Quintana Roo, la violencia que viene más allá de las fronteras

El origen de la violencia en estados como Quintana Roo está más allá, incluso, de las fronteras del país, a través del tráfico de armas, el trasiego de drogas y la internación de mafias internacionales.
En las últimas semanas dos temas han ocupado los principales espacios de la prensa en el país: el armamento que entra por la frontera norte y con el cual se cometen el 90% de los crímenes atribuidos al narco, y la operación de mafias como la rusa en territorio nacional, dedicada al tráfico y venta de armas y drogas en vinculación con algunos cárteles mexicanos y colombianos.
En Quintana Roo el trasiego de drogas provenientes de Sudamérica se ubica en la frontera sur con Belice, donde hace un par de días el Ejército aseguró una pista clandestina, un cargamento de cocaína y armas de grueso calibre.
La Cancillería mexicana reconoció, con datos y cifras escalofriantes, lo que desde hace varios años han venido reclamando varios estados sacudidos por la violencia: si no se frena el tráfico de armas desde EU, ningún gobierno local podrá reducir los índices de criminalidad que afectan a sus entidades.
Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores, señaló que 7 de cada 10 homicidios y otros crímenes de alto impacto se cometen con armas provenientes de la frontera norte, específicamente de estados como Texas, California y Arizona, a razón de 34 muertes o ejecuciones por día.
Por tanto, al sellar la frontera sur para detener la migración de indocumentados, el gobierno federal debería también asumir su responsabilidad de frenar el tráfico de armas con que operan los grupos criminales que han disparado la violencia en estados como Quintana Roo.
El aumento en los índices de inseguridad en Quintana Roo, así como en varios estados del país, está relacionado con el uso de armas de fuego con las que se comete la mayoría de homicidios dolosos o ejecuciones de los grupos criminales.
En 2018 México alcanzó su nivel más alto de homicidios en los últimos 20 años, con una tasa de 29 homicidios por cada 100 mil personas de acuerdo con el último informe del Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
En 1997, 15 por ciento de los homicidios de México se cometieron con un arma; en 2018 ese porcentaje aumentó a aproximadamente 73 por ciento.
El uso de armas de fuego durante los robos violentos también ha aumentado.
En 2005, 58 por ciento de los robos fueron cometidos con armas de fuego; en 2018 esta cifra aumentó a 69 por ciento.

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