
Rescatan antiguas recetas medicinales a base de huevo, tradicionales en comunidades mayas
JMM.- El huevo, además de ser un ingrediente fundamental en la gastronomía local, también guarda un valor medicinal importante dentro de las prácticas tradicionales de las comunidades mayas, así lo asegura doña Rosa María Cime Chuc, conocida médico tradicional de la zona.
En entrevista, doña Rosita, como es conocida cariñosamente, compartió algunas recetas antiguas donde el huevo no solo alimenta, sino que también ayuda en la recuperación de mujeres que acaban de dar a luz, especialmente en tiempos pasados, cuando la pobreza limitaba el acceso a alimentos más elaborados.
«El huevo enterrado en ceniza, se cocina dentro de la ceniza caliente. Esto es muy antiguo porque en aquellas épocas había mucha pobreza. Cuando nacía un bebé y no había gallina para hacerle caldo a la mamá, se cocía el huevo en la ceniza, se le ponía sal o pimienta molida y se le daba para que coma con sus tortillas calientitas», relató doña Rosita.
Explicó que este platillo sencillo, pero nutritivo, ayudaba a las mujeres a recuperarse del parto y a no sufrir problemas digestivos. «No le pasa nada, no se inflan de aire porque es cálido para el estómago», agregó.
Además, compartió otra receta conocida como «caballero pobre», un postre tradicional hecho a base de pan duro y huevo. «Se ponía a endurecer el pan, lo que antes llamaban ‘francés’, se rebanaba, se capeaba con huevo y se freía. Después se le echaba azúcar derretida como almíbar y se le ponía canela, que ayuda a que la leche de la mamá madure y no le haga daño al bebé», explicó.
Doña Rosita enfatizó que estas recetas no solo servían para alimentar, sino que tenían un propósito curativo. «La importancia de estos platillos antiguos es que no solamente nutrían, sino que eran verdaderamente recetas que tenían un beneficio en la salud. Aparte de que es una comida medicinal, también nutre a la mamá y al bebé, porque la leche queda mejor y no le hace daño al estómago del niño», concluyó.
Estas tradiciones culinarias, transmitidas de generación en generación, reflejan la sabiduría ancestral que aún persiste en las comunidades mayas y que hoy sigue siendo valorada por su poder nutritivo y medicinal.