Suplantan a instituciones; detecta la Condusef el plagio de 130 entidades financieras en lo que va del año
Por Blanca Silva
En lo que va del año cerca de 130 instituciones financieras han sido afectadas por la suplantación o uso indebido y sin autorización de su nombre comercial, denominación, logo e incluso de algunos de sus datos fiscales o administrativos, tras sumarse 28 más durante junio y julio.
Lo anterior fue dado a conocer por la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) al alertar a la población sobre la operación de las mismas, que afecta a 25 Sociedades Financieras de Objeto Múltiple, Entidades no reguladas; dos Sociedades Financieras Populares y 1 Unión de Crédito debidamente constituidas e inscritas en el SIPRES.
La titular de la Unidad de Atención de la Condusef en Quintana Roo, Osmaida Santiago Leonel, explicó que la suplantación de identidad es realizada por personas físicas o “empresas” que buscan afectar económicamente o engañar a quienes requieren de un crédito, para lo cual utilizan el nombre, logo o denominación de las instituciones financieras legalmente constituidas.
Para ello, utilizan como medio de difusión para el engaño los medios de comunicación impresos o digitales, como páginas de internet, redes sociales y aplicaciones móviles, entre otros, por lo cual recomendó a las personas interesadas en obtener un crédito o cualquier otro servicio financiero, estar alertas del modus operandi de los suplantadores.
Detalló que tienden a pedir anticipos de dinero en efectivo o mediante depósito a una cuenta bancaria para gestionar el supuesto crédito, adelantar mensualidades, pagar gastos por apertura o como fianza en garantía, generalmente por el equivalente al 10% del monto total del crédito solicitado, que puede ser desde mil hasta 200 mil pesos.
Puntualizó que cuando las víctimas realizan los depósitos a la cuenta señalada, que puede ser una institución bancaria o un corresponsal, no reciben el crédito y después es imposible localizar a los promotores, descubriendo que han sido engañados, pues las financieras que operan legalmente operando no piden dinero por adelantado ni documentos personales o datos de tarjetas de crédito o débito.
