Operará este año el Parque Cancún


Por Blanca Silva

Quequi

 

Con una inversión inicial de 20 millones de pesos, que se busca obtener del Programa de Desarrollo Regional Turístico Sustentable y Pueblos Mágicos (Prodermagico), el Fideicomiso del Parque Cancún busca poner en operación antes de cerrar 2017 el primer acceso y la ciclopista del lugar, que se espera reciba hasta 10 millones de visitas por año.

De acuerdo a lo estimado, el proyecto requerirá una inversión aproximada de 850 millones de pesos, de los cuales los primeros 20 millones se utilizarían para el acceso y la ciclopista elaborada a base de sascab, que será la columna vertebral del parque y servirá también como un vigilante para evitar que la gente siga tirando basura y no se registren tampoco invasiones.

Para ello, a la fecha se han invertido 14 millones de pesos aportados por la Secretaría Federal de Turismo (Sectur) para la elaboración del plan maestro y una serie de estudios, a lo que se suma la aportación de 300 mil dólares que hiciera un grupo de 20 empresarios que conforman el patronato del parque creado en el año 2009, los cuales han servido para la gestión del lugar.

 

RECORRIDO

 

En conferencia de prensa, el director del lugar, César Barrios, dio a conocer también los detalles del proyecto, que incluye las denominadas oficinas “verdes” para albergar a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), la Comisión Nacional de Areas Naturales Protegidas (Conanp) y la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), así como el museo de la biodiversidad con una torre para observación de aves, un foro cultural y una serie de jardines temáticos, además de paraderos para autobuses urbanos.

Previamente, durante una visita guiada por el lugar, donde se estima hay casi un millón de toneladas de basura que alcanzan una profundidad de 10 metros, el director del Área Natural Protegida Manglares de Nichupté, Jaime González Cano, detalló que los residuos que se extienden a lo largo de 50 hectáreas, se quedarán ahí pues moverlos a otro lugar generaría un problema en el nuevo sitio.

Por ello, indicó que sólo se están afinando los últimos estudios sobre el problema de lixiviados y gases, pues las lluvias de los huracanes han hecho que el problema del antiguo tiradero sea mínimo, aunque si hubiera un problema de gases se minimizaría de manera profesional como parte de la preparación del sitio.

 

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