Pide el obispo misericordia
Por Juan Manuel Trinidad
Continuando con la realización de las misas a distancia, mismas que comenzaron a efectuarse a causa de la pandemia del Covid-19 que actualmente afecta a nuestro país, el día de ayer, el obispo Pedro Pablo Elizondo Cárdenas encabezó la tradicional misa dominical de mediodía a través de una transmisión en vivo, la cual se pudo ver en el Facebook de la Diócesis de Cancún-Chetumal.
En el marco del segundo domingo de Pascua, el prelado resaltó: Pedimos a Dios que tenga misericordia, que se apiade y ponga fin a esta pandemia que estamos sufriendo y también le pedimos ayuda por esta situación dura y difícil, misma que trae hambre, violencia y quién sabe cuántas consecuencias difíciles para las familias que están padeciendo sus estragos. La petición en la que hizo más énfasis el obispo fue: Dios, ten misericordia de nosotros ante esta contingencia sanitaria.
Luego de encomendar a los muertos a Dios, para que su misericordia los alcance, Pedro Pablo Elizondo narró la historia de Tomás, quien no creía que los apóstoles habían estado con el señor después de su resurrección y que posteriormente se le apareció a éste discípulo, al cual le enseñó sus heridas en las manos y le dijo, tú crees porque me has visto, pero gozoso es el que cree y no me ha visto; retomando la petición para que el señor Jesucristo tenga misericordia de nosotros y su Espíritu Santo sople en nuestra vida.
Asimismo, dio a conocer a sus fieles, que Dios de los males saca bienes y relató la historia de José, quien fue vendido por sus hermanos, pero fue para bien, no para mal, lo de Jesús también fue para bien de la humanidad, por lo cual comentó “con esta pandemia debemos buscar que es lo que quiere Dios para nosotros, pues en las sagradas escrituras hay muchos casos que han pasado como calamidades, diluvios, la plaga de Egipto, muertes, guerras, matanzas”.
Señaló que son profecías que anuncian, que advierten, para que la gente se convierta, cambie, para que no siga pegando y ofendiendo a Dios, y se haga como lo dice en el apocalipsis, “los sobrevivientes, adoren y glorifiquen a Dios, que ya no se siga ofendiendo al señor con crímenes, con ofensas adorando a los demonios”.
Por último, el obispo agregó, que Dios quiere que nos superemos y que tengamos otra conducta de vida mejor, pero desafortunadamente somos libres y se sigue ofendiendo a Dios. «Pidamos a Dios qué quiere sacar de éste mal, que se apiade, que nos cuide y nos ayude a convertir nuestro corazones».