Osiel Cárdenas Guillén, exlíder del Cártel del Golfo, sale de prisión tras 21 años
La salida de la cárcel del impulsor del grupo paramilitar Los Zetas es la primera del clan familiar que sembró el terror en Tamaulipas.
Ciudad de México. Tras cumplir sólo 21 de los 25 años a los que fue sentenciado, el exlíder del Cártel del Golfo e impulsor del grupo paramilitar Los Zetas, Osiel Cárdenas Guillén, abandonó este viernes Terre Haute, una penitenciaría de máxima seguridad ubicada en Indiana a la cual llegó en julio de 2020 tras de haber estado recluido en diversas prisiones.
Al momento de su arresto en México en el 2003, Cárdenas Guillén era considerado “uno de los más buscados, violentos y temidos narcotraficantes en el mundo” según el gobierno de los Estados Unidos, y se le consideraba responsable mayor “de las guerras de tráfico de drogas y los baños de sangre a lo largo de la frontera con México que provocó la muerte de aproximadamente 2 mil personas”.
Osiel Cárdenas, de 57 años, purgaba una condena a 25 años de cárcel por narcotráfico, lavado de dinero y amenazas a un oficial federal estadounidense. La fecha original de su liberación se había programado para el 1 de noviembre de 2028, de acuerdo con registros oficiales. En febrero del 2010, cuando fue sentenciado, una juez federal le impuso además un pago de 50 millones de dólares de multa.
El día de su sentencia la juez Hilda Tagle lo regañó: “Señor Cárdenas, cuando sentencio a un joven de 19 años con su esposa embarazada que, a cambio ser introducido ilegalmente a Estados Unidos, acepta llevar paquetes de marihuana y luego es el único detenido y responsable de los paquetes, considero la diferencia de esa vida con la de usted como líder de un cártel cuya familia vive en un relativo lujo”.
“Cuando sentencio a un desertor de escuela secundaria de 18 años por hacer una declaración falsa cuando compró un arma de fuego que sabía que estaba destinada a México, pienso en usted, el líder del cártel, con sus guardaespaldas armados con armas que fueron compradas por ese ingenuo joven de 18 años que luego va a prisión”.
Continuó la juez: “Sus acciones han generado miedo y violencia en nuestra comunidad. Los niños no están seguros ni siquiera en sus escuelas. Las balas de un tiroteo en Matamoros han terminado en el campus de la Universidad de Texas en Brownsville. Los dueños de negocios en dificultades sufren porque los turistas temen viajar. Usted fue un modelo a seguir para los narcos que blanden rifles de asalto y que no solo son cada vez más jóvenes a medida que pasa el tiempo, sino que son más descarados. Su sed de poder es insaciable. Su falta de respeto por la ley y la decencia, trágico. Secuestros, extorsiones, tiroteos en las calles, una economía desesperada, inocencia perdida, ese es su legado a su país y a nuestras comunidades en ambos lados de la frontera y a la sociedad”.
Osiel Cárdenas Guillén respondió: “Su Señoría, pido disculpas a mi país, México, a los Estados Unidos de América, a mi familia, a mi esposa especialmente, a mis hijos, por todos los errores que cometí. Siento que este tiempo que he pasado en la cárcel (7 años hasta ese momento), he reflexionado y me he dado cuenta de la mala conducta que mantenía y, sinceramente, me siento arrepentido. También pido disculpas a todas las personas a las que lastimé directa e indirectamente”.
“Eso es todo, Su Señoría”.
Nace un líder criminal: el origen del Cártel del Golfo, Los Zetas y de Osiel Cárdenas
Según autoridades de los Estados Unidos, el origen del Cártel del Golfo (CDG) data de los años 30 del siglo XX cuando, durante la prohibición, Juan Nepomuceno Guerra contrabandeaba licor a Estados Unidos desde Matamoros, Tamaulipas. Aunque el mayor crecimiento de esta organización vino en la década de los 70 de la mano de Juan García Ábrego, primer narco mexicano en ingresar al top ten de los más buscados.
Tras el arresto de este capo en 1996, y los intentos de varios gatilleros por quedarse con el control del grupo delictivo, finalmente el joven Osiel Cárdenas Guillén, en ese momento de 20 años, fue quien tomó las riendas a partir de 1998 tras matar a uno que era su colega por el cual le aplicaron el mote de “El Mata amigos”.
En realidad, Osiel estuvo al frente del CDG y en general inmerso en las actividades delictivas pocos años. Sin embargo, su legado será recordado por otra causa: debido a presiones de cárteles rivales ansiosos por tomar control del cotizado estado fronterizo, Cárdenas Guillén reclutó a más de 30 desertores del ejército adscritos al Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales (GAFE) para que actuaran como el ejército privado del CDG.
Fueron bautizados como Los Zetas y además del trasiego de drogas, llegaron a imprimirle una violencia inédita al negocio diversificándolo con secuestros, extorsiones, tráfico de armas y personas o prostitución, entre otras modalidades.
Una investigación de los periodistas Alfredo Corchado y Kevin Krause publicada en el 2016 en The Dallas Morning News reveló que Osiel siguió manejando el grupo delictivo a través de quien era su abogado, Juan Jesús Guerrero Chapa, el cual presuntamente siguió controlando las operaciones de narcotráfico a nombre de Cárdenas Guillén mientras este estuvo en el Penal del Altiplano (2003-2007).
Pero una vez extraditado Osiel, Guerrero Chapa se convirtió en soplón de las agencias de seguridad estadounidense y además fue el encargado de recolectar al menos 30 millones de dólares que el líder del CDG tenía escondidos en sótanos en ranchos y casas de seguridad en Tamaulipas y Nuevo León, para pagar la multa de 50 millones de dólares impuesta por la juez Tagle.
Cuando Los Zetas se enteraron del acuerdo de culpabilidad de Osiel, fue cuando decidieron independizarse y desataron una guerra por el control de la frontera. En 2013, Guerrero Chapa fue asesinado por gatillero en un comercio del condado de Southlake, en Dallas, donde residía.
Osiel Cárdenas Guillén fue acusado de conspiración para introducir cocaína y marihuana, lavado de dinero y tres cargos distintos de amenazas de agredir y asesinar a un agente federal.
En el 2012 el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, el ICE, informó que los casi 30 millones que logró cruzar Guerrero Chapa fueron destinados a 12 instituciones de justicia texanas. La entrega la hizo el entonces director ejecutivo adjunto de la Oficina de Investigaciones del Departamento de Seguridad Nacional, James Dinkins, y representantes de la Administración de Control de Drogas (DEA) y el Buró Federal de Investigaciones (FBI).
Al salir de prisión, inicia un periodo de cinco años de libertad supervisada para Osiel Cárdenas. Hasta el momento no se sabe si será deportado, pero en México tiene cargos pendientes por los delitos de delincuencia organizada y daños contra la salud, en diversas modalidades.
La salida de Osiel es apenas la primera del clan familiar que sembró el terror en Tamaulipas y estados vecinos. Para enero está programada la libertad de su hermano mayor, Mario Cárdenas Guillén, también exlíder del Cártel del Golfo y quien fue sentenciado por una juez de la Corte Federal del distrito este de Texas a 14 años 5 meses.
Mario, también conocido como “El M1”, “El Metro” o “El Gordo”, recibió en México, en abril de 2021, una condena de 20 años por delitos de delincuencia organizada en modalidad de narcotráfico, así como por funciones de administración, dirección y supervisión de un cártel.
Según el protocolo actualizado del tratado de extradición entre México y Estados Unidos, firmado en 1997 durante la administración del presidente Bill Clinton, el gobierno mexicano puede reclamar a este acusado para que, una vez que haya cumplido con su sentencia texana, regrese a México a cumplir los 6 años de los 20 del castigo que no completó.
Información: Animal Político.