
Misión Evangélica: La prueba de amor
Diviértete, joven, ahora que estás lleno de vida; disfruta de lo bueno ahora que puedes. Déjate llevar por los impulsos de tu corazón y por todo lo que ves, pero recuerda que de todo ello Dios te pedirá cuentas. 10 Aleja de tu mente las preocupaciones y echa fuera de ti el sufrimiento, porque aun los mejores días de la juventud son vana ilusión. Acuérdate de tu Creador ahora que eres joven y que aún no han llegado los tiempos difíciles; ya vendrán años en que digas: “No me trae ningún placer vivirlos.” Eclesiastés 11:9-10, 12:1
__ Dame una muestra del amor que me dices tener. Tú dices que soy el amor de tu vida, que te es imposible vivir sin mí, que soy lo más bonito que ha venido a tu existencia… ¿Es cierto eso? ¿Puedes darme una prueba de tu amor?
__Claro, mi amor. Yo te puedo dar muchas pruebas de mi amor si aún tú lo dudas; pero dime tú, ¿Puedes darme tan solo una prueba de tu amor?
__ Sí vida mía, quiero darte muchas pruebas de mi amor. ¡Ven, haremos locuras hasta embriagarnos de amor!
__No, amor. No quiero que hagamos locuras, quiero estemos sobrios, lúcidos para dialogar, para visualizar la trascendencia de nuestro amor dentro de del marco de respeto mutuo, quiero que hagamos planes adonde llevaremos esta bonita relación sin la torpeza, de hacer locuras. Quiero tu respeto.
__ ayyy amor, yo quiero otra cosa __.
__ Ayyy amor. Lo sé, yo también quiero otra cosa. __.
Pruebas, pruebas y más pruebas. Se discute por la prueba de amor, se discute por la prueba de embarazo, y se discute por la prueba de paternidad.
No faltó quien llenó sus bolsillos vendiendo condones a la entrada de un Motel, luego vendió pastillas de “Un día después”; Posteriormente vendió pruebas de embarazo, y luego pruebas de paternidad.
Todos los caminantes del camino en la senda de la vida mostramos el cansancio en nuestros rostros, lo expresamos con nuestras palabras y tratamos de exculparnos señalando a quien nos es el culpable. ¡El diablo, el diablo aquél o la diabla aquella! ¡No! Es tu pasión.
__ ¡Dios mío, quítame esta pasión que me atormenta! __ Dijo Inocencio. Dios se lo concedió, un rayo lo partió en dos.
Vivamos el consejo de la Palabra de Dios amigos y hermanos del camino. La juventud es vana ilusión y el fin de la vida muestra cómo vivimos.
¡Bendiciones de lo alto! Carlos César González Cruz