Neoliberalismo y el TLCAN no son tan malos

Dinero y Poder > Román R Christfield
Al final de cuentas, sostuvo AMLO, el neoliberalismo, sin corrupción, “no sería del todo malo”. Las modificaciones clave al TLCAN en el T-MEC, que supuestamente erradicaban el carácter “neoliberal” del tratado, incluyeron el reconocimiento pleno de la soberanía energética, el aumento del salario mínimo, la «legitimación» de los contratos colectivos y una mayor supervisión laboral en los sectores incluidos en el T-MEC.

Sin embargo, problemas estructurales como la falta de modernización de los procesos productivos, la insuficiente diversificación productiva, la dependencia tecnológica, comercial y financiera, así como los débiles vínculos entre la industria de exportación y la economía nacional, quedaron fuera del debate.

Estas causas estructurales fomentan la competencia por costos laborales bajos, perpetúan la baja productividad, limitan el crecimiento, y contribuyen a la pérdida progresiva de competitividad respecto de los parámetros internacionales. El impulso del libre comercio combinado con una estructura productiva poco diversificada y desactualizada, ha moldeado el crecimiento económico de México en las últimas cuatro décadas.

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