Productividad bajó hasta 40%; en 2022 las empresas vivieron fuertes “golpes” por la falta de integridad

Por Blanca Silva

Los cambios laborales provocados por la pandemia incrementaron 20% las conductas deshonestas de los colaboradores entre 2020 y 2022, lo cual representa hasta el 10% de los ingresos anuales de las empresas y puede llegar a provocar la quiebra de un negocio en el caso de las Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes), además de afectar hasta el 40% de la productividad.

Lo anterior se desprende del Reporte Anual de Integridad Laboral en México, elaborado por la empresa MIDOT Global, que señala que la integridad y ética profesional de los empleados son esenciales para los negocios, pues su ausencia puede llevar a cualquier organización al fracaso, pues el 85% de las empresas afectadas por el fraude en México son Pymes.

Durante el webinar “Deshonestidad laboral: principales actos e impacto en las empresa”, el managing director de MIDOT México, Fernando Calderón, detalló que las acciones deshonestas más recurridas son suplantación de identidad, no cumplir con horarios, tomar descansos excesivos, baja productividad, favoritismos, malversación de recursos de la empresa, rumores, robo, soborno y acoso, cometidos principalmente en las áreas de operaciones, contabilidad, alta dirección y áreas comerciales.

De acuerdo con los resultados de la prueba IntegriTest, que mide la integridad y conductas laborales contraproducentes de candidatos a ocupar algún puesto en empresas nacionales, aplicada a un millón de personas en distintas industrias, 100 mil perdieron una oportunidad de empleo por no cumplir con los niveles mínimos de honestidad y veracidad en sus evaluaciones, una de cada dos alteraron su currículum vitae y 13 mil 842 intentaron manipularla o hacer trampa.

Por ello, las principales industrias que han incorporado evaluaciones para sus colaboradores, pues en 2022 las empresas vivieron fuertes “golpes” de falta de integridad y en la mayoría de los casos estas faltas fueron cometidas por personal interno, cuya pérdida anual promedio alcanza hasta 337 mil dólares si es cometida por el dueño del negocio, 125 mil si fue el gerente y 50 mil dólares si fue un empleado, de acuerdo con datos de la Asociación de Examinadores de Fraude Certificados.

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