24 horas.
Conforme pasaron los minutos se dio a conocer que se había registrado un deceso, sin que ninguna autoridad confirmara la identidad del fallecido, además de que varios reos fueron trasladados al hospital, pues presentaban varias heridas.
Familiares de los detenidos se arremolinaron en las afueras del nosocomio, exigiendo conocer la identidad tanto del fallecido como de los heridos, pues ayer no se les permitió el acceso, a pesar de ser día de visita e informaron que a los reclusos no les dieron alimentos y estaban en sus celdas, situación que pudo desencadenar el otro enfrentamiento.
NO DEJA EL CARGO
Pese a las escandalosas acusaciones de corrupción en su contra y las dos violentas riñas que han sacudido el Centro de Retención Municipal en los dos últimos días, la presidenta municipal, Cristina Torres Gómez, se aferra en mantener en su cargo a la directora de este penal, Emma Luisa Robles, a quien incluso recientemente se le encontró droga en su escritorio.
Tanto reos como familiares han denunciado que esta directora se engrosa su bolsillo al cobrar grandes sumas de dinero por los privilegios que algunos reos de alta peligrosidad tienen al interior del penal. Por ello, y tras la primera riña, en la que salieron 22 personas lesionadas, se rumoró que Robles había renunciado, lo que después se desmintió.
Mientras tanto, ayer jueves, día de visita, se le impidió a los familiares de los internos el acceso al interior del Centro de Retención Municipal.
A las afueras del penal, elementos de la Marina, así como de las Policías Federal y Municipal resguardaban las inmediaciones en medio de una tensa calma, ante el temor de que se registre un nuevo enfrentamiento porque al parecer la situación sigue “caliente”.
Ante la presencia de los uniformados los familiares que no pudieron entrar a visitar a sus parientes, en franca preocupación, no se marcharon y se acercaban a preguntar a los que cuidan la puerta cómo están las cosas dentro de la cárcel, sumidos en la incertidumbre de la posibilidad de que estalle la violencia nuevamente.
Por Luis García