Soy lo que percibo

Todo aquello que de nosotros sale, a nosotros regresa, nos pertenece y nos afecta.

Todo lo que haces, piensas o dices del resto del mundo, te define en este momento y a ti vuelve, convirtiéndose en un círculo, en una rueda que no es fácil de romper, así como en un gran engaño, debido al hecho de creer que toda esa visión pertenece sólo al exterior.
Si lo que de ti sale es engaño, espera sólo ser engañado; si lo que de ti nace es simpatía, disponte a recibir simpatía y si lo que de ti surge es incomprensión hacia los demás, prepárate para no ser comprendido. Porque lo que ves fuera, a tu alrededor, es justo lo que llevas dentro.
Todo aquello externo a lo que tu mente presta atención, que enjuicias o valoras, es exactamente lo que existe en tu interior. Y cuanto más duele ver un defecto o un comportamiento en los demás, más profunda es la herida, porque reconoces la tuya propia.
Si quieres conocerte, pon atención a tu entorno, a todo lo que tu mente observa cada día a tu alrededor y estarás frente a un retrato de ti mismo, frente a un dibujo exacto de tu interior. Porque lo que es fuera, también es dentro.
¿O no son quizás los consejos que se dan a los demás los que mejor nos sirven a nosotros mismos, cuando nos encontramos en una situación parecida? Porque lo que de ti surge está hecho justo para ti, ahora, en este momento. Y conociendo esto, que la vida es una rueda y que todo está en nosotros, sólo podemos vislumbrar una solución para romper este círculo, para cambiar el mundo y para cambiar nuestro destino, que es dirigiéndose al cimiento de la mente, al lugar de donde emerge y se manifiesta nuestro ilusión del yo: el ego/el pensamiento. Y para ello es necesario observarlo, estudiarlo y investigarlo. O al menos, encender una luz de alarma, un dispositivo que nos avise que entra en nuestra mente un pensamiento que no nos conviene, inadecuado, perjudicial para nosotros. Y en cuanto seamos avisados, localizarlo, reconocerlo y desecharlo.
Sólo desde el interior, desde dentro, se puede modificar todo, se puede mejorar el entorno; sólo el interior dirige el camino, porque todo está en ti, todo depende de ti y sólo a ti volverá.
El Maestro no puede buscar su realización. Él ya está lleno hasta el borde; no hay espacio para meter ni una gota más. Cuando tienes lo que quieres – cuando uno es lo que quiere – no hay impulso de buscar nada fuera de ti mismo. Buscando algo afuera es moverte lejos de la conciencia de que tu vida ya está completa, tal cual como es. Incluso en los momentos de dolor aparente, nunca hay nada malo o inexistente. La realidad es siempre amable; lo que ocurre en realidad es la mejor cosa que podría suceder. No puede ser otra cosa o de cualquier otra manera, y te darás cuenta muy claro cuando tomas el tiempo para investigarlo.
Me gustaría compartir ahora una historia en la vida de dos personas que, gracias a la gran ayuda del método de Byron Katie que se llama «El trabajo» cambió una situación difícil y se convirtió en una interacción madura y hermosa, entre un matrimonio donde realmente existe ahora el verdadero amor sin condiciones. Es una situación en la que se encuentra la mayoría de la gente normal, en una experiencia de vida así, seguramente se verán a sí mismos como víctimas y elegirán el sufrimiento en lugar de ver conscientemente la realidad tal como es.
Hay una gran lección en esta historia. El hombre eligió a no tomar la situación como algo personal y en lugar de reaccionar, preguntó acerca de los pensamientos que pasaron por su mente y asumió la responsabilidad de sus propios sentimientos. Les explico ahora:
Mi amigo Juan había estado haciendo el método de Byron Katie que se llama ¨El trabajo¨ durante bastante tiempo, y un día la esposa de Juan se enamoró de otro hombre. Y en vez de perderse en la tristeza y pánico, Juan decidió cuestionar sus pensamientos. ¡Mi mujer debe quedarse conmigo! 1. ¿Eso es cierto? No puedo saber eso. 2. ¿Cómo reacciono cuando creo en este pensamiento? Extremadamente molesto. 3. Quién sería yo sin este pensamiento? La amaría mucho y sólo desearía lo mejor para ella.
Este hombre realmente quería saber la verdad. Cuando empezó a investigar sus propios pensamientos, se encontró algo muy valioso; la realidad de la situación. «Con el tiempo», dijo él, «yo era capaz de verlo como algo que debería estar sucediendo, porque la realidad así era. Cuando mi esposa me dijo detalles sobre su relación con el otro hombre, ella no tenía nada que censurar para protegerme. Fue sorprendente escuchar lo que era para ella, sin tomar nada de eso personalmente. Y fue la experiencia más liberadora que he tenido en mi vida».
Su mujer eventualmente fue a vivir con este otro hombre, y Juan estaba bien con su decisión, porque no quería que se quedara con él si ella no quería. Unos meses más tarde se encontró un punto crítico con su amante y necesitaba alguien con quien hablar. Ella fue a buscar a su mejor amigo – que era precisamente su ex marido Juan. Ellos hablaron con calma sus opciones. Ella decidió conseguir una casa propia en donde ella pudiera tener el espacio para resolver las cosas, y, finalmente, después de muchos altibajos, regresó con su marido.
A través de todo este drama, cada vez que mi amigo se encontró a sí mismo mentalmente en guerra con la realidad y experimentó el dolor o el miedo, se preguntó e investigó sus propios pensamientos que estaba creyendo en ese momento, y regresó a un estado de calma y alegría interna. El alcanzó saber por sí mismo, que el único posible problema que podría tener era su pensamiento incuestionable. Su esposa le dio todo lo que necesitaba para encontrar su propia libertad.

Para tomar en cuenta

Cuando no busco la aprobación fuera de mí, me quedo como la aprobación misma. Y a través de la investigación a los pensamientos, he llegado a ver de lo que yo quiero es que te apruebas lo que tu apruebas, porque te amo.

Somos individuos, y sin embargo, indivisibles. Somos Uno, y sin embargo, no idénticos.

Eso que tú eres, yo soy.  Eso que yo soy, tú siempre has sido.

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