Sigue ecocidio del ‘Ynfinity’

CANCÚN

Por Mario Morales Cruces > Quequi

 

Continúa impune la devas­tación del proyecto “Ynfi­nity” en Tajamar, que de 18 niveles ha aumentado a 24 y además se ha empezado con la construcción de una segunda torre, pese a existir una suspensión total ordenada por un juez para la zona, sin que la delegación de la Pro­curaduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) tome cartas en el asunto, motivo por la que el caso ha sido presentado ante la Subpro­curaduría nacional para que atraiga el caso, además de la PGR.

El edificio de departamentos de lujo “Ynfinity” se encuentra den­tro del área del anteproyecto del Malecón Tajamar, donde rige una suspensión total para el cambio de uso de suelo y avance de obra, debi­do a que en el lugar se devastó una considerable extensión de manglar y otra flora y fauna. No obstante, la inmobiliaria, desde 2016, ha conti­nuado trabajos en el lugar, aumen­tando el número de niveles a 24, pese a que el PDU que rige la zona permite un máximo de 20 pisos. Adicionalmente se empezó con la edificación de una segunda estruc­tura, lo que implicó la remoción de mangle, especie protegida.

Desde un inicio esta situación fue denunciada ante la Profepa y su de­legada, Carolina García Cañón, pese a lo cual, no se ha puesto ninguna medida cautelar ni mucho menos frenado los trabajos, lo que es una criminal omisión y un uso irregular de la función pública, lo que ha sido denunciado ante la Procuraduría General de la República (PGR), ade­más del órgano interno de la Profe­pa, señaló Katerine Ender Córdova, presidenta del Comité Directivo Mu­nicipal del Movimiento Social en Pro de los Derechos del Pueblo, uno de los organismos que ha encabezado la lucha por Tajamar.

“Se pide que se atraiga el caso. Ella debió recusarse del expediente, pues permite que esta inmobiliaria siga con este desarrollo, pese a que in­cumple con una suspensión federal”, explicó la activista. “El desarrollo está en Tajamar, donde no existe ningún sello o medida cautelar, debido a la colusión de la delegada de Profepa con estos desarrolladores”.

Debido a la queja, con expediente PFPA/29.7/2C.28.2/0275-16, ins­pectores de Profepa acudieron al lugar, en abril de 2016 y constataron que en el lugar existe mangle, pero negaron que se estuvieran realizan­do obras, pese al evidente avance que ya se daba en el edificio.

Ante la evidente negligencia de García Cañón, el caso se llevó ante la PGR (carpeta 537/2016), quienes encabezaron su propia inspección posterior y constataron que el man­gle ya no existe, por la instalación de pilotes por parte de “Ynfinity”.

Ahora, todas las denuncias y quejas se están llevando a la subde­legación nacional de la Profepa en Tlalpan, Ciudad de México, misma que ya atrajo el primer expediente por la devastación ocurrida en Ta­jamar, en 2015.

“Hay evidencias, fotografías y tes­timoniales que se entregarán a Méxi­co para que a la brevedad hagan la inspección y tomen las medidas pertinentes”, señaló Ender Córdova. “Son irregularidades muy marcadas por parte de la delegada. Sabemos que permite que se trabaje hasta que concluyan el proyecto, pese a que no cuentan con los permisos”.

“No estamos contra el desarrollo, pero sí a que se hagan en la ilegalidad. Todas las empresas deben alinearse a las leyes ambientales”, añade.

 

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