Solapan ecocidio en Punta Sam

CANCÚN

Por Redacción > Quequi

Con volquetes y maquinaria pesada, un empresario rellenó entre 150 y 200 metros cuadrados de zona federal colindantes con la carretera a Punta Sam en el lindero norte de su Zona Federal Marítimo Terrestre (Zofemat), cuyos sedimentos van directo a la zona arrecifal El Meco, lo que podría causar daños al arrecife y la erosión de la zona en caso de un huracán.

La obra se realizó en la madrugada del domingo 20 de junio por parte del empresario Juan Manuel del Toro, cuyo personal utilizó piedra y sascab, materiales que son ilegales en este tipo de obras y tendrán un impacto negativo.

Pese a que la legislación ambiental y municipal establece una serie de requisitos para rellenar o erigir una obra civil de este tipo, particularmente cuando se realiza en la Zofemat, desde hace dos años estos vertimientos se han realizado de manera regular en la zona, lo cual habría impactado los arrecifes y ecosistemas vecinos.

Lo anterior debido a que las lluvias arrastran sedimentos de tipo arcilloso, que son notoriamente dañinos para los arrecifes coralinos, sobre todo el último vertimiento realizado el 20 de junio, pues la combinación de marea de tormenta y el oleaje propiciarían que un segmento de la vialidad contigua quede inutilizable o incluso severamente dañado por la erosión.

Pero la situación iría más allá de la afectación ambiental, pues en la parte posterior del predio rellenado, en el lindero poniente colindante con el manglar, hay una marina seca y un taller de embarcaciones que operan desde hace muchos años, los cuales producen residuos tóxicos que terminan en el manglar y el manto freático al no contar con ninguna medida de mitigación.

Se trata de óxido cuproso, material altamente contaminante y es el toxicante de elección en las pinturas antivegetativas para embarcaciones de todo tipo.

Para ello, el propietario del lugar se escuda en ser amigo y confidente de un funcionario de la Procuraduría Federal de protección al Ambiente (Profepa) en Quintana Roo, por lo que es virtualmente inmune a todo tipo de revisión o sanción.

En una de las esquinas de este predio se observa un recipiente plástico con aceite quemado, pese a que el sitio fue recientemente limpiado de entre 30 y 40 contenedores de aceite y diésel rotos o corroídos, por lo que el contenido se filtró al manglar y el subsuelo.

La denuncia señala que un muestreo del terreno confirmaría la saturación de este tipo de residuos, que contienen también metales pesados altamente contaminantes y causantes de mutaciones indeseables, así como cáncer.

Además, en el lugar hay también varias montañas de material fibro plástico, altamente inflamable y casi imposible de extinguir una vez que se prenden, como metal, madera y residuos tóxicos varios, cuyo volumen alcanzaría 20 toneladas e invade el predio contiguo y buena parte del manglar.

Todo ello, sin contar con permisos ni licencias de ninguna autoridad federal, estatal o municipal, así como anuencia de Protección Civil, pese a que también brindan servicio diario de alimentos y bebidas sin patente de licores ni certificación sanitaria, además de realizar eventos esporádicos.

Ante esta situación, hacen un llamado a las autoridades a revisar la situación y tomar las medidas correspondientes para resolver la depredación ambiental en la zona, así como regularizar su operación como se exige a los demás negocios.

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