RAFAEL SANTIAGO CAMPOS. Contracara

EL PUNTO G

Ir a lo profundo de la elección es bucear en sus números. Existe la creencia de que la alianza PRI-Verde-Panal perdió contra la otra coalición conformada por el PAN-PRD. Y no fue así. Los tricolores ganaron a los auriazules y eso se ve reflejado claramente en la mayoría de los municipios (8) y diez diputaciones uninominales, contra cinco diputaciones y tres municipios de los «panperredistas». En ayuntamientos, los gongoristas sacaron 179 mil 860 votos contra 178 mil 114 de los joaquinistas. Los descalabros sufridos por el PRI en Othón P. Blanco (30 mil 032 votos de diferencia en contra de Arlet, son toda la fuerza presentada por Mario Villanueva Madrid, quien desde la cárcel ordenó a todos sus seguidores votar contra el PRI: Abuxapqui y Cora Amalia, entre los principales), Solidaridad (6 mil 210 votos arriba de Filiberto Martínez, quien fue todo lo que pudo ofrecer al operar en doble banda dentro del tricolor) y los de Cozumel (7 mil 287 por encima de la hermana de Sara Latife) no fueron suficientes para dar el triunfo a Carlos Joaquín. Aún con los desgarres, traiciones evidentes y los pésimos candidatos, los priistas no tuvieron voto cruzado y ganaron a la otra alianza. En el caso de las votaciones para candidatos a diputados la situación es similar, incluso es mejor la cosecha de votos, aunque no hubo alianza del PRI-Verde-Panal en los distritos 10, 11 y 15, pero si sumamos los votos del PRI, el resultado es 180 mil 569 votos, e incluso la cifra crece si agregamos los del Verde, con lo que se alcanza para ellos 183 mil contra 176 mil 28 de PAN-PRD. Recapitulemos: la elección quedó 228 mil 703 votos para Carlos Joaquín contra 178 mil 667 para Mauricio Góngora Escalante. Ello da una diferencia de 56 mil 036 votos a favor del primero, pero que no fueron ni amarillos ni azules. ¿Entonces? ¿De dónde salieron los votos que le hicieron ganar? Con la información oficial que ha ofrecido el Instituto Estatal Electoral de Quintana Roo (Ieqroo) se puede visualizar claramente de dónde proviene toda esa cantera electoral que permitió el éxito del ahora gobernador electo. Los partidos pequeños y los candidatos independientes tuvieron una diferencia de dos a seis mil votos, con respecto al caudal de boletas recibidas para sus candidatos a presidencias y diputaciones con respecto a los votos para sus candidatos a gobernador. También se pueden sumar las del Movimiento Ciudadano que no tuvo candidato a gobernador y logró más de diez mil votos en las elecciones para presidentes municipales. Las cifras de Morena fueron congruentes y en cada caso se mantienen similares en cuanto al número de votantes. Y estos votos quizá podrían dar una ventaja, pero no tan contundente. El grueso de los votos salió del Partido Encuentro Social (PES) y sobre todo de Benito Juárez. En los resultados para diputados no se logra mucho, pero obtiene 29 mil 966 votos y se dispara en la contienda para presidentes municipales con 44 mil 749 votos (de los cuales 32 mil 914 los obtiene Gregorio Sánchez Martínez). El voto cruzado es evidente, Rogelio Márquez Valdivia, logra apenas 16 mil 243 votos. Hay un voto cruzado en 28 mil 506 papeletas. Y como no se reflejan en Góngora, seguramente todos fueron para Carlos Joaquín. Esto dicen los números. Las matemáticas son perfectas, y desde los mayas sabemos que dos y dos son cuatro. La política por el contrario es la posibilidad de lo imposible, una ciencia que altera todos los principios cartesianos y desdibuja todo hechizo en acciones humanas contradictorias. Gregorio Sánchez actuaba como candidato con presiones de los grandes grupos antagónicos. Los joaquinistas lo acusan de borgista y viceversa. Para él lo importante es que salió bien librado y quedó bien con dios y con el diablo. La mano que meció la cuna, por supuesto, se encuentra arriba de él, un poder supra humano que tenía la capacidad de decidir candidaturas, definir campañas y orquestar acciones. A él lo pusieron y lo impulsaron. La estrategia para hacer perder a Góngora era clara. La culpa no cae al piso, tiene nombre y apellido. En el horno político, la traición de los desesperados, es virtud que les permite respirar en calma en el nuevo ambiente político. PIERDE PRI MAYORÍA EN EL CONGRESO Ayer quedaron definidas las plurinominales y con ello queda claro que el gobierno de Carlos Joaquín contará con la mayoría en el Congreso del Estado para poder sacar todas las propuestas y cumplir cómodamente sus compromisos de campaña sin tener la atadura de un congreso opositor. En las votaciones tendría 14 votos, contra 11 del PRI-Verde. La alianza PRI-Verde-Panal ganó diez escaños en las elecciones y tiene tres plurinominales (donde no entró la pevemista Gabriela Medrano); en teoría, serían 13 diputados de su bancada. Aunque Nueva Alianza, uno de los grandes beneficiados, ha empezado a tomar distancia, por lo que el diputado turquesa no se puede contar como incondicional del grupo. Además una de las plurinominales corresponde a Juan Carlos Pereyra, quien votará sin duda a favor de todas las propuestas de Carlos Joaquín. Quedarían en realidad 11 votos de este bloque. La oposición tendrá los otros catorce votos. La alianza PAN-PRD tiene 9 diputaciones. Ganó cinco diputaciones, más cuatro plurinominales (tres para el PAN y una para el PRD). Hay que sumar la del PES, de Carlos Mario Villanueva, que ya manifestó que va a aprobar todo en el nuevo gobierno. Si a ello le agregamos dos de Morena, más los votos del priista Pereyra y del neoaliancista, Ramón Padilla, sumarían 14, suficientes para avanzar en casi todo lo que se propongan. A excepción de cuando se requiera de la mayoría absoluta, como cuando se realizan los cambios en la constitución o para nombrar magistrados.

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