Se quiere lavar las manos Aguakan
PLAYA DEL CARMEN
Mientras la empresa concesionaria del servicio de agua potable y alcantarillado Aguakan acusa a los restaurantes de la Quinta avenida de provocar el rebosamiento de aguas residuales por la grasa acumulada en la red hidráulica, los restauranteros se defienden y le exigen hacer su trabajo pues, para poder operar, el Ayuntamiento les exige trampas de grasa.
Esto, luego de que con las lluvias del pasado lunes la zona turística se viera afectada nuevamente por el rebosamiento de aguas negras, que desde hace varios años se ha señalado como uno de los principales problemas y que, justamente por ello, Aguakan empezó a hacer obras por el primer cuadro de la ciudad para conducir esta agua al cárcamo del Ejido.
Según el gerente de Aguakan, Ángel Cureña Álvarez, el problema se registró por la falta de trampas de grasa en varios centros de consumo ubicados alrededor del punto de conflicto, es decir, los restaurantes de la Quinta avenida.
En respuesta, el director de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera (Canirac), Manuel García Maldonado, expuso que desde el 2009, la ley municipal establece que para obtener el permiso de operación técnica, se debe contar con trampa de grasa y demostrar con documentos la disposición final del aceite quemado.
“No es que tengas la trampa, sino cada cuánto tiempo la limpias y quién se lleva los residuos, y tiene que autorizar (la dirección) de Medio Ambiente”, explicó, “no creo que haya un restaurante sin trampa de grasa”.
Por lo anterior, consideró: “Yo creo que Aguakan trata de evadir responsabilidades, no estoy de acuerdo con que nos eche la culpa sin hacer una investigación. Estos rebosamientos, como Cámara y como ciudadanos nos perjudican terriblemente y nosotros como Cámara no le hemos echado la culpa a nadie”.
Así, mientras Aguakan a través de su gerente señala que se harán exhortos a los administradores de los establecimientos para evitar conflictos similares, los restauranteros en voz de su director piden a la empresa concesionada hacer su trabajo en lugar de echar culpas.
(Por Fernando Morcillo)
