Quiero ser presidente de Tulum: Palazuelos

Por Heiby Morales

«Soy acapulqueño de nacimiento, pero tulumnense de corazón. Llevo más de 25 años viviendo en el estado. Mi familia llegó cuando no había casi nada, ni obra, ni infraestructura, ni inversiones. Creímos en esta tierra de oportunidades e invertimos. Ahora tengo bajo mi responsabilidad a 600 trabajadores y con el nuevo hotel  exclusivo que abriré, llegaremos a los mil empleos directos generados a favor de los tulumnenses», dijo el empresario Roberto Palazuelos.

En entrevista con Odalis Gómez durante el programa radiofónico sabatino «¿Y los Jóvenes, Qué?», que se transmite por QFM 104.3, el «Diamante Negro» dijo que sí le gustaría participar en las siguientes elecciones de Presidencias municipales porque es uno de los sueños que desea lograr, pero sobre todo porque creé que el legado que quiere dejarle a Tulum permitirá que el destino se apuntale como el favorito de América Latina mediante infraestructura, inversiones, empleo salvaguardando el bienestar ambiental.

«Los rubros de salud, campo y educación son otros asuntos urgentes del municipio. No todo lo tiene que hacer el gobierno. Varios de los proyectos que yo realizo es porque me la paso tocando puertas para sumar esfuerzos. Quiero ser presidente municipal de Tulum y un día lo voy a  ser, pero estoy convencido que el que quiere servir a los demás no necesita un cargo. Sirve y ya, y yo lo vengo haciendo desde hace tiempo desde mis trincheras», explicó.

En su mensaje a los jóvenes qué se creen «mireyes» o «godínez», los exhortó a no quedarse en  el cotorreo, por el contrario, los invitó a que hagan ejercicio, lean, estudien y mientras se preparan académicamente emprendan un negocio, aunque sea pequeño, pero que emprendan.

«Miren chavos, yo en mi juventud fui un desmadre. Me encantaban las fiestas, el  cotorreo, las mujeres y fui adicto a la cocaína. Tuve dos recaídas fuertes, pero llegó con día en que lo que vi en el espejo no me gustó; mi rostro se veía mal, el corazón ya me dolía de tanto exceso. Siempre fui de buena cuna, pero me sentía vacío, sin oficio ni beneficio. Fue ahí cuando  me sentí morir», explicó.

Concluyó alentando a la juventud a no dejarse derrotar por los placeres de la edad, sino a que se forjen metas ahora que tienen fuerzas y luchen por ellas hasta conseguirlas. No importa si ya no son tan jóvenes, «yo me gradué ya de grande y casado. Arriésguense, atrévanse. Si tienen miedo, no dejen de intentarlo, aún con el miedo. Pero háganlo, vale la pena. Ya no pierdan el tiempo», finalizó.

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