EL BESTIARIO Santiago J. Santamaría

SANTIAGO J. SANTAMARÍA. El Bestiario

 

MARIANO RAJOY SERÁ HOY PRESIDENTE

esperpentos de España…

films “Todos a la cárcel” y “La escopeta nacional” de folklóricas y políticos, eternos

García Berlanga parece estar “preparando” desde la eternidad “remakes” de sus

por Julián Muñoz, el exalcalde de Marbella, finiquitó este viernes con la Justicia. Luis

La viuda del torero Paquirri, procesada por “lavar” varios millones de euros robados

 

Mariano Rajoy, el presidente de España en funciones desde el ya lejano 20 de diciembre del 2015, ha hecho esta semana gestos a PSOE y Ciudadanos y ha confrontado con Podemos y aún más con los independentistas catalanes. El líder del PP ha vivido en jornadas de su investidura, un debate fácil para él, y ha vuelto a lograr 170 votos a favor, a seis de la mayoría absoluta. Hoy, sábado volverá a comparecer, ya con la mayoría relativa asegurada gracias a la abstención del Grupo Socialista. Antonio Hernando, portavoz del PSOE, ha expuesto ante un partido fragmentado y herido la explicación de su giro desde el “no, es no”: evitar las terceras elecciones y que haya Gobierno.

Mariano Rajoy tiene asegurada la investidura, pero se ha esforzado en conseguir la estabilidad, para poder gobernar con un Parlamento hostil. Por eso ha pedido al PSOE algo más que esa abstención, que rompe con un largo “impasse” de 314 días. España en funciones, casi un año, un caso insólito en su historia y en la de la Unión Europea. El sosegado espíritu del viejo anarquismo español tras una Guerra Civil y un franquismo ha logrado que a pesar de la semiparalización de las instituciones el país, con el esfuerzo de sus empresarios y trabajadores ciudadanos, se ha logrado encaminar hacia el final del túnel de la dura crisis económica.

“Tan malo es no tener Gobierno como tener un Gobierno que no pueda gobernar”, ha asegurado Rajoy en referencia al PSOE y alertando del peligro de lo que llamó “riesgo de legislatura estéril”. Es decir, que o hay acuerdos esenciales o no podrá gobernar. Pese a esa necesidad de pactos, Rajoy ha incluido advertencias sobre cómo en unas nuevas elecciones le iría muy bien a su partido… No ha podido evitar expresiones como “somos iguales”, para identificar objetivos comunes de populares y socialistas. Todos pensaban en un pacto a la alemana entre conservadores y socialdemócratas que catapultó a la “canciller de hierro” Angela Merkel al poder.

Mientras esto ocurre en los mentideros políticos, en el “ruedo ibérico” imperaba otra noticia. Ayer viernes finiquitaba con la Justicia la folklórica Isabel Pantoja. La folklórica es algo así como la “superespañola”, y por eso los españoles machos aman a las folklóricas. Peineta loca, cara crispada, pechos violentos, piernas de araña furiosa con bata de cola, brazos serpiente y manos neomudéjar. Eso es una folklórica. La voz va por donde quiere. La folklórica, naturalmente, no es la monja de clausura del “jondo”, la cantante pura, la cantaora de minorías. La folklórica es todo eso vuelto del revés. La última soberana de la canción andaluza es Isabel Pantoja. Juró guardar amor eterno a su torero Paquirri, muerto al ser empitonado por un toro en una plaza sin quirófano. “La Pantoja” falló por unos millones de euros malversados.

Estaba presa por lavar dinero de otro amor de su vida, Julián Muñoz. La “lana” procedía de las arcas municipales de la turística ciudad de Marbella, la Cancún de España. “Cachuli” para los amigos, era el alcalde y el presupuesto lo manejaba a su antojo; “era lógico”, llegó a decir el hoy recluso, con la complicidad y asesoramiento de la última folklórica ibérica. “Cachuli” llevaba pantalones sobaqueros, al llegarle el cinturón hasta la altura de sus tetillas, caso único en el elitista marbellí Puerto Banús. Esta era la noticia que destacaba ayer viernes entre las crónicas periodísticas de la España del desasosiego, como la hubiese descrito el escritor portugués, el lisboeta Fernando Pessoa. El país que fue capaz de superar el franquismo con un modelo ejemplo para el mundo, está estos días en plena “transición postdemocrática”. Hoy, el “pepero”, conservador y tancredista, Mariano Rajoy, será “investido” presidente de España, merced al apoyo de los socialistas.

La folklórica es la “supermujer” de España, la más racial, la más total, la menos original. Andalucía folkloriza a sus vírgenes y sacraliza a sus folklóricas. Andalucía y toda España, incluida mi Euskadi natal, donde viví el declive de muchos grupos folklóricos vascos ante la invasión de academias de baile de sevillanas. El misterio raigal de las folklóricas es como el misterio cretense de los toros y los toreros: algo que uno no acierta a ver por parte alguna. Las folklóricas, como los toreros y últimamente los jóvenes políticos de la “madre patria”, no son más que un exceso: exceso de tragedia, exceso de hombría, exceso de mujer, exceso de pasión, exceso excesivo para expresar excesos. Desconfiemos de las excesividades. El exceso siempre está supliendo una verdad inexistente. No se puede una folklórica desmelenar por unos miles de euros, tarde y noche, poniendo en juego su identidad y sus miocardios. Las folklóricas son unas infartadas de oficio.

Las folklóricas son unas hiperestésicas que se estimulan a sí mismas para darnos en el tablado o en la discoteca un arte pasional cuyos índices de pasión se especifican en el contrato con la empresa. El turista es más sincero en su entusiasmo ante la folklórica, porque está viendo lo nunca visto, aquello que para él es único, aunque para la folklórica sea repetitivo. Pero los nacionales tenemos que simplificarnos un poco por dentro, como el que se aniña para ver una película cómica, y así entramos gustosos en el engaño de la folklórica que vive en el tablado una pasión, un vendaval de diez minutos, y en cuanto vuelve al camerino, pide un bocata o una torta mexicana.

La verdad y su doble. La verdad y su sombra. Las grandes folklóricas no eran sino el doble y la sombra de un sentimiento musical y social, personal y pasional, que alienta en el pueblo andaluz a la hora de la recolección de la aceituna. Lo definió Federico García Lorca, gran definidor de lo andaluz: “La tristeza que tuvo tu valiente alegría”. La tristeza es una de las cuerdas de la guitarra andaluza, pero esa tristeza se torna valiente a fuerza de alegría, o se torna alegre a fuerza de valor. Se ha pasado la moda de asistir a un flamenco después de la cena cara, generalmente con invitados extranjeros. Los tablaos ya no son el corazón latiente de la noche madrileña o sevillana, salvo para japoneses y señoras Nancy vestidas extemporáneamente de largo.

Las folklóricas son de derecha porque vienen del inmanentismo ibérico, del fundamentalismo. Las folklóricas son fundamentalistas porque creen que su arte les nace entre los ovarios y lo inmanente irremediable de la raza. Las folklóricas se creen auténticas, siendo como son la falsificación de una autenticidad que duerme y canta en los pueblos y los campos de Andalucía.

Las flamencas, las flamenconas, las folklóricas, siguen reinando en la vida española, más por su vida que por su arte. Todo el rato les salen hijas geniales; o un hijo como “Paquirrín”, el “nini” de la “España industrial”, a quien sólo logró hacerle trabajar el director de cine, Santiago Segura, en una de sus películas de la saga interminable de Torrente; se les mueren toreros en exclusiva; se les van o se les vienen los maridos y los amantes; se les acumulan los visones y las joyas. ¡Qué tías! Las folklóricas, como los toreros y los populistas políticos, clones de Donald Trump, acabarán siendo exclusivamente un número turístico. Sólo los ejecutivos de Dakota del Sur y las porteras se emocionan ya con las emociones folklóricas.

Isabel Pantoja vuelve. Universal, su nueva casa de discos, difundía, cuando preparaba esta columna para Quequi la portada del que es su nuevo disco, “Hasta que se apague el sol”, el trabajo con el que pretende recuperar su puesto en el panorama musical y dejar atrás años en los que se habló más de ella por sus problemas judiciales que por su carrera. La foto de su nuevo disco la presenta vestida de blanco impoluto con un traje de aire mexicano para hacer honor a los temas del álbum compuestos por su amigo Juan Gabriel. Todo está planificado como si de un secreto de estado se tratase. A la imagen de la carátula del nuevo álbum le acompaña un mensaje que dice: “El próximo 2 de noviembre sabrás todo de Isabel Pantoja”. El cebo anuncia que en esa fecha la casa de discos, que ha fichado a la cantante en esta nueva etapa profesional, pondrá día al lanzamiento del álbum y detallará la gira. Una semana después llegará la gran cita, la más esperada, la reaparición de Pantoja ante la prensa tras años de silencio. ¡Viva Luis García Berlanga!

@SantiGurtubay

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