SANTIAGO J. SANTAMARÍA EL BESTIARIO
Los desmanes del ‘Borbón’ Juan Carlos I
España se siente orgullosa de tan la intensa vida amorosa del “Don Juan Tenorio’ de la globalización y todavía marido infiel de la sufrida Sofía de Grecia, el Rey de la Transición Democrática…
Es una “Misión Imposible” el diferenciar el rumor de la realidad, ya que durante muchos años, gracias al silencio cómplice de los “mass media” eran “secretos de Estado” los romances extramatrimoniales del monarca que acabó con la dictadura de Francisco Franco. El “harem” real era variopinto. De la farándula cultural, la actriz alemana Nadiuska, secundera y “segundera” en “Conan, el Bárbaro”, con Arnold Schwarzenegger, el cuestionado estos días por Donald Trump, el Idi Amín rubio, el de la tortilla de patatas sobre la cabeza, a lo Lady Gaga de su primera etapa; la italiana presentadora y cantautora de “Fiesta” Raffaella Carrá; la “Evita” madrileña y Premio Grammy Latino, Paloma San Basilio; y hasta la manchega “violetera” Sara Montiel…
En la larga “Lista Schindler” del romántico José Zorrilla, aparece la mismísima Diana de Gales, esposa entonces del eterno jubilado aspirante a la corona británica hasta que su madre Isabel II del Reino Unido lo quiera, Carlos de Gales; otras relaciones “reales”, pero esta vez ajenas a las familias de sangre azul europeas, fueron con la diseñadora balear Marta Gayá: la princesa de origen danés Corinna Zu Sayn-Wittgenstein; y la vedette y exesposa del domador de tigres Ángel Cristo, la locuaz y cruel Bárbara Rey “Estas son dos tetas y no las de la Reina”
“De Botsuana a Bárbara Rey” es el título de la genial chirigota, que con sus coplas humorísticas, protagonizará los próximos Carnavales de Cádiz. La chirigota es una agrupación músico coral de carácter carnavalesco que canta principalmente por las calles ofreciendo coplas humorísticas al pueblo. También se denomina genéricamente chirigotas a las canciones interpretadas por estas formaciones corales. Las chirigotas son coplillas recitativas y monólogas y poseen unas formas musicales muy simples procedentes del pasodoble, la rumba, la sevillana, el tanguillo, la seguidilla, la jota, la isa canaria etc. Las letrillas inventadas ad-hoc se acoplan a esta música y tratan de muy diversos temas, centrándose sobre todo en la actualidad, tanto política como de la prensa del corazón. En muchos carnavales del mundo se celebran concursos donde los grupos compiten por diversos premios, valorándose principalmente tres aspectos: el vestuario o presentación, la calidad de las voces y la agudeza de las letras. El objetivo principal de la chirigota es hacer reír al público a través de la crítica satírico-humorística.
“De Botsuana a Bárbara Rey” retrata los desmanes de Juan Carlos I. “Carnaval, carnaval. Carnaval, te quiero”, que dice la mítica canción. Situación sentimental no siempre compartida cuando se aproximan los meses de enero y febrero -o marzo, dependiendo del año- y percibimos que el acontecimiento en el que toca disfrazarse y bailar hasta que el cuerpo aguante se aproxima. Claro que no todos vivimos en Cádiz, Andalucía, Sur de España, ni disfrutamos durante las fechas previas de los geniales concursos de comparsas y chirigotas.
De carácter ácido y corrosivo, el concurso oficial de Agrupaciones Carnavalescas que se celebra en el Gran Teatro Falla ilustra con grandes dosis de humor la actualidad de la España de nuestros días. Y claro, después de las últimas noticias que han vuelto a salir a la luz alrededor de los escarceos de su rey emérito, Juan Carlos I ha sido uno de los grandes protagonistas estos días gracias a “Esta chirigota, cae bien”, la agrupación sevillana que ha decidido retratarlo en su versión “jubileta” en las rondas preliminares.
La actuación es pura hilaridad. Un Juan Carlos I que entra cojeando al teatro al ritmo del himno de España, con una escopeta que se convierte en metralleta, puesto de rodilleras y coderas por lo que pueda pasar y una riñonera en la que lleva “Trombocid” para calmar los dolores. Por supuesto, arrancan con una versión de “Soy un truhán”, de Julio Iglesias: “Ya por fin me he jubilado, / esto es un flipe. / Ahora si tenéis problemas, llamad a Felipe. Hace ya tres años que cambié la corona / por echarle pan duro a las palomas. […] Y es que yo tengo la suerte de ser Borbón, / soy un truhán, soy un señor / y casi fiel en el amor… si no que le pregunten a Sofía…”, arranca la actuación.
Pero uno de los momentos más épicos de la actuación llega con la versión de “La Bicicleta” de Shakira y Carlos Vives. “Y aquí me tienen, ya jubilado, / con mi muleta que me lleva a todos lados, pa’ no pegarme tol día sentado, / me vengo al parque por la tarde y me paseo así, / Sofía me ha hecho hasta una riñonera, / y si me caigo no sufras por mí, / porque tengo aquí el “Trombocid”. / Pero qué bien me va de jubileta, / oye Juan Carlos qué bien va de jubileta, ya jubilado tengo que doblar el lomo / más o menos igual que estando en el trono. / Y qué bien me va de jubileta, esta muleta se convierte en escopeta”, dice la genial letra de Pablo de la Prida y Jesús Benárquez.
Ya en la “versión chirigotesca” de “La Bicicleta” se hace mención a la afición de don Juan Carlos por la caza y a su mediático “incidente” -por no decir “caza furtiva”- en Botsuana. Pero las siguientes letras hacen alusión a otra vertiente de la cinegética a la que nos tiene acostumbrados el ex monarca: la de mujeres. “Mi colección de cuernos es una virguería, / no he conocido a nadie con más cuernos que yo… / Sin contar con Sofía” o la alusión directa a la más rabiante actualidad rosa cuando narra que la que más le costó fue “cuando me estuve cazando a Bárbara Rey”, son algunos de los guiños al ya tildado de truhán, patriarca de los Borbones.
Y es que si hay una imagen recurrente de Don Juan Carlos en los medios de comunicación, esa suele ser junto a su familia y numerosos nietos. Tampoco faltan en la épica parodia: “Si le gustan las armas a Donald Trump, más le gustan a mi Froilán” al que siguen unos versos dedicados al “chiquipark” en el que se ha convertido Zarzuela con tantos nietos por allí rondando. “Si sus padres dicen noos, tiene que ser noos”, jugando con la negativa a los caprichos infantiles y la relación de los progenitores de los descendientes de cabellos más rubios en la trama de corrupción políticas, o “los padres en la crianza son muy ‘dejaos’, menos el Marichalar que está doblao”, son algunas de las lindezas que dedica a sus hijos y nueros.
Durante mucho tiempo la vida privada del monarca español sólo se publicó en revistas internacionales. Por ejemplo, el periódico inglés “The Daily Telegraph” no dudó en airear el gusto del Rey por las mujeres. Hoy, la prensa española ya acapara en sus portadas los supuestos escándalos sentimentales. Con el paso de los años parece que la relación con Marta Gayá ha sido una simple anécdota al lado de todo lo que ha venido. El rey Juan Carlos I ha estado considerado durante años en Europa como un “bon vivant”. Como ya es de sobras sabido, Bárbara Rey fue la amante -o una de ellas- de Juan Carlos I durante años. Al otro lado, se encuentra la Reina Sofía, la engañada por su marido, y que hoy en día sigue pasándolo mal por aquellos hechos, todavía más cuando toca revivirlos sí o sí.
Desconocemos si la reina emérita y la artista se han visto muchas veces en su vida, pero de las no demasiadas ocasiones en las que Bárbara Rey ha dicho algo sobre el tema, no lo ha hecho precisamente con compasión o respeto -a pesar de todo- con la reina. En esta ocasión, quien ha levantado la voz ha sido Jorge Javier Vázquez, en su blog de la revista Lecturas. El presentador de Telecinco explica una anécdota de cuando trabajaba en la competencia, Antena 3. “Coincidí con Bárbara Rey en maquillaje y le dije “Hola reina”, explica, para después “jurar” habérselo dicho “sin doble sentido”, ya que esta expresión “se dice mucho en Catalunya”. A eso, continúa Vázquez, Bárbara Rey contestó “Pues yo podría llevar mejor que otras este título”, en clara referencia a la mujer de Juan Carlos I. Era, aquella, la época fuerte del affaire entre el exmonarca y la vedette, que se ha quedado con las ganas de haber sido reina de España.
En las relaciones personales del hoy rey emérito cabe diferenciar tres épocas claramente marcadas. La primera, los años de su vida entre Estoril y Madrid previos a su matrimonio. Años que incluyen desde los primeros devaneos de la adolescencia con jóvenes de su entorno, como una de las hijas de la familia Posser de Andrade, hasta con la bella, avanzada y moderna aristócrata belga Chantal Stucky de Quay, hija del conde Stucky de Quay, luego casada y divorciada del español Alberto Coronel y ahora dueña de una tienda de tono en Estéril. O su sonadísimo romance, de fuerte carga sexual, con Olghina Nicolis de Robilant. De él anduvieron enamoriscadas las princesas Isabelle y Hélène de Orleans, hijas de los condes de París, pero aquello, como el romance real y continuado en el tiempo con la princesa Maria Gabriela de Saboya, fueron seguramente relaciones más platónicas y dentro del orden de lo conveniente en los circuitos regios que otra cosa.
La relación con la “frívola” Olghina Nicolis de Robilant duró hasta su boda con doña Sofía en 1962. Según los especialistas en Casa Real, “ninguno de aquellos amoríos debió de ser exclusivo sino simultaneado”. También se habló por entonces de la bella Charo Palacios, luego condesa de Montarco y musa de Elio Berhanyer, de quien se dice que durante años tuvo una gran influencia sobre él, aunque sus amoríos fueron en los tiempos de Estoril.
La segunda época es la que va desde su matrimonio con la reina hasta la muerte de Francisco Franco. Fueron años sin duda más sobrios pues el dictador, que tenía al príncipe sometido a un estricto control, no hubiera permitido devaneos de ese tipo. Dicen que lo que pudiera haber por entonces habría tenido lugar con más probabilidad en viajes fuera de España. A eso hay que añadir la parca economía de los príncipes en aquellos años.
La tercera época es la que comienza con el reinado y la libertad de acción que eso le permitió con base en su código moral. La primera gran quiebra de la pareja tuvo lugar en enero de 1976 cuando doña Sofía, aparentemente enterada de una sonada infidelidad, se marchó a la India llevándose con ella a sus tres hijos permiso explícito del Gobierno. Aquello dio lugar a una gran rumorología, y se cubrió bajo la pantalla de un viaje de la reina y sus hijos a la ciudad de Madrás para visitar allí a su madre la reina Federica de Grecia. Parece que aquella marcha de la reina se debió a una relación del rey con una folclórica, que podría haber sido la ‘violetera’ Sarita Montiel. ‘¡Spainisdifferent!’, decía el slogan con el que se abrió España al turismo, en la década de los sesenta, la del mayo del 68, la Guerra del Vietnam y la del movimiento hippie y su ‘Haz el Amor y no la Guerra’.
@SantiGurtubay