‘Mismas lacras en nuevos gobiernos’
CANCÚN
Por Raimon Rosado > Quequi
El obispo de la Prelatura Cancún-Chetumal, Pedro Pablo Elizondo, lamentó que pese a los cambios de filiaciones partidistas e ideológicas que se han dado en tres Ayuntamientos del estado, y que a partir del 1 de diciembre se dará a nivel federal, en las administraciones permanezcan “los mismos corruptos de siempre”, por lo que afirmó que si bien es muy bueno el exhorto hecho por el presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, de echar para abajo los altos salarios y “mochadas” de regidores y funcionarios municipales, difícilmente se podrá lograr si permanecen “las mismas lacras”.
Luego de encabezar la homilía que cada mediodía de domingo se realiza en la Catedral de la “Santísima Trinidad», el máximo dirigente de la iglesia católica en Quintana Roo, indicó con base en el mensaje litúrgico de esta celebración, que “quienes ambicionen y buscan apego a las riquezas materiales, nunca alcanzarán la salvación”.
En este sentido y en alusión a la postura asumida por el próximo mandatario de la nación durante su pasada visita de agradecimiento a nuestro estado, quien afirmó que ningún regidor debe simular que cobra un bajo salario y “por debajo de la mesa recibe un sobre amarillo”, considera que es una idea buena, necesaria y urgente.
No obstante, dijo que en la práctica será otra cosa, pues afirmó que permanecen los mismos corruptos, en áreas como Asuntos Religiosos, donde quienes están a cargo de esta oficina se encuentran ahí desde hace 15 años, por lo que no descarta que ahí al menos haya todavía “aviadores”.
Por ello, recalcó que es necesario hacer efectiva la cultura de la austeridad y la transparencia, sacando a las personas que no trabajan y que cobran altos sueldos.
No escucharon al pueblo
Por otra parte, visiblemente molesto, el jerarca prelaticio local, lamentó que el desmantelamiento de la capilla de San Pablo Apóstol, en la Región 200, realizada por el Ayuntamiento de Benito Juárez a principios de la semana pasada, sea el resultado de que las autoridades “nunca escucharon al pueblo”, pese a que desde hace 10 años se estuvieron juntando firmas para que la iglesia operara donde se encontraba.
Debido a este desalojo, la Prelatura local adquirió un terreno particular contiguo, por el que pagó un enganche de 75 mil pesos, en el que ahora se ubica esta capilla, la cual fue bendecida la mañana de ayer por el obispo Pedro Pablo Elizondo.