Transforma sargazo en bellas esculturas
Por: Soraya Huitrón
La escultora Natalia Mendoza Sánchez presentó en Puerto Morelos su obra “Marea Marrón” hecha a base de arena y sargazo, misma que incluye tres esculturas efímeras que sintetizan el mismo número de generaciones.
Natalia Mendoza dijo que esta clase de ejercicio, introspectivo, hecho a base de macroalga, es lo que atrajo su singularidad, la integración con esta materia es asumirse como consecuencia de una acumulación de deseos y sueños que a pesar de tener buenas intenciones, llegan en cierto punto a la putrefacción y toxicidad para otros seres.
Las obras se realizaron en la playa pública de Puerto Morelos, donde cada una de las piezas cuenta una historia, para que, los espectadores y visitantes puedan ver más allá de lo que es el puerto morelos actual.
La primera y la más grande se llama “El sueño derramado” que plasma el puerto Morelos antiguo y la fantasía de Caribe mexicano.
“En el muelle principal se respira mar, los pescadores suben a sus embarcaciones energizados listos para salir en busca de alimento para la comunidad. Se vive el sueño dorado, con un mar tan extenso y rico como sus variaciones de colores. No es necesario alejarse mar adentro para recibir los beneficios del caribe. La comida abunda y se presenta en primer plato ante las cristalinas aguas. Los pescadores son los protagonistas de Puerto Morelos, la playa y el mar se prestan para que sus historias entre tiburones y sirenas se repliquen en fogatas nocturnas”, expresó la escultora.
La segunda lleva por nombre de “Bonanza en amarillo” y es un monumento a su padre, y que simboliza el instante, el enamoramiento de Puerto Morelos y su deseo de cuidarlo.
“En esta pieza encontramos la fragilidad de la estabilidad apostada o reposada sobre una persona. Por lo general es aquella que se le reconoce como el principal contribuyente. En cuanto nos enfrentamos a la pérdida de dicho individuo todas aquellas construcciones normativas a su alrededor se ven desplazadas por la crudeza de la realidad. Misma que golpea minuto a minuto la puerta y nos presenta a ‘el día siguiente’. Nos refleja que todas aquellas decisiones tomadas en una vida se vuelven el retrato de la muerte”, narró Natalia Mendoza recordando a su padre, don Francisco Mendoza Reyna mejor conocido como “Pancho Mendoza”.
En cuanto a la tercera y última pieza de arena, Natalia se representa a sí misma, en la que plasma su vida y su muerte, donde nos habla del estado de emergencia y cómo las decisiones de los adultos afectan la infancia.
“Desde muy pequeña fui encargada del mar. Mi mero propósito funciona como la oscilación de las olas que se impregnan en risas de parque nocturno. Puerto diurno que me muestra su creación. Soy el Frankenstein de su historia. Me levanto y sigo soñando, los días pasan lentos y suaves acompañados de Frederick Chopin. Mi padre me explica los cambios en la mar y la selva. Me habla de Puerto Morelos de su naturaleza, como canta, habla viento. Nuestra rutina se fija en sumergirnos en la espesura del mar, nadamos todos”, dijo.
Mendoza Sánchez es recién egresada de Artes visuales de la Universidad y explicó que su obra es efímera, hecha de arena y son brutas, por lo que la brutalidad de las piezas permiten al visitante percibirlas a su propia manera mediante la imaginación.
“Estas piezas yo las hice pensando en que van a desaparecer porque están hechas de arena y sargazo, son un instante que el tiempo desaparecerá”, puntualizó la artista.