
Misión Evangélica: Los santos en el cielo
Ahora permanecen estas tres cosas: la fe, la esperanza y el amor, pero el más grande de todos es el amor. 1. Cor. 13:13.
El amor es como un hermoso rio que no se seca, y no se seca porque hay un manantial que lo mantiene. Dios, el Dios de amor llena nuestros corazones para conservar el amor.
La Biblia relata grandes cosas que Dios siempre ha hecho en la vida y cotidianidad de las personas. La Biblia no exalta los hechos grandiosos de hombre poderosos, sino los hechos portentosos de un Dios soberano que se glorificó en la vida de hombres comunes como tú y yo. Relata que tuvieron sus errores, sus caídas y pecados, pero la gracia divina los apartó de su vida común, para ser llevados por el poder de Dios a cumplir el propósito divino. Esa palabra “separados” o “apartados”, quiere decir “santo”, separados para Él. Con ellos realizará su plan inalterable y eterno que nada ni nadie frustrará.
Hoy, los santos aún no están perfeccionados, hacen la iglesia de Jesucristo, son llamados la sal de la tierra y luz del mundo, pero son clasistas, discriminan, luchan por el poder, tienen doble moral, tienen sus pecadillos”. Muchos de ellos no se soportan, no se perdonan, por eso hay tanta ruptura. Con todo ello, Dios los sigue perfeccionando, un día estarán libres de sus “resentimientos”. Estos santos son usados en su plan eterno.
¿Podemos imaginarnos cuando allá en el cielo Dios, se anuncie al gran rey David, el hermoso cantor de Israel, el que venció al gigante Goliat, el hombre conforme al corazón de Dios, el que escribió gran cantidad de salmos hermosos, y este anuncio lo haga Urías Heteo, uno de los llamados valientes de David, miembro leal de su ejército a quien el mismo David lo traicionó cometiendo adulterio con su esposa, y luego lo expuso para que lo mataran? David con todo lo que era, hizo eso que Dios condenó por boca del profeta Natán.
¿Puedes imaginarte cuando se anuncie al gran misionero y erudito apóstol San Pablo, autor maravilloso libro de Romanos, las cartas paulinas y el extendimiento del evangelio? ¿Y sea Esteban quien murió lapidado y esa comitiva que él persiguió, arrastró de los cabellos y metió injustamente a la cárcel? Hoy no lo entendemos, hoy tenemos la fe, la esperanza y el amor y el amor es grandioso. El amor, es valioso ahora con los santos imperfectos, pero en el cielo será mayor con los santos perfeccionados.
Lo que hoy es difícil de ver y lograr por nuestras imperfecciones, será una realidad en el cielo.
¡Bendiciones amigos y hermanos del camino, del buen camino de Dios! Ps. Carlos César González Cruz.