Round 12: Resistencia a los cambios
Por Mauricio Sulaimán
(Presidente del WBC – Hijo de José Sulaimán)
Con gran entusiasmo veo que, por fin, ha iniciado un proceso necesario en toda actividad, la mejora continua. El boxeo, lamentablemente, es un deporte que se caracteriza por la resistencia al cambio; a los tradicionalistas les gusta que todo esté intacto y que se mantenga todo sin cambio alguno. Es extremadamente difícil realizar cambios a las reglas, adaptar criterios a la actualidad, y aprovechar las ventajas que la tecnología ofrece, algo que no se tenía décadas atrás.
La Asociación de Comisiones de Boxeo (ACB) de Estados Unidos ha dado a conocer un primer paso, algo simple, pero de gran trascendencia. La semana pasada se publicó un lineamiento para los jueces de boxeo en el que es obligatorio calificar 10-8 el round cuando existe una caída.
Ese es en sí el criterio que siempre ha existido, pero se tenía la discreción del juez de poder calificar 10-9, y hasta vimos recientemente un escandaloso 10-10, en un round en el que un peleador visitó la lona. Ésta nueva disposición marca como obligatorio el 10-8.
Tenemos que entender que una caída es un suceso extraordinario, es como un homerun, un gol, una canasta de tres puntos; se le debe dar el valor que merece.
El Consejo Mundial de Boxeo aplaude esta acción de la ACB, y seremos portadores de esa determinación a nivel mundial.
Es urgente dar pasos hacia adelante para atender todo lo relacionado a jueces y réferis.
Lo primero es definir claramente los criterios de calificación para los jueces, eso es, tener claro qué es lo que se califica, ponerlo en un idioma entendible. Si no está escrito correctamente, si se deja a una amplia interpretación, entonces no estarán claros los criterios a seguir. Es como los idiomas, alguien entiende algo, y otros, diferente.
El segundo es entrenar, capacitar y certificar buscando la uniformidad absoluta. El tercero es tener un sistema de valoración y calificación de cada una de las actuaciones de los oficiales, teniendo retroalimentación después de cada actuación, y así lograr su mejora continua. También los oficiales deben ser responsables de sus actuaciones y de sus errores.
Sin temor a equivocarme, los jueces, en su absoluta mayoría, son personas honorables, enamoradas del boxeo y que buscan hacer el mejor trabajo posible.
El boxeo es deporte de apreciación, obviamente, el juez califica lo que ve, pero también hay muchos factores que se deben de considerar para entender lo que sucede.
Los tres jueces están sentados en diferentes lados del cuadrilátero, en muchas ocasiones tienen personas y objetos que les pueden estorbar, no siempre tienen el mejor ángulo de las acciones y hay gran influencia de todo lo que sucede alrededor. Como por ejemplo el juez que está sentado junto a los comentaristas de televisión escuchando la narración, por más que esté concentrado es probable que sí oiga lo que dicen y puede tener influencia. También en muchos países hay personas pegadas a los jueces gritando y aplaudiendo todo lo que hace el boxeador local, las grandes porras y ambiente frenético que se puede dar a favor de uno de los pugilistas.
El sistema actual fue instituido hace 45 años llamado de 10 puntos. El ganador del round recibirá 10 puntos, y su rival, 10, 9, 8, 7 y mínimo, 6. Un tema a considerar es que el 96% de los rounds son calificados 10-9. Los jueces temen anotar un round empatado 10-10; inclusive, hay comisiones de boxeo que prohíbe rounds empatados. Ahí es dónde viene un gran problema de percepción. Digamos que el boxeador “A” gana el primer round, donde hubo muy poca acción, y quizá, conectó un jab o un par de golpes suaves es ganador 10-9. Viene el segundo round, y el boxeador “B” conecta fuertemente, y gana claramente el round, pero la calificación es también 10-9. ¿Qué vio el público? Que el boxeador “B” va ganando la pelea, y no es así.
Estaremos promoviendo la aceptación de anotar rounds 10-10 cuando sea estrictamente un round muy cerrado, pero también 10-8, cuando el dominio y la contundencia sea absoluta, y que sólo haya faltado que cayera el rival.
El pasado fin de semana los réferis fueron lo que estuvieron en el centro del huracán. En Tailandia se dio una gran pelea, eliminatoria final del WBC para determinar al retador obligatorio del nuevo campeón de peso Gallo, el mexicano Alejandro “Peque” Santiago. El tailandés Nawaphon Kaikanha regresó de un inicio débil, y al término del décimo round iba arriba en las tarjetas; el filipino Vincent Astrolabio, lo conectó fuertemente, mandándolo lastimado a la lona; al incorporarse recibió seis golpes fuertes, sin respuesta, y el réferi japonés Yuji Fukuchi detuvo el combate.
La prensa tailandesa y el mismo promotor están reclamando enérgicamente la detección del combate. Para el WBC fue perfectamente detenido el pleito, estaba claramente lastimado, y siempre será preferible parar la pelea, un golpe antes en vez de un golpe muy tarde llevando al peleador a sufrir daños irreparables.
En Polonia, Oleksandr Usyk, campeón mundial de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), Federación Internacional de Boxeo (FIB) y de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) de peso Completo defendió sus títulos ante el británico Daniel Dubois.
En el quinto round, Dubois conectó a Usyk, quien se fue a la lona, con un golpe que acertó justo en el cinturón del short, lo cual es evidentemente golpe bajo. Lamentablemente solamente el WBC utiliza la regla de repetición instantánea, y no fue el caso en esta pelea.
Usyk tomó cinco minutos para recuperarse. Todo el sábado y domingo se discutió en redes sociales si había sido un golpe legal, y debió ser un nocaut. Sí existió controversia por la rapidez de las acciones, pero el video y las fotos muestran claramente que el golpe fue en el short.
En Oklahoma, en pelea de campeonato Plata del WBC, se esperaba gran batalla entre el africano Efe Ajagba y el kazajo Zhan Kossobutskiy. Ajagba conectó golpes bajos; el réferi los confirmó haciendo señas de advertencia, pero le faltó autoridad y ser más enérgico.
En el tercer round, siguieron los golpes bajos del africano hasta que Kossobutskiy decidió vengarse, y conectó, clara y fuertemente en los bajos, para mandar a la lona a su rival. El réferi dio tiempo para recuperarse, y le quitó un punto; siguió el combate, y en el mismo round, se le descontó otro más por el mismo foul. Para el quinto round, el kazajo había perdido por completo el control, y únicamente se dedicó a desquitarse de Ajagba, y en otro intercambio de golpes bajos, el réferi decidió descalificar.
¿Sabías que?
El reglamento indica que el ombligo es el límite que marca la zona legal; golpes debajo del mismo son ilegales. Es el réferi quien debe marcar arriba del ring, donde considerará la zona legal de golpeo.
Anécdota de hoy
Ese glorioso 20 de febrero de 1993, cuando Julio César Chávez llenó el Estadio “Azteca”, peleó en la cartelera un joven prospecto de Puerto Rico: Félix Tito Trinidad.
Trinidad conectó a su rival norteamericano con un golpe normal, no muy fuerte, pero sí en zona ilegal, aunque nada que fuera grave. El rival se tiró al suelo, y armó tremendo show, obviamente buscando ganar por descalificación. Pasó el tiempo y no se levantaba, de repente veo cómo mi papá se acerca al peleador y le dijo unas cosas; inmediatamente se incorporó y se declaró listo para continuar. “Papá ¿qué le dijiste?” La regla es muy clara, no puedes ganar por golpe bajo, si no te paras, perderás por abandono, y quien pierde así, no recibe paga. “Milagrosamente” se recuperó y siguió el combate.