Plaza, les come el mandado
Cancún
Por ser el sitio donde tienen su paradero las dos principales líneas de autobuses urbanos, que cubren rutas desde la Zona Hotelera hacia el centro de la ciudad, gracias a un convenio firmado desde hace más de un año con dichos concesionarios, ha servido a los comerciantes de artesanías de la Plaza 28 para sacar ventaja sobre los comerciantes del tradicional y añejo Mercado 28, pues la mayoría de los turistas que buscan adquirir recuerdos de su estancia en Cancún, los compran en el primer sitio mencionado, por lo que al llegar al mercado, es mínima la derrama económica que dejan a los alicaídos locatarios.
La Plaza 28 está enfocada a la venta de artesanías y es el punto en el que los deja el transporte que abordan desde la zona de playas hacia el centro de la ciudad, por lo que tanto los choferes de los camiones, como los vendedores del lugar, los abordan y convencen de que es únicamente ahí donde pueden encontrar los artículos que buscan, sin indicarles que 33 metros más adelante se ubica el Mercado 28, lo que se traduce en que la Plaza 28, obtenga mejores ventas, sobre todo durante la actual temporada vacacional de Verano.
Y es que desde la creación de la Plaza 28, cuyo nombre tomaron por estar en las inmediaciones del referido mercado, pese a que ni siquiera se ubican en la Supermanzana 28, sino en la 25, el emblemático espacio ha observado una notoria decadencia en sus ventas, a la que han abonado el hecho de que desde hace más de un año, se restringió la llegada de las rutas de la Zona Hotelera, las cuales por acuerdo con la Plaza, han instalado ahí sus paraderos.
Si bien algunos visitantes que no encuentran los artículos que buscan en la Plaza 28, caminan hasta el Mercado, por lo regular, sus compras son menores, pues en el primer punto suelen adquirir souvenirs o artesanías.
«A quienes mejor les va mejor es a los restaurantes, pues muchas veces, los turistas llegan cuando ya compraron en otro lado y es de entenderse, púes el camión los deja en la Cobá y ahí, los de la plaza y los demás locales, los convencen de comprarles a ellos», afirma Luís Basto Sabán, vendedor de uno de los locales de artesanías del Mercado 28, quien considera que de continuar este acaparamiento, su centro de trabajo decaerá por completo.
Ante esta situación la actual temporada vacacional de verano, no ha traído las utilidades esperadas por los locatarios y vendedores de artesanías del Mercado 28, cuyas ventas en otros años superaban en más de un 50% las registradas habitualmente, ahora, sólo suben de un 15 a 20%, debido a la sobreoferta que existe, incluso en los supermercados que ofrecen productos artesanales y recuerdos fabricados en serie.
A decir de empleados que atienden en establecimientos del mercado, el promedio diario de sus ventas en estas vacaciones, es de entre 800 y mil pesos, lo que a duras penas les permite salir adelante con sus gastos operativos.
Jaime Santillán, encargado de uno de estos negocios especializado en vender artículos fabricados con cuero, señala que los pocos visitantes que llegan al Mercado 28, lo hacen tras haber visitado las plazas y locales que están en el camino, donde no cuentan con una variedad de artículos tan amplia. No obstante y pese a ello, a muchos turistas se les mal informa, diciéndoles que ellos también forman parte de este mercado, lo que es falso.
(Por Raimon Rosado>Quequi )