Sufren discapacitados

Por Luis García

PLAYA DEL CARMEN

“Si para una persona sin discapacidad que no tiene automóvil, es un calvario cruzar la ciudad para llegar a sus centros de trabajo, para los discapacitados que no tienen automóvil, significa un viacrucis”.

Expresó Erick Estrada, quien tiene 17 años viviendo en Playa del Carmen y ha visto en casi dos décadas un desarrollo desordenado, que afecta a las personas que deben moverse en silla de ruedas, porque este crecimiento ha reducido al máximo los espacios para que las personas con discapacidad puedan moverse con facilidad.

Principalmente porque los discapacitados sin auto que viven al norponiente de la ciudad deben hacer una proeza diariamente para poder llegar al centro de la ciudad.

“He tenido problemas con mi discapacidad y he visto a otros en mi misma condición también sufrirle, porque el taxista ni el transporte público nos quieren subir, ese ha sido un problema para los que somos discapacitados”.

Una vez que con dificultad logran salir de las colonias donde viven, las personas discapacitadas deben ahora enfrentar el problema de los espacios invadidos por el comercio en las banquetas, porque rampas para discapacitados hay, pero los accesos están obstruidos con cuanta cosa se les ocurre colocar en la vía pública.

“Vamos por la calle y nos encontramos puestos de comida o letreros, aunque hemos visto que han hecho más rampas, no se puede pasar”.

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