Se aferran familias a predios invadidos
Se cumplen 23 días de la histórica incursión a tierras propiedad del Gobierno, en demanda de un lugar para vivir.
Se cumplen 23 días de la histórica invasión en el noveno municipio, donde alrededor de 500 “paracaidistas”, a pesar de las advertencias de las autoridades, siguen posesionados de una gran extensión selvática al oriente de la localidad.
En pequeñas chozas improvisadas y algunos enseres domésticos, decenas de abuelos, adultos, señoras, mujeres, jóvenes y niños, duermen todos los días al aire libre; ahí toman sus alimentos y defecan al aire libre.
Un sondeo realizado entre los propios invasores, arrojó como resultado que las historias son diferentes, pero la necesidad es la misma; son casi 500 familias las que habitan terrenos que no son de su propiedad, aunque han creado una colonia que bautizaron como “2 de Octubre”, fecha en que ingresaron a dichos terrenos ubicados en la calle Mercurio, desde la arteria Luna, hasta la avenida Cobá.
Chozas construidos con madera, lonas, plástico y láminas empiezan a proliferar de una manera inevitable, sólo basta hacer un recorrido para observar las incomodidades que son innumerables, pero aun con todo esto, dicen que no se retirarán hasta que el Gobierno los dote de una vivienda digna o lleguen a un acuerdo y les vendan con facilidades los lotes.
Hay gente de todos lados, de diferentes colonias donde rentaban casas o cuartos, y desde hace 23 días decidieron apostarse en esos terrenos, además cada uno de ellos asegura que detrás de todo esto no hay ningún líder y que la decisión de quedarse en las tierras es propia, aunque otros aseguran que quien está moviendo todo es el abogado Fernando Rodríguez Izquierdo.
En la llamada colonia “2 de Octubre” sólo basta recorrer algunos tramos para darse cuente o sentir que los olores no son agradables; entre las casuchas improvisadas hay de todo, vegetación, moscas heces fecales, escombros y restos de comida, así como un cúmulo de moscas e insectos, pero ahí están y siguen mujeres, niños, adultos y jóvenes.
Por Francisco Canul > Quequi
Fotos: Francisco Canul > Quequi