¿Tiene perdón de Dios el suicidio?
MISIÓN EVANGÉLICA
Por Pbro. Carlos César González Cruz.
Suicidio es el acto de quitarse deliberadamente la propia vida. El 75% de los intentos de suicidio están relacionados con algún trastorno mental, el 25% restante de los casos se relacionan más con problemas sociales, desempleo o bullying. Los especialistas dicen que el pensamiento suicida tiene tres fases:
1. La ideación, es cuando la persona tiene un pensamiento de “ya no vale la pena vivir”.
2. El plan, involucra un cuestionamiento sobre cómo podría quitarse la vida.
3. El intento de suicidio, mismo que puede o no ser consumado.
¿Irá a cielo un creyente se suicida? Es conmovedor pensar en los motivos que pudieran llevar a alguien a enfrentarse con esta difícil situación. Las penas, el agobio y las frustraciones que una persona pueda tener, nos haría entender su delicada decisión.
Todos los seres humanos tenemos luchas que enfrentar, penas que vivir, momentos dolorosos que solo Dios conoce muy bien por los que pasamos.
Es ligero dar una opinión condenatoria sin antes comprender los problemas por los que la gente pasa, sea este un trastorno mental o un problema social. Es también, sin fundamento dar veredictos propios sobre la salvación de quienes se suicidan; sobre los infantes que mueren sean hijos de creyentes o no; sobre los deficientes mentales que nunca razonaron la fe; los soldados que murieron en la guerra, etc., Eso es un acto determinante de Dios, solo él da o no la salvación, en sentido neto.
Puede verse como un intento suicida manejar imprudentemente una motocicleta, a exceso de velocidad un vehículo, no guardar un régimen de alimentación estricto para los enfermos diabéticos, exponerse temerariamente a contagios de enfermedades peligrosas como el Covid-19, etc. La carrera de la vida hemos de llevarla como se maneja un automóvil, “con precaución y a la defensiva”.
_No me quisiera ir de esta vida antes de conocer mis nietos_ le digo a mis hijos.
_ ¡Pues cuídate! _ me responden ellos.
Tenemos una gran responsabilidad al vivir la vida, hacerlo irresponsablemente, atenta contra nuestra vida y la de otros. Si las cargas son pesadas, si ya no podemos, si vienen pensamientos malos, debemos pedir ayuda, siempre habrá alguien que pueda ayudarnos.
Dejen todas sus preocupaciones a Dios, porque él se interesa por ustedes. 1 Pedro 5:5
Ayúdense entre sí a soportar las cargas, y de esa manera cumplirán la ley de Cristo. Gálatas 6:12.
¡Bendiciones amigos y hermanos del camino, del buen camino de Dios! Pbro. Carlos César González Cruz.