Negocio redondo de la CFE

 

 

Aunque en teoría la tarifa es la misma para un usuario de la CFE que paga de forma bimestral con recibo, a uno que paga mensualmente con tarjeta inteligente,  el consumo máximo permitido es más estrecho para el segundo, lo que significa que se corre mayor riesgo de caer en tarifa de alto consumo (DAC) y pagar mucho más en electricidad.

La mayoría de los usuarios en CFE tienen un consumo subsidiado, con costos que varían según la geografía habitada; sin embargo, este “apoyo” sólo dura en los niveles básico e intermedio. Al pasar de cierta barrera, se entra en el DAC, que es mucho mayor y que hace que con rapidez aumente el costo de energía.

En Cancún, el costo de un kilowatt/hora básico es de 0.697 pesos; en tanto que el mismo pero con tarifa DAC sale en más de tres pesos.

El límite permitido es de 1800 kWh bimensuales, o de 900 kWh mensual. En teoría, significa que es el mismo, pero en los hechos, a menudo ocurre lo contrario, ya que alguien que se exceda en un mes, pero que luego corrija en el siguiente no cae en tarifa DAC si es bimestral, pero sí en el caso de cobro mensual (con tarjeta).

Para explicarlo mejor, un ejemplo: Un usuario puede consumir 1100 kWh en un mes y 700 en el siguiente. Si tiene cobro con recibo, en su cuenta bimensual totalizaría 1800 kWh, justo dentro del margen permitido, lo que significa que no hay cobro punitivo.

Sin embargo, si ya cobra con tarjeta inteligente, en el primer mes le facturarían los 1100 kWh, lo que sobrepasa el límite permitido. Como resultado, deberá pagar 200 kWh con tarifa DAC. Su consumo del mes siguiente es independiente.

Laura Estrada, vocera divisional de CFE, minimizó esta situación, pues de los clientes totales 306 mil 600, solo hay 2 mil 450 en tarifa DAC, cifras que contrastan con las quejas de quienes han visto su consumo subir de forma dramática de un mes a otro.

Cancún fue uno de los primeros lugares del sureste en ser ingresado al programa piloto para cambiar recibos bimensuales con tarjetas mensuales, para lo cual se contrató a una empresa privada, denunciada en repetidas ocasiones por realizar el cambio sin consentimiento de los usuarios, lo que es ilegal.

Aunque la CFE es dueña del medidor y lo puede cambiar sin consultar al cliente, el contrato, que incluye la forma de pago, es por consentimiento propio, por lo que no puede obligar a un usuario a usar tarjeta inteligente si este no lo desea. Por María Fernández > Quequi

 

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