Tensión por incendios
Miles de personas a las que se les ordenó huir de los incendios forestales que avanzan en el extremo norte de Canadá se agruparon ayer en un aeropuerto local para abordar vuelos de evacuación, mientras una larga fila de autos se dirigía al sur en la única carretera abierta para ponerse a salvo.
La orden de evacuar Yellowknife, una de las ciudades más grandes en los Territorios del Noroeste, marcó el último capítulo de un terrible verano de incendios en Canadá, con decenas de miles de personas obligadas a abandonar sus hogares y vastas extensiones de tierra quemadas.
«Todos estamos cansados del término ‘sin precedentes’, pero no hay otra forma de describir esta situación», dijo la primera ministra regional, Caroline Cochrane, en redes sociales.
Hasta el último reporte emitido por las autoridades, más de mil incendios forestales estaban activos, incluidos unos 230 en los Territorios del Noroeste. Más de 20 mil residentes de Yellowknife, la capital regional, tenían hasta el mediodía de ayer para salir por carretera o en vuelos comerciales y militares.
Personas desplazadas
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, dijo que Ottawa «ayudaría como pudiera». Varios aviones militares fueron enviados con más de 120 soldados para ayudar a combatir las llamas. En lo que ya se había declarado como la evacuación más grande de la historia de los Territorios del Noroeste, el vaciado de Yellowknife ahora significa que la mitad de la población del territorio cercano al Ártico pronto será desplazada.
La alcaldesa de esa ciudad, Rebecca Alty, advirtió a los conductores que las llamas bordean las pocas carreteras que cruzan este vasto territorio y que encontrarían visibilidad limitada por el humo.