Prevalencia de la violencia normalizada contra las mujeres y la discriminación lingüística en Quintana Roo

JMM.- La violencia contra las mujeres en el municipio sigue siendo normalizada bajo justificaciones culturales, denunció Martha Kú Martínez, integrante de la organización Foráneas Seguras, que trabaja por la seguridad y los derechos de las mujeres.


Kú Martínez lamentó que estas prácticas continúen sin que se alce la voz en su contra. «Se excusan en que es parte de la cultura yucateca hacer este tipo de comedias, pero no logran ver el trasfondo: es una violación a un derecho humano fundamental de las mujeres, que es vivir libres de violencia», señaló.

Afirmó que esta normalización solo perpetúa y agrava la violencia de género, especialmente en comunidades rurales, donde muchas mujeres solo consideran la violencia física como tal y no identifican otras formas de agresión, como la psicológica o la ridiculización.


Uno de los problemas señalados es la falta de denuncias, lo que contribuye a la perpetuación de estas conductas. «Hacen falta más voces de denuncia. Aunque recientemente el tema se llevó al Congreso, debe ser abordado con mayor frecuencia y seriedad», enfatizó Kú Martínez.


Asimismo, alertó sobre otra forma de discriminación: la burla hacia las personas cuya lengua materna es una lengua indígena y que enfrentan dificultades al expresarse en español. Según la activista, en muchas comunidades mayas, cuando una persona ajena intenta hablar la lengua, los habitantes suelen mostrar paciencia y alegría por el esfuerzo; sin embargo, en ámbitos urbanos, quienes tienen el español como segunda lengua a menudo son ridiculizados por su forma de hablar.

«En la Península debería ser vergonzoso no hablar maya, porque somos parte de esta cultura. Pero arrastramos un historial de discriminación en el que muchos padres decidieron no enseñar la lengua para evitar que sus hijos vivieran la marginación que ellos sufrieron», explicó.


Kú Martínez también expuso que esta discriminación es evidente en la educación superior. Como docente, detectó que estudiantes con lengua materna indígena enfrentan serias dificultades para expresarse en español. En su experiencia impartiendo clases de lectura y redacción, observó que muchos alumnos universitarios tenían una comprensión lectora equivalente a la de un niño de cuarto grado de primaria. Atribuyó esta situación a la falta de estrategias educativas para abordar el rezago lingüístico en el sistema educativo.


La activista concluyó que es urgente generar conciencia sobre estos problemas y garantizar que todas las personas, sin importar su género o lengua materna, tengan acceso a un trato digno y libre de violencia.

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