Rusa genera movilización de los cuerpos de seguridad en Tulum

Tulum, 15 de diciembre.— Una mujer rusa, de 42 años, generó alarma entre ciudadanos y autoridades al ser vista caminando desorientada por la Av. Cobá, sosteniendo carteles escritos en su idioma para pedir ayuda, lo que llevó a suponer inicialmente que podría ser víctima de trata de personas. La rápida intervención de la Secretaría de Marina y el Grupo Especializado contra la Violencia Familiar y de Género (GEAVIG) permitió brindarle apoyo.


Los hechos ocurrieron la noche del viernes y, de acuerdo a Isabel Zárate, directora de GEAVIG, la mujer, quien se encontraba en un estado de confusión evidente, dijo haber sido víctima de un robo. Sin embargo, los mensajes en los carteles que llevaba generaron dudas: en uno afirmaba haber estado incomunicada durante un año y en otro que fue encarcelada en Bali. Esas declaraciones, combinadas con su comportamiento errático, sugirieron que no estaba en pleno uso de sus facultades mentales.


En el lugar, las autoridades contactaron a un amigo de la mujer, quien vive con ella en Tulum. El hombre llegó al sitio, comunicándose con los padres de la afectada, y asumió su custodia tras agradecer el apoyo brindado. Sin embargo, horas después, el amigo reportó nuevamente a las autoridades que la mujer había abandonado su vivienda y se dirigía a Playa del Carmen. Testigos informaron que abordó una van con destino a esa ciudad.


Ante esta situación, GEAVIG activó un protocolo de búsqueda en colaboración con grupos de apoyo en Playa del Carmen y Cancún. Aunque hasta el momento no se ha confirmado su localización, el caso sigue en curso y las autoridades mantienen comunicación con los contactos cercanos de la mujer para garantizar su seguridad.


Según Isabel Zárate, la mujer mostró agradecimiento durante la primera intervención, pero su estado mental sigue siendo un factor de preocupación. Las autoridades reiteran su compromiso de continuar con las labores de localización y piden a la ciudadanía informar sobre cualquier avistamiento de la mujer.


La situación también deja una reflexión sobre la necesidad de fortalecer redes de apoyo y protocolos de atención para casos de salud mental, especialmente en una ciudad turística como Tulum, donde los idiomas y las diferencias culturales pueden dificultar la intervención inmediata. El caso sigue abierto, y las autoridades trabajan para esclarecer los hechos y proteger la integridad de la mujer.

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