Rechazan empresarios reventón de Beristain
PLAYA DEL CARMEN
Por Luis García > Quequi
Rechazo rotundo a la descabellada idea de la presidenta municipal, Laura Beristain Navarrete, de hacer un concierto de música electrónica en Año Nuevo en plena Quinta Avenida y Zona Turística, es el que externó el empresariado local, porque se verá, en caso de realizarse este concierto sacado de la manga, seriamente afectado principalmente en esta importante fecha.
Se trata del concierto que a Laura Beristain se le ocurrió bautizar como “PDC 2020, cuenta regresiva” y en el que pretende gastarse ni más ni menos que la cantidad de tres millones de pesos, que según los empresarios, podría aplicarse mejor en otros temas que el gobierno laurista ha dejado pendientes, como el del proyecto antisargazo, el mantenimiento de las torres de guardavidas o en el castigadísimo rubro de obras públicas que Beristain Navarrete mandó prácticamente al sótano en la repartición del Presupuesto de Egresos 2020.
En rueda de prensa, el fin de semana, empresarios se reunieron para, no sin molestia, externar su inconformidad, una vez más, en contra de las imposiciones de esta administración que hace y deshace a sus anchas, sin previo consenso con la iniciativa privada o la sociedad civil.
El presidente de la Canirac de Playa del Carmen, Juan Carlos Cabrera, sostuvo que como cámara nunca fueron consultados, pues el sector restaurantero de la Zona Turística será severamente afectado, debido el excesivo flujo de personas en la Quinta Avenida y calles aledañas, además de la contaminación auditiva afectando los conceptos de todos los comercios del lugar.
“Empieza la temporada alta y creíamos que empezaríamos a tener un incremento en nuestras ventas, no ha sido lo que esperábamos y ahora nos encontramos con esto, con la realización de un evento para el que nunca se nos tomó en cuenta, nunca se nos explicó de qué manera lo tenían organizado o planeado, las medidas de precaución que iban a manejar, porque me parece que es totalmente invasivo y poner un escenario en mitad de la calle, la cual tiene un flujo impresionante el día 31 y que uno tiene que ir caminando paso a pasito”.
Por su parte, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial de la Riviera Maya (CCERM) que representa a más de 20 agrupaciones empresariales, Lenin Amaro Betancourt, criticó que una vez más el gobierno laurista se haya ido por la libre, sin consultar a los afectados, cuando “no existen las garantías de seguridad para los miles de asistentes”.
Explicó que con el cierre de calles 12, 8, 4 y la avenida Constituyentes y colocación de escenarios no existen las garantías de seguridad y confort para los miles de visitantes y familias que se reunirán en la Quinta Avenida para celebrar el fin de año; «en estos días las calles son una fiesta, necesitamos dar libre tránsito y oxígeno a los comercios que están en la zona turística».
Lamentó que el gobierno municipal de Solidaridad de nueva cuenta no haya pedido la opinión de la iniciativa privada para la realización de este evento de música electrónica en el que se invertirán tres millones de pesos, por lo que dijo que hay otro tipo de necesidades en las que se pueden invertir esos recursos económicos.
“Se hablaba de tres millones de pesos y nosotros manifestamos que hay prioridades para invertir tres millones de pesos y sobre todo en una temporada como es la fin de año, la decembrina, que es una temporada exitosa siempre, a este tipo de eventos se debe apostar en temporadas bajas”.
Gerardo Valadez Victorio, miembro del Comité de la Quinta Avenida, reiteró que en esta fecha de fin de año principalmente, se presentan a los restaurantes de la Zona Turística, familias para celebrar en otro tipo de ambiente y música la llegada del nuevo año. «Además caminan el 31 de diciembre, regularmente entre 25 mil y 30 mil personas, como va hacerle la gente para continuar con su trayecto».
Cabe mencionar que fue precisamente en un festival de música electrónica en la Zona Turística, el BPM que se desató una balacera, con seis personas muertas, lo que puso en evidencia la fragilidad de la seguridad en este tipo de eventos, en plena zona turística.