Sobreviven los leñadores

Puerto Morelos

La producción de leña en el poblado Leona Vicario todavía es un modo de vida para muchas personas que por diversos obstáculos no pueden encontrar un trabajo formal, como es el caso de don Edgar García, que lleva diez años dedicado a esta noble actividad y con la cual ha sacado adelante a su familia. Aquí la gente todavía prefiere cocinar con leña, porque le da un mejor sabor a la comida y tiene un menor costo que el gas comercial.
Ayudado por sus compañeros leñadores “don Chepe”, «Kalin» y «El Turco», todos los días en una fragorosa jornada de diez horas, se dedican a rajar la leña con diferentes variedades de maderas como chicozapote, jabín, chacte y palo de jabalí principalmente, abundante en la región y que su brasa es duradera.
Don Edgar aclara que ellos no talan árboles, simplemente aprovechan la madera de desperdicio que se encuentra tirada en las milpas y así evitan que se queme en el monte. Sin embargo tienen que lidiar con todo tipo de policías que los extorsionan cuando transportan la madera en sus pequeñas redilas, con la exigencia de supuestos permisos, lo que en ocasiones merma sus ingresos.
«La idea del negocio nació un día que vino a buscarme un comerciante de Isla Mujeres porque necesitaba leña para los hornos de las pizzerías, y empecé a surtirles un volquete. Luego la gente nos veía trabajar y nos pedía comprar, así empezamos de 40 y 50 pesos el triciclo», recuerda don Edgar.
Y entre un hachazo y otro, explica que hay madera que la piden para hacer trabajos de tornería, como el chacte y otras como el jabín para fabricar bancas y maceteros que están de moda.

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