El Bestiario

SANTIAGO J. SANTAMARÍA. El Bestiario

Vitor Santiago Borges, de 30 años, está postrado en su cama en una habitación de dos metros por tres en la que se apiña su madre (sentada en una silla) y cuatro colegas de Amnistía Internacional (esparcidos en el poco espacio libre que había en el suelo). Vive con sus padres en una humilde casa de la comunidad de Villa de Pinheiro, perteneciente al conjunto de favelas de Maré, en Río de Janeiro, en un primer piso con escalones empinados. Vitor quedó parapléjico después de que un grupo de soldados de las fuerzas armadas federales que ocupaba Maré tiroteara el coche en el que regresaba a su casa junto a cuatro amigos, el 13 de febrero de 2015. La cama en la que ahora tiene que pasar todo el día fue donada por su comunidad. La silla de ruedas, también. No ha recibido ninguna indemnización del Estado.

Eran las dos de la madrugada y los chicos (uno de ellos militar) regresaban tras ver un partido de fútbol de su equipo, el Flamengo. Los cinco viajaban en un coche que cruzó sin problemas un primer puesto de control del ejército. Siguió avanzando y, de pronto, se escucharon los disparos. “No recuerdo nada. Sólo el ruido de los tiros. Y el dolor que sentí. Y la sangre, claro. Mucha sangre”. No sabe cuántas detonaciones se produjeron pero sí que sólo cesaron cuando su amigo, sargento de Aeronáutica, logró identificarse.

Brasil tiene una de las cifras de homicidios más altas del mundo. Quizá por eso la madre de Vitor considera que su hijo tuvo suerte. Entre 2005 y 2014 se registraron 5 mil 132 casos de homicidios cometidos por agentes que estaban de servicio en Río. En 2015, fueron al menos 307 las personas que murieron a manos de los agentes en operaciones policiales. En lo que va de 2016, los homicidios resultantes de intervenciones policiales en la ciudad han aumentado un 10% y estamos a solo 90 días de que se inauguren los Juegos Olímpicos, el ya próximo 5 de agosto.

La defensa de la familia, de la propiedad, de Dios y del orden en manos de los militares mostraron la verdadera foto del Congreso más conservador desde 1985 y sugirieron, de paso, que nadie se leyó el informe con los fundamentos jurídicos que justificarían el delito de responsabilidad, necesario para la caída de Dilma Rousseff -o, al menos, nadie se esforzó en demostrarlo-. Fue raro escuchar un voto dedicado a la calidad de la educación, a la salud, a los desempleados o a las minorías. Algunos tenían anhelos más abstractos y votaron “sí” para “reencontrarse con la historia”, otros, mucho más personales, al justificar el ‘impeachment’ por la hija que va a nacer, por la sobrina Helena y por todos los agentes de seguros de Brasil. Por su parte, el exmilitar Jair Bolsonaro, siempre sobrepasando límites, dedicó su voto a favor al Coronel Ustra, reconocido por la Justicia como un torturador durante la dictadura brasileña (1964-1985).

Los votos, por lo visto, también tuvieron la intención de impedir causas mayores. Los diputados expresaron su defensa del proceso de destitución para evitar que “los niños aprendan sexo en las escuelas”, para “acabar con la Central Única de los Trabajadores y sus marginales”, “para que se les deje de dar dinero a los desocupados” y, sobre todo, por el fin de los robos y la corrupción, olvidándose, así, de que alrededor de un 60% de los presentes en el pleno, incluido su presidente Eduardo Cunha, tienen casos pendientes en los tribunales.

Cristiano evangélico, Cunha posee decenas de dominios de Internet relacionados con el nombre Jesús y suele llevar su fe por bandera. El día de la votación del impeachment de Rousseff en el Parlamento, por ejemplo, anunció solemne: “Que Dios tenga misericordia de esta nación. Voto sí”. El año pasado intentó recuperar para votación una idea que presentó en 2011 (cuando era solo un diputado), la creación del ‘Día del Orgullo Heterosexual’ para evitar la “discriminación” por la “ideología gay”. También ha intentado endurecer la ley del aborto, que ya es muy restrictiva en Brasil.

Todas las mañanas, Eduardo Cunha publica en sus redes sociales la frase “Que Dios os bendiga a todos” junto a una cita de la Biblia. Este jueves, la frase del día coincidió con la noticia del día: un juez del Tribunal Supremo Federal lo apartaba del cargo de presidente del Parlamento por carecer de la altura moral necesaria para el cargo. La decisión del magistrado del Supremo ha caído como una bomba en Brasil, un país en tensión por la inminente salida del poder de Rousseff, prevista para el próximo miércoles, 11 de mayo.

Las investigaciones del caso Petrobras revelaron, entre otras cosas, que su empresa Jesus.com tenía entre sus bienes un coche de lujo, un Porsche Cayenne de 400 mil reales (más de 100 mil dólares). La decisión del juez Teori Zavascki de apartar a Cunha responde a una solicitud de hace cuatro meses del fiscal general de la República, Rodrigo Janot, que alega que Cunha usa su cargo para protegerse de acusaciones de corrupción. El magistrado del Supremo afirma que Cunha “representa un riesgo para las investigaciones del Supremo” porque es capaz de “intimidar a testigos”. Subraya que el liderazgo de una de las casas legislativas más importantes de Brasil “exige escrúpulos” y “no es un título vacío que autoriza expectativas de poder ilimitadas, irresponsables o sin sentido”. El sustituto de Cunha será el actual vicepresidente de la Cámara, el diputado Waldir Maranhão. También es aliado de Cunha y también está siendo investigado en el caso Petrobras…

Para intentar entender lo que está sucediendo en Brasil, en esta vorágine de ‘surrealismo carioca’, he recuperado de la hemeroteca una interesante entrevista al icono de la cultura brasileña, Caetano Veloso…“Brasil parece un mundo de construcciones que ya son ruinas… Lo dije inspirado por ‘Tristes trópicos’, de Lévi-Strauss, que leí en 1968. Me apasionó. Una de las cosas interesantísimas que escribe es que, en Brasil, las cosas empiezan a ser construidas mal y ya pasan de construcción a ruina sin llegar a la realización, sin completarse”.

 Mucha gente celebró que Brasil fuese elegido como sede del Mundial de fútbol y de los Juegos Olímpicos. Miles de personas protestan hoy en las calles, a ritmo de samba… “Cantando eu mando a tristeza embora. Pra que chorar pra que sofrer, se há sempre um novo amor em cada novo amanecer… (Cantando expulso a la tristeza. Para qué llorar, para qué sufrir, si hay siempre un nuevo amor en cada nuevo amanecer…)”, Caetano Veloso, el trovador de Fernando Pessoa.

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