Prevalecen tradiciones
PLAYA DEL CARMEN
La tradición y el sabor respaldan a la panadería La Nacional que a partir del 18 de octubre y hasta finales de noviembre tiene a la venta el pan de muerto, elemento que emana de rituales prehispánicos y es parte elemental de los altares en la celebración del Día de Muertos.
Elia López Roa y Rodrigo Chamorro Carmona, originarios de Puebla, son microempresarios y al llegar a Playa del Carmen, hace tres años, al ver que las fuentes de empleo no cumplían con sus expectativas económicas, decidieron emprender un negocio con una de las tradiciones familiares.
“En casa, mis padres, mis abuelos se dedicaron a la panadería. En estas fechas en particular, el aroma en el ambiente era a flor de azahar, que sólo se utiliza en la elaboración del pan de muerto, dándole ese aroma tradicional”, explicó López Roa, al agregar “eran ofrendas para los difuntos”.
Recordó que previo a la primera venta del pan de muerto, en su casa alistaban un rico chocolate bien caliente para “chopear” el pan de muerto. “Eran momentos sagrados, de comunión familiar, después seguía la espera hasta el 2 de noviembre, en el que el dulce de calabaza, calaveritas de dulce y cada una de las ofrendas, comida y bebida, era compartido en honor a nuestros muertos”.
Dicha empresa ubicada en la 30 avenida, esquina con 4 norte genera al menos seis fuentes de empleo directos, ahí pudimos platicar con el panadero originario de Peto, Yucatán, pero quien hizo su vida hasta la juventud en el municipio de Felipe Carrillo Puerto; con trece años de experiencia en las panaderías de este polo turístico, Playa del Carmen, donde se emplea ahora.
“Disfruto mucho mi trabajo, pero hacer pan de muerto es especialmente un gozo, ya que sólo se hace en una época especial para todos los mexicanos y extranjeros, que vienen a nuestro país en busca de nuestras tradiciones y la gastronomía en octubre y noviembre es única”, compartió Gener Acosta, quien trabajó para supermercados y panaderías, y conoce las diferencias.
Lo bonito de una panadería tradicional, como La Nacional es que el panadero tiene la libertad de darle el sabor al pan, al producto que llega a la boca de los clientes, en cambio el supermercado recibe los elementos ya preparados, sólo bates y metes al horno, explicó en entrevista.
En cambio aquí, agregó, tú le pones cada ingrediente, desde la azúcar, la sal, el harina y le mides los sabores, narró, mientras vestía de mantequilla y azúcar un pan de muertos. Él como muchos trabajadores de Playa del Carmen, entra a su espacio de trabajo desde las 7:00 de la mañana y sale, en ocasiones a las 20 ó 21 horas, pero sale satisfecho, después de dar lo mejor de sí.
Todos en esa panadería están de acuerdo en que en Playa del Carmen hace falta fomentar lo tradicional de nuestro país, del sitio en el que se vive, dejar a un lado, hacer a un costado, las influencias de los extranjeros, como por ejemplo el hallowen, “aquí nos piden que hagamos pasteles con fantasmas y brujitas, cuando hay tanta influencia artística, poesía, pintura, música y historia vinculada con la muerte, a la que adoramos y de la que incluso nos burlamos”, expresó Rodrigo Chamorro Carmona.
Cabe dar a conocer que la figura del pan de muerto representa, se explicó en el sitio, los huesitos de los difuntos, también se decora con azúcar de colores (como acostumbran en la zona maya de Quintana Roo), plasmando cruces.
El problema que ahora enfrenta este sector, se agregó, es que lo insumos están por los cielos, por ejemplo la azúcar, que elevó su costo al 100%, de 400 a casi 800 pesos, compartieron los implicados en la industria de la panadería.
Por Patricia Martínez