Se resisten a dejar morir la tradición
Disminuye el cultivo a cielo abierto.
Felipe Carrillo Puerto.- Aunado a las afectaciones a los ciclos de cultivo por la fuerte sequía que ha golpeado la agricultura en la Zona Maya, la restricción del uso de fuego para la roza, tumba y quema de las milpas tradicionales ha contribuido a la considerable disminución de los cultivos a cielo abierto.
De acuerdo al director de Desarrollo Económico en el municipio de Felipe Carrillo Puerto, Hilario Varela Chan, explicó que derivado a la Ley de Quemas y Prevención de Incendios Forestales para el estado de Quintana Roo, que en términos generales “regula el uso del fuego para actividades relacionadas con la explotación de la tierra para fines agrícolas”, afecta a las prácticas ancestrales de los campesinos mayas como lo es la roza, tumba y quema de sus milpas, toda vez, que los ejidos se ven sujetos a una calendarización para preparar su tierra antes de iniciar la siembra correspondiente al ciclo de producción primavera–verano.
El funcionario detalló que según a los usos y costumbres de los campesinos, para los meses de abril y mayo acostumbraban quemar sus milpas para que, en los meses de junio aproximadamente sembraran el maíz y esperar la temporada de lluvia que permita la germinación del maíz, principal alimento de las familias de la región maya.
Sin embargo, reconoció que con el decreto de la ley de Quemas Agrícolas, si bien busca prevenir incendios forestales y la destrucción de las selvas con la práctica de la roza y tumba, los campesinos se ven limitados a continuar sus tradiciones con base en la observación del tiempo, puesto que el periodo precisamente coincide con los tiempos críticos a temporada de incendios.
Varela Chan destacó que pese a esta disposición, el campesino de la Zona Maya quien se resiste a dejar morir su conocimientos ancestrales en cuanto a la agricultura busca que esta ley sea modificada de acuerdo a sus costumbres, “una prueba es que en el municipio no se tiene recientemente casos de incendios forestales dado que se realiza adecuadamente las brechas corta fuego al momento de las quemas en sus milpas”.
“Hace 20 o 15 años atrás, una hectárea de milpa producía el alimento suficiente para el sostén de las familias, sin haber tanta restricción en cuanto a las leyes, hoy en día, aunado a los periodos de sequías y falta de lluvia por los cambios climáticos y con una serie de restricciones, la actividad agrícola se ha visto mermado al grado que ni para el autoconsumo alcanza” refirió el director de Desarrollo Económico.
Por Allan Sulub Hernández