SANTIAGO J. SANTAMARÍA. El Bestiario
FRANCISCO, OBJETIVO DEL ESTADO ISLÁMICO
Los servicios secretos europeos, de Italia y El Vaticano en máxima alerta tras el primer ataque a un cura de la Iglesia Católica en la francesa e histórica Normandía; en sus investigaciones recalcan que para los yihadistas, Jorge Mario Bergoglio es “el máximo exponente de la religión cristiana, el infiel portador de la verdad falsa”…
El papa Francisco “se encuentra en el punto de mira del grupo yihadista Estado Islámico (ISIS)”, responsable de la decapitación del periodista estadounidense James Foley, hace ahora dos años, por ser “portador de la verdad falsa”, según fuentes de inteligencia de la Unión Europea, tras el degüello del padre Jacques Hamel, primer ataque contra la Iglesia Católica en el Viejo Continente. El autoproclamado califa del Estado Islámico, Abu Bakr Al Baghdadi, “quiere superar a Al Qaeda y las hazañas del ‘jefe del terror’ Osama Bin Laden”. Abu Bakr Al Baghdadi presume en su entorno más cercano de contar con la presencia de conversos occidentales, pero también de jóvenes de segunda generación, hijos de inmigrantes nacidos en países europeos, y que ahora han optado por abrazar el fundamentalismo islámico”.
El papa Francisco ha hecho diversos llamamientos por la paz en Oriente Medio en distintas ocasiones y precisamente en agosto del 2014 pidió oraciones para que termine “la violencia insensata” y para “un amanecer de paz y reconciliación entre los hombres”. Lo hizo en un mensaje que fue leído durante la celebración de una misa en honor al periodista degollado James Foley, que tuvo lugar en la iglesia de Rochester, en New Hampshire, en Estados Unidos.
Las últimas palabras que James Foley tuvo para su familia no fueron las que los extremistas le obligaron a decir en el video justo antes de su brutal ejecución. El verdadero mensaje, el personal, es el que el periodista estadounidense, consciente de que el EI confiscaba sus cartas, le pidió memorizar a un compañero de cautividad a punto de ser liberado y que este dictó a la madre del reportero, Diane Foley. También da detalles del largo cautiverio de Foley -casi dos años desde que desapareció en Siria- y de las penalidades que ahí sufrió. Esa etapa es descrita por el periodista como un periodo de “oscuridad”. Hasta 18 rehenes son mantenidos en la misma celda, cuenta Foley. “Eso me ha ayudado”, asegura la carta, al explicar que así han podido mantener “interminables conversaciones sobre películas, trivialidades, deportes”. “Hemos jugado a juegos inventados a partir de restos encontrados en nuestra celda, hemos hallado la manera de jugar a las damas, al ajedrez o a Risk… y hemos celebrado torneos, pasando días enteros preparando estrategias para la próxima competición o conferencia”, explica. Y es que, señala, “esos juegos y el enseñarnos cosas unos a otros han ayudado a hacer que pasara el tiempo. Han sido una gran ayuda”, asegura. “Repetimos las historias y nos reímos para romper la tensión”.
Foley no deja entrever si sabía que su caso no acabaría en una liberación como algunos de sus compañeros. Entre los mensajes a sus hermanos, le dice a la única chica de la familia, Katie, que “reza” por poder ir a su boda. Y también le pide a “Grammy”, la “abuelita”, que siga tomando sus “medicinas, camine y siga bailando”. “Pienso llevarte a Margarita’s cuando regrese a casa. Mantente fuerte porque voy a necesitar tu ayuda para recuperar mi vida”, le dice a su abuela.
Nada más despegar de Roma con destino a Cracovia, donde participará hasta mañana domingo en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), el papa Francisco quiso referirse al asesinato del sacerdote Jacques Hamel. Insistió en su teoría de que el mundo está en guerra -“una tercera guerra mundial a pedazos”-, pero aclaró que no se trata de una “guerra de religiones”. Y añadió: Hay guerra por intereses, hay guerra por el dinero, hay guerra por los recursos de la naturaleza, hay guerra por el dominio de los pueblos. Esa es la guerra. Alguno puede pensar que estoy hablando de guerra de religiones. No. Todas las religiones queremos la paz. La guerra la quieren los otros. ¿Entendido?
Bergoglio habló con pesadumbre por el asesinato del padre Hamel, pero también con cierta vehemencia para evitar que pudiera parecer que daba más importancia al último mártir católico por ser sacerdote y europeo. “Este santo sacerdote”, explicó el Papa, “murió justo en el momento en el que se recogía en las oraciones por la Iglesia. Es uno, pero ¡cuántos cristianos, cuántos inocentes, cuántos niños…! Pensemos en Nigeria, por ejemplo… ¡Ah!, pero aquello es África…”. Y agregó: No tengamos miedo a decir esta verdad. El mundo está en guerra porque ha perdido la paz.