Te amo mamá

Pbro. Carlos César González Cruz.

Ella es mujer de carácter; mantiene su dignidad, y enfrenta confiada el futuro. Siempre habla con sabiduría, y enseña a sus hijos con amor. Siempre está pendiente de su casa y de que todo marche bien. Cuando come pan, es porque se lo ha ganado. Sus hijos la felicitan; su esposo la alaba y le dice: “Mujeres buenas hay muchas, pero tú las superas a todas”.

La hermosura es engañosa, la belleza es una ilusión; ¡sólo merece alabanzas
la mujer que obedece a Dios! ¡Que todo el mundo reconozca los frutos de su esfuerzo! ¡Que todos en la ciudad la alaben por sus acciones! Prov. 31:25-31.

Este texto tomado de la sagrada Biblia, hace alusión a “La mujer virtuosa”; quien llega a encontrarla, es sumamente dichoso.

__ ¿Quieres que en tu casa te traten como rey? __ Pregunto a los esposos brabucones. __ ¡Debes tratar a tu mujer como reina! __

Solo el que trata y hace sentir a la esposa como reina, merece ser vistos como rey. Había un loco que se creía rey, Sabía que estaba afuera, sabía que no lo querían, su vida era un desorden porque hacia lo que quería, no tenía trono ni reina; una piedra en el camino le enseñó que su destino era rodar y rodar; así rodando llegó a tantos que, hoy cantando su canción, se sienten “rey”.

Una de las más grandes dichas que hemos tenido es nuestra madre. Todos tuvimos una, y todos tenemos una opinión de ella. Ella jugó un importante papel como tal, muchas veces interpretamos que fue mala, que no hizo lo correcto o que decidió mal, pero nunca dudemos que nos amó, y valoró nuestra vida en su vientre, nos amantó y crio con amor.

Por lo regular, la primera palabra que aprendimos a decir, fue la palabra “mamá”. Estuvimos nueve meses en su pancita; uno, varios años en sus brazos alimentándonos de sus senos o biberón. Nos durmió con sus arrullos, mirándonos tiernamente, limpiándonos y cambiándonos el pañal. Ya adultos, ella suspira al vernos llegar del trabajo, pasa penas y llora al vernos batallar con los problemas. Mamá aún sigue viéndonos como sus niños. ¡Un día realmente es muy poco para honrarla!

La Palabra mamá, es sagrada, al pronunciarla, caen en nuestra mente como una cascada las imágenes de ella, nuestra madre. ¡No, no basta un día para honrarlas! Mamá es la persona que en verdad nos ama incondicionalmente, la que siempre nos amará seamos lo que seamos, hagamos lo que hagamos y estemos donde estemos. ¡Te amo mamá! ¡Tú eres la mujer virtuosa que Dios me dio!

¡Bendiciones, amigos caminantes del camino llamado vida!

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