Por una #SociedadHorizontal: Rumbo a una nueva política fiscal

 

Armando Ríos Piter

La semana pasada presentó dos noticias relevantes. Por un lado, se informó que México recibió 29 mil 041 millones de dólares de Inversión Extranjera Directa (IED) durante el primer semestre del 2023. Los efectos positivos del “nearshoring” continúan. La Secretaría de Economía subrayó que dicho monto fue 41 por ciento superior al primer semestre de 2022, el cual registró 20 mil 636 mdd. El 60% de la IED registrada, se localiza en cinco entidades federativas del país, CDMX, Nuevo León, Baja California, Jalisco y Edomex. La mayor parte de estos recursos (57%) corresponden al sector manufacturero. El resto a servicios financieros, construcción, minería, alojamiento temporal y comercio.

 

Por otro lado, el Coneval anunció que la población en situación de pobreza en México, bajó en un monto récord de 5.1 millones entre 2018 y 2022. El Coneval presentó sus “Estimaciones de la medición de pobreza multidimensional 2022” para 2022, según las cuales la cifra de personas que viven en pobreza multidimensional, pasó de 51.9 millones de mexicanos a 46.8 millones. Entre las principales causas de dicha reducción se encuentran: los aumentos al salario mínimo, la reactivación económica después de la pandemia y el incremento de los programas sociales.

 

Ambas noticias representan una fuerte bocanada de oxígeno para la administración de López Obrador. Ante quienes criticaron su mal desempeño del primer año, cuando el PIB cayó un 1% y posteriormente, una caída de 8.5% provocada principalmente por la pandemia, hoy el lopezobradorismo podrá celebrar que las proyecciones para el cierre de 2023 avisoran un crecimiento del 3% según diversos equipos de expertos. Sin embargo, la pregunta queda: ¿Qué tan duraderos serán estos buenos resultados?

 

Respecto al “nearshoring”, muchas voces han señalado que la actual administración carece de un plan articulado que permita aprovechar con contundencia la decisión que han tomado muchas empresas para relocalizarse en territorio mexicano. La falta de electricidad y agua en muchas regiones del país, limita la frontera de posibilidades de expansión de inversiones. Los diferendos que se mantienen con Estados Unidos y Canadá -especialmente en el norte, occidente y bajío- pues no contarían con electricidad suficiente. En materia de logística, se requiere claridad en cuanto a proyectos -públicos y privados- destinados a infraestructura y movilidad. Por último, en materia de seguridad, se requiere un plan viable y eficiente que de certidumbre a la actividad económica.

 

La mayor integración norteamericana que ha generado la creciente rispidez en las relaciones China-Estados Unidos, nos obliga a identificar regiones, vocaciones y compromisos presupuestales en todos los rubros antes expuestos.

 

Por otro lado, en cuanto a la disminución de la pobreza, no hay que perder de vista que los datos de Coneval, también evidenciaron un repunte de 30 millones de la población con carencia a los servicios de salud. El cambio de 20.1 a 50.4 millones, significó que 39.1 por ciento del total de los mexicanos, hoy enfrentan este déficit. La pobreza multidimensional disminuyó, pero la mala noticia es que la mitad de la población no tiene acceso a servicios de cobertura en seguridad social, específicamente en salud.

 

Es evidente que las transferencias sociales funcionan, pero solo en tanto la capacidad fiscal del Estado se mantenga para cubrirlas. El bienestar de corto plazo que éstas producen, no puede ser a costa del beneficio estructural que debería garantizar el sistema de salud. Mas allá de la coyuntura, se hace más evidente que nunca, que México requiere una nueva política fiscal que le de viabilidad frente a los importantes retos presupuestales que enfrenta.

 

El horizonte que hoy define la nueva coyuntura geopolítica es promisorio. El incremento de IED, de la mano con una mayor inversión productiva en los sectores energético, agua, logístico y de movilidad, pueden generar una importante trayectoria de crecimiento de largo plazo. Las transferencias sociales ayudarán a que millones de mexicanos mejoren su condición de vida para incorporarse en mejores condiciones al mercado laboral. No obstante, para garantizar bienestar de largo plazo, será indispensable consolidar un sistema de salud y también educativo, que sea universal, eficiente y de calidad.

 

Hay buenas noticias, pero el trabajo apenas inicia. La #SociedadHorizontal deberá impulsar un debate serio en torno a estos temas, con especial énfasis en que se tome conciencia sobre las oportunidades y los retos que hoy surgen. Un futuro diferente, reclamará una política fiscal diferente. Deberemos planear, acordar y ejecutar.

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